En la primera mitad del siglo XVII un joven natural de Andalucía cuyo nombre no quedó registrado, desesperado por falta de agua recordó los depósitos de barro cocido que se usan en las provincias andaluzas para guardar aceite de oliva, preparó un horno artesanal y luego de días de intenso trabajo fundió lo que sería el primer tinajón sin embargo este primer empeño terminó desintegrado al día siguiente.
El tinajón es el símbolo camagüeyano por automasia constituye la representación lugareña más enraizada, por eso a nuestra provincia se le conoce por toda Cuba como la ciudad de los tinajones.
En la primera mitad del siglo XVII un joven natural de Andalucía cuyo nombre no quedó registrado, desesperado por falta de agua recordó los depósitos de barro cocido que se usan en las provincias andaluzas para guardar aceite de oliva, preparó un horno artesanal y luego de días de intenso trabajo fundió lo que sería el primer tinajón sin embargo este primer empeño terminó desintegrado al día siguiente.
Después de varias consultas se le recomendó recoger barro rojo que se encontraba en Sierra de Cubitas y comenzaron a fabricarse los tinajones en el año 1600, a pesar de que no hay ningún tinajón inscrito con esa fecha la más antigua data de 1760.
Todo hogar de Camagüey tenía al menos un tinajón para depositar el agua, existían un total de 16 483 a finales de 1900, para la recolección de este líquido se seguía el sistema de canales y bajantes pluviales, el agua contenida dentro de estos era entre otras cosas para cocinar y beber .
Se realizaban brindis a las visitas de los propios del lugar y extranjeros o no pertenecientes a la ciudad, y muchos de estos terminaban casándose en la misma. Por ello de antaño suele decirse en noviazgos y bodas al galán: … así que tomo agua del tinajón…
De uno a otro siglo los tinajones fueron variando de forma, en esencial quedó un modelo clásico que ha llegado hasta nuestros días, el típico tinajón camagüeyano es aquel de voluminosa panza, líneas geométricas delimitadas.
El tinajón enriqueció la vida y el imaginario popular del camagüeyano, sobre él se tejieron leyendas y consolidaron costumbres, que hablan del arraigamiento en la ciudad de este objeto, devenido símbolo identitario por excelencia.
Camagüey es una ciudad que muy bien puede caracterizarse como de barro y de Fuego su alfarería es una de las tradiciones artesanales más importantes dentro de la arquitectura tradicional principeña. Pues a partir de las excelentes tierras arcillosas de los alrededores, especialmente en la zona de Sierra de Cubitas, surgieron tejares en los que se fabricaban tejas de cubiertas y ladrillos usados en la mayoría de las edificaciones de la ciudad y en las cúpulas de las iglesias, bóvedas y arcos.
Los ladrillos quedan revestidos, pero las tejas que cubren los techos de madera dan un colorido rojizo muy particular a nuestras techumbres. Los pisos también se conformaban a partir de losas de barro de forma cuadrada o rectangular en el interior de las viviendas coloniales y algunos pavimentos exteriores que se conservan.
A principios del siglo XX Miguel Báez y Ángel Pareta dedicaron mucho tiempo y esfuerzo al rescate de la técnica de elaboración del tinajón, hasta que por fin en 1975 lograron realizar el primero e inaugurar una nueva época junto a un colectivo que desde entonces continúa esa faena a la que está incorporada, por primera vez, la presencia femenina.
Esto trajo consigo que un grupo de jóvenes en aquel momento, se vinculara en el arte de aprender los requerimientos de la técnica, en los tradicionales talleres donde se lograría animar al barro con su propia espiritualidad dándose a conocer a nivel local, nacional e internacional.
De esta manera la ascendencia y legitimación de la cerámica artística se gestó en el lugar donde se mantenía la tradición alfarera, trayendo consigo que se realizaran el Simposio Nacional de Escultura en Camagüey, y el Simposio Internacional de Cerámica Artística de Puerto Príncipe, con carácter bienal considerado entre los cuatro más importantes de Latinoamerica.
Por Anisledy Rodríguez García
http://www.ohcamaguey.cu
Fue el inicio de un ingente bregar que poco a poco fue sumando, fundamentalmente, a los alfareros y ceramistas, integrantes de la filial agramontina de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas,(ACAA).
Las expresiones más tácitas del indiscutible triunfo en esa hermosa tarea de reconquista de tan ancestral laboreo, se patentizan en dos eventos sistemáticos: los Simposios de Artesanía Artística y la Fiesta del Barro y del Fuego como demostración de que la arcilla, fue, es y seguirá siendo un material sensible para la creación humana, es la imagen típica del Camagüey Legendario que toma hoy nuevos y frescos rumbos en el trabajo de artistas que realizan una obra plena de innovación y creatividad.
https://www.ecured.cu