En la actualidad, un poco más del 20% de la población cubana clasifica como adulto mayor, y nuestro país exhibe de manera orgullosa una longevidad con garantías de reinserción social y atención sanitaria.
Específicamente, en medio de la Covid-19, el reto es superior, ya que la tasa de enfermos y fallecidos incrementa en personas mayores, por disponer de menores recursos inmunológicos, y por contar con enfermedades que le hacen más vulnerables.
Aun así, cada vez es mayor el número de abuelitos que rebasan incluso los cien años de vida, y que conviven en nuestras casas, gracias a la esmerada atención comunitaria, institucional y hospitalaria que se trasluce en una esperanza de vida superior a los 75 años.
Es un hecho entonces que la población cubana envejece, y requiere, por parte de los jóvenes, más atenciones, esfuerzos, y sensibilidad para quienes se cuentan entre los de la tercera edad.
Asunto que desde ya constituye un desafío en el presente y una alerta intergeneracional, porque todos esperamos llegar a esa vejez calmada, protegida, y en compañía de nuestros seres queridos.
No en vano ya pronto se comenzará a inmunizar contra el nuevo coronavirus a los adultos mayores, con una de las dos vacunas candidatas desarrolladas enteramente con las capacidades tecnológicas y productivas en la mayor de las Antillas.
Por ello, es este el momento de enfocar nuestros esfuerzos por el bien común, sobreponernos a la Covid-19 y asegurar el porvenir con lo que podemos hacer en la actualidad. (Liset Fernández Torres/ Gobierno Provincial Camagüey) (Foto: Archivo/ salud.msp.gob.cu)