Camagüey- Primero llegó Roger Meriño a contar que su trombón imita la voz humana y puede acariciar con el sonido. Luego se acercó con el saxofón en brazos un joven medio tímido llamado Roslay Rodríguez. Por último, Félix Charles Ryan colmó de asombro al presentar la tuba, un instrumento con nombre de flaco pero es más grande y gordo que su dueño.

Así, como un juego divertido, nacen los conciertos didácticos de la Banda Provincial de Camagüey. Se han previsto en su sede de la calle Apocada, los jueves para escuelas de la enseñanza especial y los viernes para primarias y secundarias, desde las 10:00 a.m.

En unos 45 minutos, la centenaria agrupación toca para los pequeños grupos, y se regala la emoción de un trabajo gratificante, según el director Gerardo Vasconcelos, porque cuando los niños se sienten bien, la satisfacción es doble.

La idea surgió de la pianista e investigadora Mabel Echevarría, quien desde la cuna siente por esa institución cultural debido a su condición de bisnieta de Rogelio Pardo, líder durante más de dos décadas de la antigua Banda Municipal de Camagüey.

Adelante encontró alumnos de los centros Ignacio Agramonte y Héroes del Moncada, motivados por el lenguaje de la música, capaz de eliminar barreras comunicativas, ayudar a comprender la complejidad de los diagnósticos y abrir nuevas puertas con sensibilidad.

En ese sentido, Yudelis Pérez, directora de la escuela para niños con trastorno del espectro autista, compartió el agradecimiento de su colectivo y de las familias por saber tocar las preferencias por la música de varios de sus niños, ya invitados a regresar.

Los conciertos didácticos de la Banda Provincial de Camagüey comenzaron la semana pasada, y se mantendrán mientras la situación sanitaria vinculada a la prevención del COVID-19 permanezca controlada en la ciudad.

Por: Yanetsy León González/Adelante

Foto: Leandro Pérez Pérez/Adelante