Camagüey- La lectura de una obra de Gertrudis Gómez de Avellaneda, invita a adentrarse a la creación sublime de una cubana enamorada de la poesía. Cada verso, cada línea es un reflejo del andar siempre apasionado e intenso con que sintió en su vida. Los fuertes latidos de su corazón la impulsaron a tomar la pluma, y sin temor a las acusadoras miradas de la sociedad escribió su destino de mujer sincera que hoy nos muestra el cuerpo de su lírica.