Inicia en #Camaguey reunión de trabajo con la presencia del Dr. Jose Ángel Portal Miranda Ministro de Salud Pública , el miembro del Comité Central del PCC y primer Secretario Ariel Santana Santiesteban , la gobernadora Yoseily Góngora, equipo del MINSAP y principales cuadros de salud en este territorio agramontino donde fueron temas esenciales como la organización de los servicios que den respuesta a la actual situación higiénica- epidemiológica, la atención al personal de la salud con amor, el control en los centros de aislamiento, la disciplina en cada acción que se realice, el compromiso de salvar la vida de los camagüeyanos #CubaSalva #CubaPorLaVida #CamagueyPorLaVida

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limfoma
En motivo del #DíaMundialDelLinfoma, el Dr. Alcaraz, especialista en Hematología de Murcia, detalla las claves para entender qué es un linfoma, cuáles son los síntomas que provoca y qué opciones de tratamiento existen actualmente para combatirlo.
El linfoma es un cáncer que comienza en las células del sistema linfático. El sistema linfático forma parte del sistema inmunitario, que ayuda al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. Debido a que el tejido linfático se encuentra en todo el cuerpo, el linfoma puede surgir en cualquier parte del cuerpo. Los dos tipos generales de linfoma son el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin (LNH), que se pueden presentar tanto en niños como en adultos.
La mayoría de las personas con linfoma de Hodgkin tienen el tipo clásico. En este tipo, hay linfocitos anormales grandes (un tipo de célula inmunitaria) en los ganglios linfáticos que se llaman células de Reed-Sternberg. El linfoma de Hodgkin se puede curar.
Hay muchos tipos diferentes de LNH. La mayoría de los tipos se forman a partir de células B, pero algunos se forman a partir de las células T o los linfocitos NK naturales. El LNH puede ser poco activo (de crecimiento lento) o agresivo (de crecimiento rápido).
Afectación y causas de un linfoma
El linfoma afecta a entre tres y seis personas por cada 100.000 habitantes cada año. La edad media en la que suele aparecer esta enfermedad es de 60 años.
Hasta la fecha se desconocen las causas que desencadenan un linfoma salvo algunos casos en los que se asocia con una infección originada por bacterias como helicobacter pylori y borrelia o por virus como el Epstein-Barr (EBV).
Se asocia también el linfoma a factores como los tintes del cabello, los insecticidas y las radiaciones ionizantes, aunque no se han extraído evidencias concluyentes.
Síntomas de un linfoma
Por regla general los linfomas se presentan como ganglios linfáticos aumentados de tamaño que, cuando aparecen en zonas accesibles como el cuello, las axilas o la ingle se pueden palpar evidenciando su tamaño aumentado. Estos bultos (adenopatías) no suelen ser dolorosos. Cuando aparecen en zonas menos accesibles (abdomen, mediastino, etc.) pueden pasar desapercibidos, por lo que el diagnóstico es más difícil y solo se consigue cuando aparecen otros síntomas que obligan a realizar estudios más exhaustivos.
Estos síntomas pueden ser fiebre superior a los 38 grados, sudoración nocturna profusa hasta llegar a empapar la ropa y pérdida inexplicable de peso. Asimismo, los pacientes pueden experimentar otras manifestaciones locales como adenopatías periféricas o agrandamiento del bazo, lo que se conoce como esplenomegalia.
Diagnóstico de un linfoma
Como en cualquier enfermedad de la sangre una buena historia clínica al paciente es crucial indagando sobre antecedentes familiares o búsqueda de factores que pudieran desencadenar la enfermedad. En la exploración física se busca la presencia de adenopatías o ganglios aumentados de tamaño, la mayoría de las veces no dolorosos. Los análisis sanguíneos que incluyan un hemograma, perfil bioquímico y serologías (hepatitis y VIH) ayudan también al médico a tener algún signo de alarma que facilite el diagnóstico, aunque casi siempre los valores analíticos suelen ser normales, a no ser que la enfermedad esté muy evolucionada con afectación de la médula ósea.
El diagnóstico definitivo se produce mediante la realización de una biopsia ganglionar. Esta prueba se efectúa por medio de la punción del ganglio aparentemente afectado para extraer y analizar una muestra de tejido.
En función de los resultados de la biopsia y de la historia clínica del paciente, el especialista podría indicar también otras pruebas diagnósticas como radiografía de tórax y/o TAC de cuello, tórax, abdomen y pelvis. Además, es posible que también se recomiende una tomografía por emisión de positrones (PET) o una biopsia de médula ósea. Estas últimas ayudan al especialista en Hematología a realizar el diagnóstico de extensión de la enfermedad, muy importante como factor pronóstico a la hora de perfilar un adecuado esquema de tratamiento.
Determinar la etapa en la que se encuentra la enfermedad es clave para ello. El sistema Ann-Arbor diferencia cuatro estadios diferentes de la enfermedad:
Estadio I: El linfoma afecta a un único territorio ganglionar o a una sola localización extralinfoide.
Estadio II: Se encuentran afectadas dos o más territorios ganglionares o estructuras linfoides en el mismo lado del diafragma.
Estadio III: El paciente presenta afección de territorios ganglionares o estructuras linfoides a ambos lados del diafragma.
Estadio IV: Es el más grave. El paciente muestra una afección diseminada de una o más localizaciones extralinfáticas (hígado, piel, médula ósea, etc.), con o sin afección ganglionar.
Tratamiento para un linfoma
Tal y como se ha apuntado anteriormente, es muy importante realizar un diagnóstico preciso y un buen estudio de extensión de la enfermedad que permitan tener todos los datos necesarios para decidir el tratamiento más adecuado. En la actualidad, el conocimiento de los linfomas es cada vez mayor, así como la investigación con nuevas moléculas y otras modalidades terapéuticas que ofrecen expectativas alentadoras.
Los tratamientos más utilizados son:
Agentes alquilantes: atacan directamente al ADN para evitar la reproducción de las células cancerosas.
Rituximab: es un tipo de anticuerpo monoclonal indicado para Linfoma No Hodgkin de células B de novo o en recaída, leucemia linfocítica crónica-B y mieloma múltiple, entre otras patologías.
Quimioterapia convencional.
Radio – Quimioterapia.
Trasplante hematopoyético.
Una vez concluido el tratamiento, pueden darse tres escenarios:
• El paciente es refractario: el tratamiento no funciona y el enfermo debe pasar a un tratamiento de rescate.
• Se produce una respuesta parcial al tratamiento.
• El paciente presenta una respuesta total al tratamiento.
Novedades en la investigación del Linfoma de Hodgkin
Los especialistas están trabajando para aprender más sobre el linfoma de Hodgkin, cómo prevenirlo, cuál es el mejor tratamiento y cómo brindar los mejores cuidados a las personas a las que se les diagnostica esta enfermedad. Es recomendable hablar siempre con el médico sobre las mejores opciones de diagnóstico y tratamiento para cada caso. Las novedades son:
Determinación de la efectividad del tratamiento
Quimioterapia nueva/terapia dirigida
Inmunoterapia
Descripción genética
Reducción de la intensidad del tratamiento
Cuidados paliativos
Pronóstico del Linfoma de Hodgkin
En términos generales más de la mitad de los casos de linfoma se curan, si bien el pronóstico depende de una serie de factores como la edad y el estado general del paciente, el estadio en que se encuentre la patología en el momento del diagnóstico y, especialmente, el tipo de linfoma del que se trate.
El linfoma folicular es incurable mediante terapia pero evoluciona de forma muy lenta (es indolente) y la esperanza media de vida en estos pacientes es de 16 años desde el momento de la detección.
El linfoma de Burkitt se cura con quimioterapia en un gran porcentaje de los pacientes.
El linfoma de Hodgkin responde positivamente al tratamiento con quimioterapia y radioterapia la gran mayoría de los casos.
El linfoma HALT, causado por una bacteria que afecta a la mucosa del estómago, se cura de forma sencilla con antibióticos.
El linfoma del manto es el que peor pronóstico presenta y no puede curarse salvo que el paciente se someta a un trasplante. Cortesía: https://www.topdoctors.es/blog/
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Se trata de una iniciativa impulsada por la Red Mundial de Asociaciones de Pacientes con Linfoma (también conocida en países de habla inglesa como la LymphomaCoalition)
Con este día se pretende concienciar a la población general respecto al grave impacto que tienen los diversos tipos de linfoma sobre la vida de los pacientes, así como también promover prácticas que faciliten el diagnostico temprano y oportuno de esta enfermedad.
Se busca despertar el interés de diversas autoridades sanitarias públicas y privadas respecto a la necesidad de brindar atención integral de los pacientes y sus familias.
¿Qué es un linfoma?
El linfoma es un tipo de cáncer del sistema linfático, que es parte de la red del organismo que combate los gérmenes.
El sistema linfático comprende los ganglios linfáticos (glándulas linfáticas), el bazo, el timo y la médula ósea. El linfoma puede afectar todas esas zonas, así como otros órganos del cuerpo.
El linfoma afecta a entre tres y seis personas por cada 100.000 habitantes cada año. La edad media en la que suele aparecer se sitúa en torno a los 60 años.
Los linfomas se clasifican en 2 grandes tipos: Linfoma de Hodgkin y Linfoma No Hodgkiniano, de modo que la Organización Mundial de la Salud agrupa entre los linfomas diversas enfermedades como la leucemia, el mieloma multiple, el HIV/SIDA, y las enfermedades inmuno-proliferativas.
Los médicos no están seguros de las causas del linfoma. Pero comienza cuando un glóbulo blanco que combate enfermedades, llamado linfocito, sufre una mutación genética. La mutación le dice a la célula que se multiplique rápidamente, y se crean muchos linfocitos enfermos que continúan multiplicándose
El mejor tratamiento para tu caso dependerá del tipo y de la gravedad del linfoma. El tratamiento contra el linfoma puede comprender quimioterapia, medicamentos de inmunoterapia, radioterapia, un trasplante de médula ósea o alguna combinación de estos. Cortesía: https://tn8.tv/salud/
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