La hondura del pensamiento martiano en los más diversos temas no deja de sorprendernos, como aquella idea que encontramos en un cartel ubicado en el Centro de Desarrollo Local y Comunitario (Cedel): “Esa es la raíz, y esa es la sal de la Libertad: el municipio”.
Aunque escrito en circunstancias muy diferentes a las que vive actualmente el país, este pensamiento del Apóstol se vincula con el Artículo 168 de la Constitución de la República de Cuba en el que se define al municipio como la sociedad local, organizada por la ley, que constituye la unidad política–administrativa primaria y fundamental de la organización nacional, y se entronca con la política para impulsar el desarrollo territorial aprobada por el Consejo de Ministros. La pregunta que debe hacerse es, expresó el ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil: “¿Qué potencial tiene mi territorio; qué retos hay que enfrentar para lograr un desarrollo mirando hacia adentro y no hacia arriba?”.
En entrevista con Yarbredys Vázquez López, vicedirector científico del Cedel, señaló que esta política está encaminada a movilizar los recursos endógenos de los territorios mediante la articulación de las acciones de sus actores, cada uno de los cuales tiene una responsabilidad específica. Lo importante es ponerlos en diálogo para que gestionen, en un contexto de descentralización, los programas y proyectos que le dan contenido al desarrollo local.
“No se trata de un empeño nuevo, nosotros hemos estado trabajando directamente con 27 municipios desde hace unos ocho años, también lo han hecho las universidades y otros territorios se han relacionado con la colaboración internacional. La novedad es que se aprobó una metodología para elaborar estrategias de desarrollo, porque todo debe partir de un plan, para saber adónde va el municipio, trazar metas, objetivos.
“Hasta ahora el gobierno del municipio se ha dedicado fundamentalmente a enfrentar los problemas del día a día, y para aspirar al desarrollo hay que pasar de la contingencia a lo estratégico, y no es una tarea fácil”, subrayó.
“Una fortaleza en nuestra nación es la existencia en la base del entramado de la ciencia, que funge como asesora de este proceso.
“Hay proyectos que han sido estrellas en el desarrollo local, entre estos la fabricación de los materiales de la construcción, que se han descentralizado en casi todos los territorios del país, y las minindustrias, que elaboran conservas a partir de vegetales y frutas, aunque hay otros muchos vinculados al turismo, al patrimonio cultural y al medio ambiente, por mencionar algunos ejemplos.
“Lo que hace falta es voluntad política para impulsar cada una de las iniciativas que surjan en la base, no esperar a que estén creadas todas las condiciones para emprenderlas, capacitar a los actores locales en la gestión de proyectos y dejarlos hacer”.