No siempre le damos el debido reconocimiento al arte, a su poder para unir, movilizar y llegar al alma de las personas. Nos quedamos, muchas veces, en el instante del mero entretenimiento.Sin embargo, cuando se viven experiencias difíciles como ahora, necesitamos la esperanza y la hermandad de muchas manos amigas dispuestas a llevar mensajes de amor por diversas vías.

Camagüey- Primero llegó Roger Meriño a contar que su trombón imita la voz humana y puede acariciar con el sonido. Luego se acercó con el saxofón en brazos un joven medio tímido llamado Roslay Rodríguez. Por último, Félix Charles Ryan colmó de asombro al presentar la tuba, un instrumento con nombre de flaco pero es más grande y gordo que su dueño.