Camagüey- Salir de una función teatral y aplaudir a los actores, terminar un concierto y gritar hasta quedar sin voz por el artista sobre el escenario, visitar una galería y permanecer consternados o disfrutar hasta el cansancio una presentación danzaria no sería posible sin cientos de manos y rostros ocultos detrás de los muros.