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En el estero El Gremio de la bahía de Nuevitas, donde se ve a lo lejos cayo Libertad, el más cercano a la comunidad Santa Rita, los manglares parecen dueños y señores, al menos, a simple vista.

Se unen en ese espacio muy próximo a la orilla compuestos por árboles retorcidos, en perfecta referencia al significado de la palabra, y sus raíces forman parte de la manera natural en que se protege la línea de costa de la erosión acelerada.

Más una revisión cuidadosa demuestra que no es tan así. Se logran ver pequeñas entradas en algunos espacios y eso no se debe, en mayor medida, al ascenso del nivel del mar o los efectos de eventos hidrometeorológicos extremos sino a la actividad depredadora de los seres humanos.

Bien lo sabe el investigador Omilcar Barrio Valdés, quien conoce este lugar casi como la palma de su mano. Incluso, lo tiene muy identificado en sus referencias.

Allí, doña natura ha plantado parte de su obra, tanto así que el sitio forma parte del área protegida Refugio de Fauna Cayos Ballenatos y Manglares de la Bahía y no falta la mirada desde la ciencia para proteger, lo más que se pueda, los recursos naturales presentes.

PASIÓN POR EL MEDIO AMBIENTE Y PROYECTOS A LA MEDIDA

Mileidy Valier Labañino es una ecóloga por naturaleza. Sus años de estudio en la licenciatura en Biología y la práctica como especialista en la unidad administrativa local perteneciente a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna así lo confirman.

Lo mismo lee sobre tortugas marinas que guarda en sus archivos cerca de recursos con valores históricos como el fuerte de San Hilario, en cayo Sabinal, uno de los más grandes del archipiélago Sabana-Camagüey.

Está consciente que en temas logísticos pueden faltar recursos o ser pocos, pero con empeño y consagración se logra trabajar y a partir de ello obtener resultados favorables.

Cada año los proyectos de conservación son una realidad. En el actual 2021 el número asciende a 19.

“Trabajamos el manejo, monitoreo y recuperación de ecosistemas, fundamentalmente el manglar. En el monitoreo algunas especies de la flora y la fauna, como reptiles y mamíferos, por ejemplo, la iguana y la jutía en cayo Ballenato del Medio, con el objetivo de determinar el estado de las poblaciones, si tienen alguna amenaza y su comportamiento a través de los años, si hay algo que está afectando la supervivencia de las especies para tomar las medidas correspondientes.

Además, la protección y vigilancia por los diferentes sectores de manejo, donde los operarios de la conservación recogen en los registros de observación todas las incidencias de tala, caza, floración o fructificación, y a partir de allí se hacen las acciones de manejo. La educación ambiental también es muy importante para llegar a las comunidades”.

Mientras ella observa el entorno del estero El Gremio reconoce que las poblaciones se encuentran más protegidas en los espacios donde hay puntos de vigilancia por parte de Flora y Fauna, “no así en el área de los manglares o humedales, es decir, Boca Grande, donde hay incidencias de caza de algunas especies de aves acuáticas.

En el área de Boca Grande y El Bagá se mantiene el monitoreo, por ejemplo, del flamenco rosado, en el año 2018 anidó una colonia allí, se realizó un estudio, pero en 2019 y 2020 no sucedió esto por diferentes motivos que hasta ahora estamos estudiando, pudiera ser en lugares próximos porque se observó la presencia de individuos juveniles a donde no pudimos llegar por cuestiones de logística”.

Y mientras comenta recuerdo las historias contadas por Geordany Santana y Tomás Arredondo, ambos de la televisión local, quienes pudieron guardar instantáneas de la presencia del Phoenicopterus ruber, ave con una amplia distribución en zonas costeras de Centroamérica y norte de Suramérica, incluidas varias islas de las Antillas, en el sitio que forma parte del Área Importante para la Conservación de las Aves CU013 Cayo Sabinal-Ballenatos-B­­ahía de Nuevitas, de acuerdo con publicación de autores locales en Poeyana, revista cubana de Zoología.

RESILIENCIA COSTERA CON MIRA EN RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS DAÑADOS

En el estero El Gremio la naturaleza hace de las suyas. A pesar de los daños visibles que puede causarle la actividad humana renace la esperanza. Brotan no pocas plántulas de mangle.

En el estero El Gremio la naturaleza hace de las suyas. A pesar de los daños visibles que puede causarle la actividad humana renace la esperanza. Brotan no pocas plántulas de mangle.

—Aquí, unos 30 neumatóforos (raíces especializadas que crecen fuera de la superficie del agua), se escucha decir.
—Este árbol unos tres metros de altura, refiere otro.
—Guardamos bien los datos y después sacamos conclusiones, llega la voz de mando.

Cintas métricas y otros recursos a mano se emplean, incluso teléfonos móviles o cámaras sirven para dejar la constancia gráfica del trabajo.

Con un estudio en parcelas, parte del colectivo del área de conservación en Flora y Fauna de Nuevitas y Omilcar Barrio Valdés, del Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey (CIMC), realizó recientemente un monitoreo al ecosistema cercano.

Estos resultados se suman a los obtenidos en meses anteriores en el sitio de intervención directa del proyecto internacional Construyendo resiliencia costera en Cuba a través de soluciones naturales para la adaptación al cambio climático, la comunidad Santa Rita, además de los alrededores de los manglares de la laguna La Salina y al sur hasta el estero.

A través de dichos diagnósticos, facilitados por el investigador del CIMAC, coordinador del resultado dos, se detectaron un total de 42 especies de aves, de ellas 13 acuáticas y 25 terrestres, de estas cuatro son endémicas y una sola amenazada de extinción: el gavilán batista en la categoría En peligro.

Se encontraron un total de 12 especies de arácnidos. Dentro de estas destaca la presencia de la invasora araña parda del Mediterrán.

Se detectaron tres especies de caracoles. De las mariposas diurnas se hallaron nueve, de estas solo dos en el manglar.

Se registró la presencia de una especie de anfibio y ocho de reptiles.

Igualmente, en dicha labor conservacionista Flora y Fauna participa en la eliminación de plantas invasoras como el marabú y el ipil ipil.

Con la misma pasión por el medio ambiente, amor que lo acompaña desde pequeño, Barrio Valdés explica: “Estamos estudiando parcelas para conocer la densidad, el diámetro, la altura de las especies presentes, lo cual permitirá estimar el estado de salud que tienen hoy los manglares.

De manera preliminar se sabe que es bastante saludable, está compuesto por las especies clásicas: prieto, rojo, patabán y llana en menor medida, lo que sí se evidencia alguna mortalidad antigua, al parecer provocado por los eventos de huracanes pasados pero también de tala selectiva de algunas especies, lo que hay que tener en cuenta en el futuro”.

Nuevitas destaca por la existencia de áreas protegidas comprendidas en la extensión geográfica del municipio, entre ellas, Refugio de Fauna Cayos Ballenatos y Manglares de la Bahía. El estero El Gremio, sitio del área, permanece visitado por el mar y las olas, así como el personal investigador, quienes recuerdan que lo que no cuidemos hoy no estará para futuras generaciones. Cortesía: https://www.radionuevitas.icrt.cu/nuevitas/7567-ciencia-para-la-conservacion-desde-nuevitas-manglares-en-el-estero-el-gremio-posts-y-fotos.html?fbclid=IwAR3U1fh8sWuTof7D5zu6GRkJDvq_-bU76GhHmaXdTa_SiJDQ6E7BvknUIeM