El coronavirus es una pandemia mundial que aterroriza a todos por su rápida propagación y efectos mortales, pero en medio de ese espectro negativo nace la esperanza sustentada en la solidaridad, la compresión de cómo enfrentarlo y los gestos de humanidad.

Se ha reiterado que la mejor forma de combatirlo es mediante la higiene, la no aglomeración y la permanencia en casa del mayor grupo de personas, solo continuarán en sus quehaceres los trabajadores imprescindibles para mantener los servicios básicos.

Y en medio de este caos mundial nacen iniciativas que reflejan el amor por el prójimo, la conciencia de llevar tranquilidad, alegría, arte mientras se está en casa, porque una de las medidas para prevenir la COVID-19 es el aislamiento de otras personas.

En el planeta no son pocos los artistas que desde sus balcones interpretan canciones, tocan piano, saxofón, lo conocimos a través de las redes sociales, pero Cuba no se queda detrás, Chucho Valdés ya ha ofrecido mini conciertos desde su vivienda, y se unen David Blanco junto a otros intérpretes y grupos musicales para llevar esa esperanza a todos.

Mientras en casas cubanas se elaboran por iniciativa propia nasobucos, los que son donados a instituciones o sectores priorizados de la población más vulnerable, otras personas aportan sus telas para que las costureras los produzcan, y de eso se trata, de contribuir desde cada pedacito de su hacer para que juntos venzamos esta gran batalla contra el coronavirus.

En Cuba se adoptan nuevas medidas para evitar la propagación del SARS CoV-2 y el pueblo consciente las cumple porque de ello depende que salgamos victoriosos de este brote que toca a todos sin mirar país, raza, ideología, edad.

En tu mano, en la de él o ella, de ustedes, de nosotros, está vencer la pandemia, si todos nos unimos y cumplimos las orientaciones podremos reir mañana.