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Camagüey- Después de la película José Martí: el ojo del canario, Fernando Pérez fue aún más martiano. Gracias a esa cinta, su director, dice, creció muchísimo y logró una mayor identificación con el Apóstol, su legado, sus ideas… pero sobre todo, con la sensibilidad que le descubrió al Héroe Nacional de Cuba.

“Yo nunca pensé hacer una película sobre Martí, porque es un universo muy complejo y profundo. A veces siento que una sola película no es suficiente para ello, pero al mismo tiempo es muy motivadora su vida y toda su historia”.

En entrevista vía telefónica con Cadena Agramonte, el Premio Nacional de Cine 2007, que también cumple las medidas de aislamiento en su hogar en La Habana ante la Covid-19, confesó que cuando le proponen la realización de la obra: “conocía sobre Martí, pero me faltaban leer otras cosas”.

"Cuando decidí contar esa parte de su vida, que es la menos conocida y de la que menos documentos se conservan, su infancia y adolescencia, leí mucho, consulté especialistas, grandes historiadores, y eso me ayudó mucho, y fue cuando confirmé la grandeza de Martí, pero a partir de su sencillez”.

A juicio del cineasta, la figura del pequeño que nació en la calle Paula el 28 de enero de 1853, ha trascendido porque fue un niño, un adolescente y finalmente un hombre que tuvo que sobreponerse a su medio, a su familia y a todo para cumplir y hacer lo que realmente sentía.

¿Qué otra arista de Martí le gustaría llevar al cine? –le interrogo.

“Me han preguntado con frecuencia cuándo viene la segunda parte que termina con el presidio político, y he estado tentado, pero no me he decidido aún”.

Sin embargo, Fernando confía en los noveles realizadores, pues aunque “el Martí adulto y su contexto es muy complejo, es un bosque, un universo muy fuerte; sé que muchos jóvenes lo harán y se acercarán a él, porque es una fuente inagotable de identificación del cubano con sus valores y su manera de pensar”.

Incluso hoy en día, en medio de la pandemia, la sensibilidad martiana, la solidaridad y humanidad, son fundamentales no solo para Cuba, sino para el mundo entero, opina.

“Lo que sí quisiera algún día, si la vida me da para eso, es hacer una película que fuera un equivalente a un poema de Lina de Feria, que escribió sobre Martí y la niña de Guatemala, un poema muy particular y profundo, pero no sabría cómo lograrlo en el Cine”.

Pero hay más proyectos en la vida de Fernando Pérez, y entre ellos no faltan sus vínculos con Camagüey, provincia a la que siempre está ligado, donde “he vivido experiencias muy lindas, no solo culturales e intelectuales, sino también de amistad y encuentros con gente muy importantes en mi vida.

“El Taller de la Crítica es uno de los eventos más importantes sobre reflexión cinematográfica en Cuba; el Almacén de la Imagen, que en los momentos más difíciles se ha mantenido, es un espacio para ese Cine joven que despunta; el Callejón de los Milagros… en fin, creo que hay un amor por el Cine y la cultura que a uno lo alimenta, y siempre volvería a Camagüey”.

A través de la película José Martí: el ojo del canario, Fernando Pérez descubrió otras dimensiones de la vida del Apóstol, que, para bien, llevó a todos los cubanos.

Así nos muestra a un Héroe que desde la niñez ya vislumbraba su grandeza, un acercamiento necesario que nos invita a seguir descubriendo al más universal de los cubanos.

Por Juan Mendoza Medina / Radio Cadena Agramonte.
Fotos: Adelante