Francisco Alberto Durán García recibió esta mañana la primera dosis de Soberana 02. Francisco Alberto, dicen que su madre era la única que le recordaba siempre los dos nombres cuando hacía algo mal. “Cuando me decía así, ya yo sabía, ‘Ah ya, ahora metí la pata’”. Pero Durán hoy no metió la pata, el doctor cuya voz pudiéramos reconocer a kilómetros de distancia, recibió poco más de un año después de conquistar el imaginario colectivo de una nación en medio de una pandemia, uno de los cinco candidatos vacunales cubanos contra la COVID-19.
“¿A ustedes son a quienes se les ha dado el castigo de grabarme?”, nos da los buenos días la voz, que hasta hace una hora estaba en televisión nacional dando las cifras diarias de la COVID-19 en Cuba.
“Esto no se da en la carrera. Esta asignatura no está”, bromea con sus colegas antes de entrar a la sala de enfermería. Durán mira alrededor como perdido, este no es el ICRT, ni el CPI, ni el MINSAP, aquí no hay cifras que dar, focos o eventos que explicar, personas que tranquilizar, aquí hay luces y cámaras y Durán mira buscando a su gente.
El reloj marca las 11:05. Las enfermeras le piden fotos. Una doctora le pregunta si puede tomarse una foto con él. Su hija trabaja en zona roja, le dice, “es para ella, ahora está dentro”.
Mientras espera en la sala de observación de eventos adversos, una enfermera le explica el procedimiento. “¿De qué conversamos ahora?”, le pregunta ella después. “¿Cómo se llama usted?”, le rebate Durán. “Hoy tuvimos la cifra más alta de toda la pandemia”, y comienza a hablarle de lo suyo. Ya no hay focos, sino la pandemia que ha manejado durante más de un año.
Este miércoles se levantó a las cinco de la mañana. Y ayer, y antier, y el domingo. Todos los días, cada día de la semana. La noche anterior terminó de recibir los partes de todas las provincias a las 11 p.m. En lo que llegó a la casa eran más de las 12 a.m., “bañarme, comer algo, y a las cinco el de pie”.
“¿Con bata o sin bata?”, pregunta cuando lo van a entrevistar. “¿Quiere agua?”, le ofrecen. “Ahora no”. Durán está acostumbrado a hablar durante mínimo una hora todas las mañanas. Cifras, contactos, sospechosos, ingresados. Durán está acostumbrado a medirnos la vida en cifras.
“Como dice Georgina, hablo más de la cuenta. Ustedes editan ahí”, bromea cuando acaba. Para las fotos hace chistes con las enfermeras y doctores del que es el policlínico de su área de salud. “China ¿tú no tienes polvo ahí para la cara? Georgina, tú tienes que prever esas cosas”, bromea con quien ha sido su constante estos meses. Georgina Pérez Álvarez, jefa del Departamento de Información y Comunicación del Minsap, de noche y de día a su lado, con cuatro, 11, 123 y 1 000 casos.
“Esto era algo muy deseado. Era algo que esperaba porque uno está expuesto. Pero es importante que las personas se sigan cuidando. Hasta que no transcurra un periodo de tiempo no habrá posibilidad de defenderse de adquirir o no la enfermedad. El riesgo ahora, si no me protejo, es el mismo que antes”.
De camisa de cuadros rojos, trabajando desde las seis de la mañana, Durán camina con su hoja de vacunación por este policlínico del Vedado. “Confío en la vacuna porque el potencial científico cubano ha demostrado la capacidad de producir vacunas de gran efectividad”.
“Los efectos adversos que se han recogido son mínimos, quizás un poco de molestia o aumento de volumen en el lugar de la inyección. Pero nada importante. Lo otro que ha demostrado es que se alcanzan títulos de anticuerpos neutralizantes que permiten que esa persona se proteja contra el virus una vez que se ha completado el esquema de vacunación”.
“No obstante, ‒insistió‒ seguimos reiterando la necesidad de mantener las medidas de restricción e higiénicas, hasta tanto se logre que un 70% de la población esté inmunizada”.
Cuando comenzó el 2020, el doctor Durán y su equipo pensaban que “iba a ser un año de los más tranquilos, el dengue se había controlado, el cólera no había hacía como tres años ya, el zika también hacía más de casi dos años que no teníamos transmisión y dijimos va a ser un año… pero qué va, apareció la COVID”.
“Un buen día ‒contó en la Mesa Redonda‒ el ministro me llamó y me dijo: `tú vas a ser el vocero Durán`, y yo: `Ministro, qué vocero, si yo no…`, y dice: `No no, es una decisión, una decisión que se ha tomado`, y así empezó esto que está aquí”. Este miércoles, luego de su conferencia de prensa, el santiaguero de 69 años recibió el candidato vacunal cubano. “Ya queda menos”, nos dijo antes de marcharse, para mañana volver al de pie de las 5:00 a.m. Cortesía: http://www.cubadebate.cu/noticias/

Con la presencia del Dr. Carlos Morán Giraldo, Subdirector de la Dirección Provincial de Salud pública de Camagüey, se realiza en la Universidad de Cuiencias Medicas el Taller Provincial para el perfeccionamiento del Sistema de Trabajo en la aplicación de la Guía del Control Interno mediante la aplicación de la auditoria estratégica. #Cuba #CubaEduca #CubaViva

 

Desde el Policlínico José Martí Pérez  en #Camagüey la profesionalidad y humanismo de su colectivo de trabajadores y en especial los del área de medios diagnósticos que cada día brindan lo mejor de sí en la atención a la población agramontina a pesar del #Bloqueo impuesto por el gobierno de los #EEUU se garantiza la atención de salud. #CubaPorLaVida #CubaSalva #CubaVsBloqueo #ElBloqueoEsReal

 

 

Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer. Aunque los factores de riesgo con frecuencia influyen en el desarrollo del cáncer, la mayoría no provoca cáncer de forma directa. Algunas personas con varios factores de riesgo nunca desarrollan cáncer, mientras que otras personas sin factores de riesgo conocidos desarrollan cáncer. Conocer los factores de riesgo y hablar con el médico al respecto puede ayudarlo a tomar decisiones más informadas sobre las opciones de estilo de vida y atención médica.
Una persona con un riesgo promedio de contraer #cáncercolorrectal tiene aproximadamente 5% de posibilidades de desarrollar cáncer colorrectal. En general, la mayoría de los casos de #Cáncer colorrectal (alrededor del 95%) se consideran esporádicos, es decir que las modificaciones genéticas se desarrollan al azar después de que nace una persona, así que no existen riesgos de traspasar estas modificaciones genéticas a los hijos. Los casos de cáncer colorrectal hereditarios son menos frecuentes (alrededor del 5%) y ocurren cuando las mutaciones o modificaciones genéticas se transmiten dentro de una familia, de generación a generación (consulte a continuación). Generalmente, se desconocen las causas que provocan el cáncer colorrectal. Sin embargo, los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de una persona de desarrollar cáncer colorrectal:
Edad. El riesgo de desarrollar cáncer colorrectal aumenta con la edad. El cáncer colorrectal puede aparecer en adultos jóvenes y adolescentes, pero la mayoría de los casos de cáncer colorrectal se presenta en personas mayores de 50 años. Para el cáncer de colon, la edad promedio al momento del diagnóstico es de 68 años en hombres y 72 años en mujeres. Para el cáncer de recto, la edad es 63 años para hombres y mujeres. Los adultos mayores que reciben un diagnóstico de cáncer colorrectal enfrentan desafíos únicos, especialmente en relación con el tratamiento del cáncer. Para obtener mayor información, visite la sección de Cancer.Net sobre envejecimiento y cáncer.
Es importante destacar que, aunque el cáncer colorrectal aún se diagnostica con mayor frecuencia en adultos mayores, la tasa de incidencia para el cáncer colorrectal disminuyó alrededor del 5% por año en adultos de 65 años o mayores y disminuyó un 1.4% por año en adultos de 50 a 64 años, según las últimas estadísticas. Mientras tanto, la tasa de incidencia aumentó alrededor del 2% por año en adultos menores de 50 años. El aumento se debe en gran parte a la cantidad creciente de casos de cáncer de recto. Alrededor del 11% de todos los diagnósticos de cáncer colorrectal son en personas menores de 50 años. No se conoce completamente el motivo de este aumento en los adultos más jóvenes y es un área activa de investigación.
 
Sexo. Los hombres tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar cáncer colorrectal que las mujeres.
Antecedentes familiares de cáncer colorrectal. El cáncer colorrectal se puede transmitir en la familia si los parientes de primer grado (padres, hermanos, hijos) o muchos otros miembros de la familia (abuelos, tíos, sobrinos, nietos, primos) han tenido cáncer colorrectal. Esto se produce especialmente cuando a los miembros de la familia se les ha diagnosticado cáncer colorrectal antes de los 60 años. Si una persona tiene antecedentes familiares de cáncer colorrectal, su riesgo de desarrollar la enfermedad es casi el doble. El riesgo aumenta más si otros parientes cercanos también han desarrollado cáncer colorrectal o si un pariente de primer grado recibió el diagnóstico a una edad temprana.
Es importante hablar con sus parientes sobre sus antecedentes familiares de cáncer colorrectal. Si piensa que puede tener antecedentes familiares de cáncer colorrectal, primero consulte a un asesor genético antes de realizarse alguna prueba genética. Solo las pruebas genéticas (en inglés) pueden determinar si tiene una mutación genética, y los asesores genéticos están capacitados para explicar los riesgos y los beneficios de las pruebas genéticas.
Afecciones hereditarias raras. Los familiares con determinadas afecciones hereditarias poco frecuentes también tienen un riesgo mayor de cáncer colorrectal, así como de otros tipos de cáncer. Esto incluye lo siguiente:
Poliposis adenomatosa familiar (PAF) (en inglés)
Poliposis adenomatosa familiar atenuada (PAFA) (en inglés), un subtipo de PAF
Síndrome de Gardner (en inglés), un subtipo de la PAF)
Síndrome de poliposis juvenil (SPJ) (en inglés)
Síndrome de Lynch (en inglés), también llamado cáncer colorrectal hereditario sin poliposis (abreviado por sus siglas en inglés, hereditary nonpolyposis colorectal cancer, HNPCC)
Síndrome de Muir-Torre (en inglés), un subtipo del Síndrome de Lynch
Poliposis asociada al gen MYH (en inglés)
Síndrome de Peutz-Jeghers (en inglés)
Síndrome de Turcot (en inglés), un subtipo de la PAF y el síndrome de Lynch
Enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Las personas con EII, como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, pueden padecer una inflamación crónica del intestino grueso. Esto aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. La EII es diferente del síndrome de intestino irritable (SII). El SII no aumenta su riesgo de tener cáncer colorrectal.
Pólipos adenomatosos (adenomas). Los pólipos no son cáncer, pero algunos tipos de pólipos, denominados adenomas, pueden transformase con el tiempo en cáncer colorrectal. Los pólipos, a menudo, se pueden extirpar por completo con una herramienta durante una colonoscopia, una prueba en la que el médico introduce un tubo iluminado para ver dentro del colon del paciente, después de sedarlo. La extirpación de los pólipos puede prevenir el cáncer colorrectal. Las personas que han tenido adenomas son más propensas a tener pólipos nuevamente y a sufrir cáncer colorrectal, por lo que deben realizarse exámenes de detección de seguimiento en forma periódica (consulte a continuación).
Antecedentes personales de ciertos tipos de cáncer. Las personas con antecedentes personales de cáncer colorrectal y las mujeres que hayan tenido cáncer de ovario o cáncer de útero son más propensas a desarrollar cáncer colorrectal.
Raza. Las personas de raza negra tienen las tasas más altas de cáncer colorrectal esporádico o no hereditario en los Estados Unidos. El cáncer colorrectal también es una de las causas principales de muerte relacionada con el cáncer en las personas de esa raza. Las mujeres negras tienen más probabilidades de morir por cáncer colorrectal que las mujeres de cualquier otro grupo racial y los hombres negros son incluso más propensos a morir de cáncer colorrectal que las mujeres negras. Las razones de estas diferencias son poco claras. Debido a que las personas de raza negra tienen más posibilidades de recibir un diagnóstico de cáncer colorrectal a una edad más temprana, el Colegio Estadounidense de Gastroenterología (American College of Gastroenterology) sugiere que las personas de raza negra comiencen a realizarse exámenes de detección con colonoscopias a partir de los 45 años (consulte la sección Detección). Los exámenes de detección que se realizan en forma temprana podrían encontrar cambios en el colon en un momento en que resulte más sencillo tratarlos.
Inactividad física y obesidad. Es posible que las personas con un estilo de vida sedentario, es decir, que no hacen ejercicio físico en forma regular y permanecen mucho tiempo sentadas, y quienes tienen sobrepeso y obesidad corran un mayor riesgo de contraer cáncer colorrectal.
Nutrición. Las investigaciones actuales vinculan de manera sistemática el mayor consumo de carnes rojas y carnes procesadas con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. También se han observado otros factores dietarios para saber si afectan el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Tabaquismo. Estudios recientes han demostrado que los fumadores tienen más posibilidades de morir de cáncer colorrectal que los no fumadores.
Prevención
Diferentes factores producen distintos tipos de cáncer. Los investigadores continúan estudiando los factores que provocan el cáncer colorrectal, incluidas las formas de prevenirlo. Aunque no existe una forma comprobada de prevenir por completo esta enfermedad, tal vez usted pueda reducir el riesgo. Hable con su equipo de atención médica para obtener más información sobre su riesgo personal de desarrollar cáncer colorrectal.
Los siguientes factores pueden reducir el riesgo de una persona de desarrollar cáncer colorrectal:
Aspirina y otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Algunos estudios sugieren que la aspirina y otros AINE pueden reducir el desarrollo de pólipos en personas con antecedentes de cáncer colorrectal o pólipos. Sin embargo, el uso regular de AINE puede provocar efectos secundarios graves, incluidas hemorragias en el revestimiento interno del estómago y coágulos de sangre, que pueden derivar en accidente cerebrovascular o ataque cardíaco. Las aspirinas u otros AINE no son un sustituto para el examen regular para la detección de cáncer colorrectal. Cada persona debe consultar a su médico acerca de los riesgos y los beneficios de tomar aspirinas regularmente.
Dieta y suplementos. Una dieta rica en frutas y verduras y baja en carnes rojas puede contribuir a reducir el riesgo de contraer cáncer colorrectal. Algunos estudios indican también que quienes consumen suplementos de calcio y vitamina D tienen un menor riesgo de contraer cáncer colorrectal. Cortesía: https://www.cancer.net/es/tipos-de-c%C3%A1ncer/