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Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer. Aunque los factores de riesgo con frecuencia influyen en el desarrollo del cáncer, la mayoría no provoca cáncer de forma directa. Algunas personas con varios factores de riesgo nunca desarrollan cáncer, mientras que otras personas sin factores de riesgo conocidos desarrollan cáncer. Conocer los factores de riesgo y hablar con el médico al respecto puede ayudarlo a tomar decisiones más informadas sobre las opciones de estilo de vida y atención médica.
Una persona con un riesgo promedio de contraer #cáncercolorrectal tiene aproximadamente 5% de posibilidades de desarrollar cáncer colorrectal. En general, la mayoría de los casos de #Cáncer colorrectal (alrededor del 95%) se consideran esporádicos, es decir que las modificaciones genéticas se desarrollan al azar después de que nace una persona, así que no existen riesgos de traspasar estas modificaciones genéticas a los hijos. Los casos de cáncer colorrectal hereditarios son menos frecuentes (alrededor del 5%) y ocurren cuando las mutaciones o modificaciones genéticas se transmiten dentro de una familia, de generación a generación (consulte a continuación). Generalmente, se desconocen las causas que provocan el cáncer colorrectal. Sin embargo, los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de una persona de desarrollar cáncer colorrectal:
Edad. El riesgo de desarrollar cáncer colorrectal aumenta con la edad. El cáncer colorrectal puede aparecer en adultos jóvenes y adolescentes, pero la mayoría de los casos de cáncer colorrectal se presenta en personas mayores de 50 años. Para el cáncer de colon, la edad promedio al momento del diagnóstico es de 68 años en hombres y 72 años en mujeres. Para el cáncer de recto, la edad es 63 años para hombres y mujeres. Los adultos mayores que reciben un diagnóstico de cáncer colorrectal enfrentan desafíos únicos, especialmente en relación con el tratamiento del cáncer. Para obtener mayor información, visite la sección de Cancer.Net sobre envejecimiento y cáncer.
Es importante destacar que, aunque el cáncer colorrectal aún se diagnostica con mayor frecuencia en adultos mayores, la tasa de incidencia para el cáncer colorrectal disminuyó alrededor del 5% por año en adultos de 65 años o mayores y disminuyó un 1.4% por año en adultos de 50 a 64 años, según las últimas estadísticas. Mientras tanto, la tasa de incidencia aumentó alrededor del 2% por año en adultos menores de 50 años. El aumento se debe en gran parte a la cantidad creciente de casos de cáncer de recto. Alrededor del 11% de todos los diagnósticos de cáncer colorrectal son en personas menores de 50 años. No se conoce completamente el motivo de este aumento en los adultos más jóvenes y es un área activa de investigación.
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Sexo. Los hombres tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar cáncer colorrectal que las mujeres.
Antecedentes familiares de cáncer colorrectal. El cáncer colorrectal se puede transmitir en la familia si los parientes de primer grado (padres, hermanos, hijos) o muchos otros miembros de la familia (abuelos, tíos, sobrinos, nietos, primos) han tenido cáncer colorrectal. Esto se produce especialmente cuando a los miembros de la familia se les ha diagnosticado cáncer colorrectal antes de los 60 años. Si una persona tiene antecedentes familiares de cáncer colorrectal, su riesgo de desarrollar la enfermedad es casi el doble. El riesgo aumenta más si otros parientes cercanos también han desarrollado cáncer colorrectal o si un pariente de primer grado recibió el diagnóstico a una edad temprana.
Es importante hablar con sus parientes sobre sus antecedentes familiares de cáncer colorrectal. Si piensa que puede tener antecedentes familiares de cáncer colorrectal, primero consulte a un asesor genético antes de realizarse alguna prueba genética. Solo las pruebas genéticas (en inglés) pueden determinar si tiene una mutación genética, y los asesores genéticos están capacitados para explicar los riesgos y los beneficios de las pruebas genéticas.
Afecciones hereditarias raras. Los familiares con determinadas afecciones hereditarias poco frecuentes también tienen un riesgo mayor de cáncer colorrectal, así como de otros tipos de cáncer. Esto incluye lo siguiente:
Poliposis adenomatosa familiar (PAF) (en inglés)
Poliposis adenomatosa familiar atenuada (PAFA) (en inglés), un subtipo de PAF
Síndrome de Gardner (en inglés), un subtipo de la PAF)
Síndrome de poliposis juvenil (SPJ) (en inglés)
Síndrome de Lynch (en inglés), también llamado cáncer colorrectal hereditario sin poliposis (abreviado por sus siglas en inglés, hereditary nonpolyposis colorectal cancer, HNPCC)
Síndrome de Muir-Torre (en inglés), un subtipo del Síndrome de Lynch
Poliposis asociada al gen MYH (en inglés)
Síndrome de Peutz-Jeghers (en inglés)
Síndrome de Turcot (en inglés), un subtipo de la PAF y el síndrome de Lynch
Enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Las personas con EII, como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, pueden padecer una inflamación crónica del intestino grueso. Esto aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. La EII es diferente del síndrome de intestino irritable (SII). El SII no aumenta su riesgo de tener cáncer colorrectal.
Pólipos adenomatosos (adenomas). Los pólipos no son cáncer, pero algunos tipos de pólipos, denominados adenomas, pueden transformase con el tiempo en cáncer colorrectal. Los pólipos, a menudo, se pueden extirpar por completo con una herramienta durante una colonoscopia, una prueba en la que el médico introduce un tubo iluminado para ver dentro del colon del paciente, después de sedarlo. La extirpación de los pólipos puede prevenir el cáncer colorrectal. Las personas que han tenido adenomas son más propensas a tener pólipos nuevamente y a sufrir cáncer colorrectal, por lo que deben realizarse exámenes de detección de seguimiento en forma periódica (consulte a continuación).
Antecedentes personales de ciertos tipos de cáncer. Las personas con antecedentes personales de cáncer colorrectal y las mujeres que hayan tenido cáncer de ovario o cáncer de útero son más propensas a desarrollar cáncer colorrectal.
Raza. Las personas de raza negra tienen las tasas más altas de cáncer colorrectal esporádico o no hereditario en los Estados Unidos. El cáncer colorrectal también es una de las causas principales de muerte relacionada con el cáncer en las personas de esa raza. Las mujeres negras tienen más probabilidades de morir por cáncer colorrectal que las mujeres de cualquier otro grupo racial y los hombres negros son incluso más propensos a morir de cáncer colorrectal que las mujeres negras. Las razones de estas diferencias son poco claras. Debido a que las personas de raza negra tienen más posibilidades de recibir un diagnóstico de cáncer colorrectal a una edad más temprana, el Colegio Estadounidense de Gastroenterología (American College of Gastroenterology) sugiere que las personas de raza negra comiencen a realizarse exámenes de detección con colonoscopias a partir de los 45 años (consulte la sección Detección). Los exámenes de detección que se realizan en forma temprana podrían encontrar cambios en el colon en un momento en que resulte más sencillo tratarlos.
Inactividad física y obesidad. Es posible que las personas con un estilo de vida sedentario, es decir, que no hacen ejercicio físico en forma regular y permanecen mucho tiempo sentadas, y quienes tienen sobrepeso y obesidad corran un mayor riesgo de contraer cáncer colorrectal.
Nutrición. Las investigaciones actuales vinculan de manera sistemática el mayor consumo de carnes rojas y carnes procesadas con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. También se han observado otros factores dietarios para saber si afectan el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Tabaquismo. Estudios recientes han demostrado que los fumadores tienen más posibilidades de morir de cáncer colorrectal que los no fumadores.
Prevención
Diferentes factores producen distintos tipos de cáncer. Los investigadores continúan estudiando los factores que provocan el cáncer colorrectal, incluidas las formas de prevenirlo. Aunque no existe una forma comprobada de prevenir por completo esta enfermedad, tal vez usted pueda reducir el riesgo. Hable con su equipo de atención médica para obtener más información sobre su riesgo personal de desarrollar cáncer colorrectal.
Los siguientes factores pueden reducir el riesgo de una persona de desarrollar cáncer colorrectal:
Aspirina y otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Algunos estudios sugieren que la aspirina y otros AINE pueden reducir el desarrollo de pólipos en personas con antecedentes de cáncer colorrectal o pólipos. Sin embargo, el uso regular de AINE puede provocar efectos secundarios graves, incluidas hemorragias en el revestimiento interno del estómago y coágulos de sangre, que pueden derivar en accidente cerebrovascular o ataque cardíaco. Las aspirinas u otros AINE no son un sustituto para el examen regular para la detección de cáncer colorrectal. Cada persona debe consultar a su médico acerca de los riesgos y los beneficios de tomar aspirinas regularmente.
Dieta y suplementos. Una dieta rica en frutas y verduras y baja en carnes rojas puede contribuir a reducir el riesgo de contraer cáncer colorrectal. Algunos estudios indican también que quienes consumen suplementos de calcio y vitamina D tienen un menor riesgo de contraer cáncer colorrectal. Cortesía: https://www.cancer.net/es/tipos-de-c%C3%A1ncer/

 
 
 
 
 
 
 
 
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Qué es
El cáncer colorrectal es un crecimiento incontrolado de las células del colon y/o del recto. La mayoría de los cánceres colorrectales comienzan como un crecimiento en el revestimiento interno del colon o del recto, que recibe el nombre de pólipo. Algunos tipos de pólipos pueden convertirse en cáncer con el paso del tiempo (por lo general, muchos años), pero no todos los pólipos se convierten en cáncer.
Los tumores colorrectales pueden originarse en cada una de las tres capas del colon: mucosa, muscular y serosa.
Este tipo de cáncer es uno de los más comunes en todo el mundo y también de los más fáciles de diagnosticar. Además, las tasas de curación son elevadas si se detecta precozmente y tarda mucho en desarrollarse.
El cáncer de colon puede crecer de tres formas:
Crecimiento local: En este caso el tumor invade profundamente todas las capas de la pared del tubo digestivo. En primer lugar, el tumor maligno crece desde la mucosa, se expande por la serosa y llega a las capas musculares.
Diseminación linfática: Cuando el tumor va profundizando en la pared del intestino puede llegar a otros órganos utilizando la red de vasos linfáticos que permiten el acceso a múltiples regiones ganglionares. Una de las características de esta difusión es que se realiza de forma ordenada, alcanzando primero a los ganglios cercanos hasta llegar a los más alejados.
Diseminación hematógena: Aquí el tumor se sirve del torrente sanguíneo para diseminar las células cancerígenas al hígado, los pulmones, los huesos y el cerebro, principalmente.
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Incidencia
Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, el cáncer colorrectal es el más frecuentemente diagnosticado en la población española cuando se suma la incidencia en ambos sexos, con 37.172 casos detectados en 2018.
Cuando se desglosan los datos, el cáncer más disgnosticado en hombres es el de próstata y, en mujeres, el de mama.
En cuanto a la mortalidad, es reponsable de más de 15.500 defunciones al año.
Causas
Las principales factores de riesgo relacionados con esta enfermedad son los siguientes:
Edad: La mayor parte de los casos de cáncer de colon se localizan en personas entre los 65 y los 75 años y las personas entre 50 y 65 se consideran de riesgo intermedio. Los casos que se diagnostican antes de los 35-40 años suelen deberse a que el paciente tiene una predisposición genética a padecer esta patología.
Dieta: El cáncer de colon parece estar asociado a dietas ricas en grasas y pobres en fibra. En este sentido, actualmente se están llevando a cabo numerosas investigaciones.
Herencia: En el cáncer de colon desempeña un importante papel la genética, ya que existe la posibilidad de que se transmita hereditariamente y predisponga a la persona a sufrir la enfermedad. Sin embargo, esto puede detectarse y permitir tratar el cáncer de manera precoz.
Historial médico: Se ha demostrado que quienes tienen una mayor predisposición a padecer esta enfermedad son las personas que tienen o han tenido pólipos (crecimiento benigno) de colon o recto, colitis ulcerosa (enfermedad inflamatoria intestinal), cáncer de mama, útero u ovarios.
Parientes de primer o segundo grado que también han tenido cáncer de colon.
Estilo de vida: Existen ciertos factores que dependen del estilo de vida y que predisponen a la aparición del cáncer de colon, como, por ejemplo, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
En las personas que padecen algún tipo de enfermedad inflamatoria intestinal, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, aumenta el riesgo de padecer la enfermedad.
Síntomas
El cáncer colorrectal tiene una larga evolución y sus síntomas pueden variar dependiendo de la localización del tumor en el intestino grueso. Las molestias más frecuentes aparecen en la fase avanzada de la enfermedad. Sin embargo, estos síntomas no son exclusivos del cáncer de colon y pueden producirse en otras patologías como las hemorroides o determinados trastornos digestivos. Los especialistas recomiendan acudir al médico en cuanto aparezcan para facilitar que el diagnóstico se realice de forma adecuada. Los más comunes son:
Cambios en el ritmo intestinal
Los pacientes que tienen cáncer de colon pueden, en algunos casos, tener diarrea y, en otros, estreñimiento. La segunda posibilidad es común en aquellas personas que previamente a la enfermedad tenían un ritmo intestinal normal. Sin emargo, lo más frecuente es que el paciente sufra periodos de estreñimiento combinados con periodos en los que padece diarrea.
Sangre en las heces
El síntoma más frecuente de este tumor maligno es que el paciente presente sangre en las heces. El color de la sangre puede ser roja o negra. La presencia de la sangre roja se da principalmente cuando la persona presenta tumores de la parte más distal del colon y recto. En el caso de la sangre negra, éste color aparece porque la sangre está digerida y procede de tramos más próximos del colon dando lugar a haces negras que se conocen con el nombre de melenas. Si este síntoma no se diagnostica pronto y el paciente no recibe el tratamiento adecuado puede agravarse y dar lugar a la aparición de una anemia. En estos casos el paciente puede sufrir mareos, cansancio o tener la sensación de que le falta el aire, entre otros síntomas.
Por otro lado, el enfermo puede detectar que sus deposiciones cambian de tamaño y son más estrechas. Esto se produce porque el intestino se está estrechando.
Si los tumores están situados en la parte distal del colon, el paciente también puede tener la sensación de que no se completa la deposición y que la evacuación es incompleta.
Dolor o molestias abdominales
Las molestias y los dolores abdominales suelen ser muy comunes. Esto se debe a que el tumor obstruye en parte el tubo intestinal y se produce un dolor y una situación parecida a la de los cólicos. En algunos casos el cierre del tubo puede llegar a completarse y se produce una obstrucción intestinal, en estas situaciones es necesario que el paciente reciba atención médica quirúrgica urgente.
Pérdida de peso sin causa aparente, pérdida de apetito y cansancio constante
Al igual que otras enfermedades relacionadas con el estómago, el cáncer de colon, especialmente cuando se encuentra en un estado avanzado presenta estos síntomas.
Prevención
En todos los tipos de cáncer existen factores de riesgo que hacen que las personas que estén expuestas a ellos tengan más probabilidades de desarrollar un tumor maligno.
La investigación en cáncer colorrectal ha demostrado que en algunos tipos, los tumores se originan a partir de pólipos (pequeños bultos benignos). La detección precoz y extracción de estos pólipos puede ayudar a prevenir la aparición de la enfermedad.
Otra de las causas de la aparición del cáncer de colon es la predisposición genética que tenga la persona. Esto se debe a diversas alteraciones en determinados genes por lo tanto, los individuos con familiares que tienen o han tenido esta patología deben acudir a exámenes médicos periódicamente.
Existen diferentes síndromes que predisponen a que aparezca el tumor maligno. Los más comunes son dos:
Poliposis colónica familiar
Este síndrome sólo provoca el 1 por ciento de los cánceres de colon. La poliposis colónica familiar aparece durante la adolescencia provocando múltiples pólipos en el recto y en el colon. La causa de la aparición es la mutación del gen APC, que se transmite de padres hijos. Este gen lo pueden heredar tanto las chicas como los chicos.
Cáncer colorrectal hereditario no polipósico
Este tipo de cáncer supone entre el 3 y el 5 por ciento de los tumores de recto y colon. La principal diferencia respecto al síndrome anterior es que los pacientes no presentan pólipos.
Algunos hábitos poco saludables también pueden influir en la aparición de la enfermedad, de manera que seguir los siguientes consejos puede resultar muy beneficioso:
No abusar del alcohol ni del tabaco: El tabaco aumenta el riesgo de desarrollar pólipos que pueden ser precursores de la enfermedad. Respecto al alcohol, su consumo propicia que crezcan las células de la mucosa del colon. Este crecimiento da lugar a los pólipos.
Controlar el sobrepeso: Se debe evitar la obesidad y el exceso de calorías en la dieta. Realizar ejercicio físico de forma regular contribuye a que no se lleve una vida sedentaria y se favorezca la aparición de la enfermedad.
Alimentación: Los especialistas aconsejan seguir una dieta equilibrada y recomiendan las siguientes pautas.
No abusar de comidas ricas en grasas.
Disminuir el consumo de grasas de manera que no superen el 20 por ciento del total de calorías de la dieta, consumir preferentemente grasas monoinsaturadas (aceite de oliva) y poliinsaturadas (aceite de pescado).
Disminuir la ingesta de carnes rojas.
Aumentar el consumo de pescado y pollo.
Incorporar a la dieta alimentos ricos en fibra ya que tomar una cantidad de fibra de al menos 25 gramos diarios, en forma de cereales y pan integral, previene la aparición del tumor.
Incrementar la ingesta de frutas y verduras. Especialmente coliflor, coles de Bruselas, brócoli y legumbres.
Tipos
En el 90-95 por ciento de los casos, el adenocarcinoma es el tipo de cáncer de colon más común. Éste se localiza en la mucosa que recubre el interior del colon y del recto. Los tipos menos frecuentes son los siguientes:
Linfoma: Es el cáncer de las células de la defensa del intestino y del estómago.
Sarcoma: Este tumor surge en la capa muscular del tubo digestivo.
Tumores carcinoides: Se produce en las células productoras de hormonas del aparato digestivo.
Melanoma.
Diagnóstico
Una de las principales ventajas del cáncer de colon es que es de los pocos tipos que se puede diagnosticar antes de que la persona presente síntomas e, incluso, antes de que los pólipos se transformen en cáncer.
La prueba de cribado más fiable es un test de sangre oculta en las heces que averigua si hay presencia de sangre o no. El paciente obtiene la muestra en casa y la entrega en su centro de salud para que sea analizada e interpretada por un especialista. Esta prueba se recomienda, como norma general, cada dos años a partir de los 50 años.
Si sale positivo, a continuación se realizará una colonoscopia para ver el origen de sangrado. Esta prueba sirve para detectar y extirpar en el mismo acto los pólipos, con el fin evitar que se desarrolle el tumor y, en su caso, se malignice.
Una vez que se tiene la sospecha de que puede haber una lesión en el colon, el médico debe elaborar una historia clínica, realizar una exploración física y un tacto rectal. Para detectar un cáncer de colon se utilizan varias técnicas:
Tacto rectal: Es una exploración física que el médico realiza introduciendo un dedo en el ano para detectar anomalías en la parte inferior del aparato digestivo, como, por ejemplo, sangre, bultos anormales o si el paciente siente dolor.
Sigmoidoscopia: Es una exploración que consiste en introducir por el ano un tubo que transmite luz e imagen, y que se llama endoscopio. Con él se puede examinar el recto y la parte final del colon (unos 60 cm), y detectar algunos de los pólipos que pudiera haber allí.
Colonoscopia: Es una exploración similar a la sigmoidoscopia, pero el tubo utilizado es más largo y permite recorrer todo el colon. Facilita la toma de muestras de tejido (biopsia) en áreas en las que se sospecha que pudiera haber algún tumor, y después se realiza un estudio con un microscópico. Normalmente se realiza con sedación y el riesgo de que surjan complicaciones es muy bajo.
Estudio genético: Si existen antecedentes familiares o se sospecha de la posibilidad de un cáncer hereditario, es aconsejable realizar un estudio genético para detectar anomalías. En caso de existir alteraciones genéticas en la familia, se deben iniciar las exploraciones de colon y recto a una edad temprana (20 años) y continuarlas periódicamente.
Enema de bario con doble contraste: Consiste en una serie de radiografías del colon y el recto que se toman después de que al paciente se le haya aplicado un enema (lavativa) con una solución blanca calcárea que contiene bario para mostrar radiológicamente con detalle el interior del colon y el recto.
En los últimos años se está investigando intensamente la técnica conocida como biopsia líquida, que puede resultar especialmente útil en cáncer de colon. Se trata de una prueba que se realiza en una muestra de sangre con el fin de buscar células cancerosas que están circulando en la sangre o fragmentos de ADN de las células tumorales que circulan por la sangre. Cuando se estandarice su uso se podrá emplear para detectar el cáncer de forma precoz, planificar el tratamiento o determinar su eficacia, entre otras cosas.
Tratamientos
Para planificar el tratamiento adecuado, el médico necesita saber en qué etapa de la enfermedad se encuentra el paciente. En la actualidad existen dos sistemas que se usan con la misma frecuencia.
Tipos de escala
Clasificación TNM
En esta se miden los tres aspectos que afectan al cáncer. En primer lugar, la T se refiere al tamaño del tumor primario en el intestino; la N se refiere a la presencia o no en los ganglios linfáticos, mientras que la M atañe a la presencia de metástasis a distancia. Así se distinguen cinco estadios:
Estadio 0 o carcinoma in situ: En esta etapa temprana el cáncer se encuentra en la capa más superficial de la mucosa, no la traspasa y no afecta a los ganglios linfáticos.
Estadio I: El cáncer se ha diseminado a la pared del recto o del colon sin traspasar la capa muscular. En este estadio los ganglios linfáticos tampoco se ven afectados.
Etapa II: El cáncer se ha extendido a la capa más profunda del colon, pero no a los ganglios linfáticos, que, repartidos por todo el cuerpo, producen y almacenan células capaces de combatir las infecciones. En este estadio el tumor puede invadir los órganos de alrededor.
Etapa III: El cáncer se ha extendido ya a los ganglios linfáticos y a los órganos más cercanos.
Etapa IV: El cáncer ha llegado a otros órganos del cuerpo (principalmente tiende a invadir el hígado, los huesos y los pulmones).
Clasificación de Dukes o Astler y Coller
Esta escala utiliza las letras de la A a la D valorando cuanto profundiza en la pared del colon:
Estadio A: En esta etapa se encuentran los pacientes que tienen una lesión sólo en la mucosa y no afecta a los ganglios linfáticos.
Estadio B1: El cáncer se encuentra en parte de la pared del recto y del colon pero no lo traspasa, ni afecta a los ganglios.
Estadio B2: El tumor se extiende en toda la pared del colon y del recto sin invadir los ganglios linfáticos.
Estadio C: En este nivel el cáncer puede afectar de forma parcial o total a la pared y también a los ganglios linfáticos.
Estadio D: El cáncer afecta a toda la pared y se extiende a órganos más alejados.
Elección del tratamiento
Tras realizar las pruebas que confirman el diagnóstico el especialista determinará el tratamiento. Como en muchos otros tipos de cáncer, el de colon requiere una terapia multidisciplinar para ofrecer al paciente las mayores tasas de recuperación. Los especialistas decidirán cuál es el tratamiento adecuado en función del estado del paciente, dónde está ubicado el tumor y la fase en la que se encuentra el cáncer.
Además, el especialista valorará si el paciente sufre otras enfermedades que puedan entorpecer el tratamiento. Todo esto implica que cada paciente recibirá un tratamiento que se adapte a sus circunstancias particulares. Los tratamientos más comunes son la quimioterapia y la cirugía.
Cirugía
Mediante una operación en quirófano, se extrae la parte afectada por el cáncer. La cirugía se utiliza en todas las etapas de la enfermedad. De hecho, en el estadio A, es el tratamiento recomendado ya que en el resto de los estadios los especialistas aconsejan aplicar la cirugía en combinación con otros tratamientos.
En esta en fase inicial los especialistas pueden extraer un pólipo mediante colonoscopia para examinarlo y, según los resultados, se extirpará el cáncer y una parte circundante de tejido sano y se extirparán los ganglios de la zona. Otra posibilidad es, tras extirpar parte del colon, realizar una apertura desde el colon hacia el exterior (colostomía), en cuyo caso la persona tendrá que usar una bolsa especial de uso externo donde se recogerán las heces. La colostomía puede ser transitoria o permanente.
Radioterapia
Consiste en aplicar radiación de alta energía sobre la zona afectada con el fin de destruir las células cancerosas. Sólo afecta a la zona en tratamiento y puede aplicarse antes de la cirugía (para reducir el tumor y poder extraerlo más fácilmente) o después de la cirugía (para terminar de destruir las células cancerosas que pudieran haber quedado).
Quimioterapia
Es el tratamiento por el que se administran fármacos con el objetivo de destruir las células cancerosas. Se realiza insertando un tubo en una vena (catéter) por el que se inyectarán los fármacos a través de un sistema de bombeo. Suele administrarse tras la operación quirúrgica.
Inmunoterapia
La inmunoterapia, que consiste en estimular o restaurar las propias defensas inmunitarias del organismo, está siendo de gran ayuda en el tratamiento de diversos tipos de cáncer. Sin embargo, en el de colon todavía resulta muy poco eficaz: solo se pueden beneficiar de la inmunoterapia en torno al 5 por ciento de los pacientes con cánceres colorrectales.
Tratamientos dirigidos
Existen fármacos específicos frente a algunos cánceres de colon o recto. Por ejemplo, se han desarrollado fármacos para aquellos tumores avanzados que presentan mutaciones en el el gen BRAF.
Otros datos
Pronóstico
Según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, aproximadamente el 54 por ciento de los pacientes con cáncer de colon sobreviven más de cinco años. Aunque estas cifras varían dependiendo del estadio. Así, la supervivencia a los cinco años en el estadio A es de entre el 90 y el 92 por ciento; en el estadio B, de entre el 50 y el 75 por ciento; en el estadio C del 25 al 55 por ciento y en el estadio D es menor al 8 por ciento.
Además, en los últimos años, el pronóstico de supervivencia para los pacientes en estadio C con quimioterapia tras la cirugía ha mejorado bastante.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios varían según el tratamiento que recibe el paciente, pero la mayoría son temporales. El médico debe informar al paciente sobre los que puedan aparecer.
La cirugía puede provocar dolor y debilidad en la zona afectada y diarrea temporal. Además, si al enfermo se le ha realizado una colostomía puede producirse una irritación de la piel alrededor de la apertura realizada.
La quimioterapia afecta tanto a las células cancerosas, como a las normales y puede producir náuseas, vómitos, caída del cabello (aunque éste siempre vuelve a crecer), diarrea y fatiga.
Por último, la inmunoterapia puede provocar síntomas parecidos a la gripe, como fiebre, escalofríos, debilidad y náuseas.
Control y seguimiento del cáncer de colon
Tras finalizar el tratamiento, el riesgo de reaparición del cáncer disminuye con el paso del tiempo. Durante los tres primeros años es aconsejable realizar revisiones trimestrales. A partir del cuarto y quinto año estas revisiones se pueden espaciar a seis meses y a partir del sexto año se pueden realizar anualmente.
Las pruebas de seguimiento incluyen un cuidadoso examen físico general y un examen rectal más específico, una colonoscopia y análisis de sangre para marcadores tumorales como el antígeno carcinoembrionario (CEA). Si los síntomas o los resultados de las pruebas comunes sugieren una reaparición del cáncer, también pueden hacerse radiografías de tórax, tomografías computarizadas y pruebas de imágenes por resonancia magnética. Ante cualquier síntoma nuevo o persistente, se debe consultar con el médico de inmediato.
Marcadores tumorales
El antígeno carcinoembrionario (CEA) es una sustancia que se encuentra en la sangre de algunas personas con cáncer de colon. La prueba de sangre del antígeno carcinoembrionario se usa con más frecuencia con otras pruebas para el seguimiento de pacientes que ya han tenido cáncer y han recibido tratamiento. Esta prueba puede alertar precozmente de la reaparición de un cáncer. El antígeno carcinoembrionario puede estar presente en la sangre de algunas personas que no tengan cáncer de colon. El fumar también puede aumentar los niveles de éste antígeno. Por eso, no puede considerarse como una prueba específica para detectar cáncer de colon.
¿Cómo disminuir el malestar tras realizar las pruebas de diagnóstico?
Aunque las pruebas para diagnosticar el #Cáncer de colon no son dolorosas, sí pueden resultar molestas para el paciente y llegar a ser difíciles de tolerar en algunos casos. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer dan estas recomendaciones para ayudar al paciente a pasar las pruebas:
En primer lugar, recomiendan que el paciente vaya acompañado ya que hablar con una persona cercana facilitará que el paciente esté más relajado.
A continuación señalan que el usuario le pida al médico que le explique bien en qué van a consistir las pruebas para evitar que se imagine situaciones.
Antes de realizar las pruebas aconsejan que el paciente realice algún ejercicio de relajación. Además, destacan que es importante que se centre únicamente en lo que está ocurriendo en cada momento. Tras terminar la prueba también aconsejan que el paciente realice algún ejercicio de relajación.
Por último, si está nervioso o presenta ansiedad es recomendable hablar con el médico para comunicárselo y que le recete algún medicamento que pueda mejorar esa situación si lo cree conveniente. Cortesía: https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/cancer/
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El examen de detección de cáncer de colon puede identificar pólipos y cánceres en etapa inicial en el intestino grueso. Este tipo de examen puede encontrar problemas que se pueden tratar antes de que el cáncer se desarrolle o se disemine. Las pruebas regulares pueden reducir el riesgo de muerte y complicaciones ocasionadas por el cáncer colorrectal.
 
Información
PRUEBAS DE DETECCIÓN
Hay varias formas para detectar el #CáncerDeColon.
Examen coprológico:
Los pólipos en el colon y los cánceres pequeños pueden causar pequeñas cantidades de sangrado que no se puede observar a simple vista. Sin embargo, la sangre a menudo se puede encontrar en las heces.
Con este método se examinan las deposiciones en busca de sangre.
El que se emplea con mayor frecuencia es el examen de sangre oculta en heces (SOH). Otros dos exámenes se denominan prueba inmunoquímica fecal (FIT, por sus siglas en inglés) y prueba de ADN en heces (sDNA, por sus siglas en inglés).
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Sigmoidoscopia:
En este examen, se utiliza un endoscopio pequeño y flexible para observar la parte inferior del colon. Debido a que el examen solo observa el último tercio del intestino grueso (colon), la prueba puede pasar por alto algunos cánceres que están más arriba en el intestino grueso.
Un examen coprológico y una sigmoidoscopia se pueden usar juntos.
 
Colonoscopia:
Es similar a una sigmoidoscopia, pero se puede observar todo el colon.
Su proveedor de atención médica le dará los pasos para limpiar su intestino. Esto se denomina preparación intestinal.
Durante la colonoscopia, usted recibe medicamento para relajarlo y sedarlo.
Algunas veces, se usan tomografías computarizadas como una alternativa a la colonoscopia regular. Esto se denomina colonoscopia virtual.
 
Otro examen:
La #endoscopia por cápsula consiste en tragarse una pequeña cámara del tamaño de una píldora que toma imágenes de video del interior de los intestinos. Se está estudiando, por lo que no se recomienda para la detección estándar en este momento.
DETECCIÓN PARA PERSONAS EN RIESGO PROMEDIO
No hay suficiente evidencia para determinar cuál método de detección es el mejor. Pero, la colonoscopia es el más exhaustivo. Consulte con su proveedor con respecto a cuál examen es apropiado en su caso.
A partir de los 50 años, tanto los hombres como las mujeres deben hacerse una prueba o examen de detección para el cáncer de colon. Algunos proveedores recomiendan que las personas afroamericanas comiencen a practicarse dichos exámenes a la edad de 45 años.
Con el aumento reciente de cáncer de colon en personas que están en sus cuarentas, la Sociedad Americana contra el #Cáncer (American Cancer Society) recomienda que los hombres y las mujeres saludables comiencen a realizarse las pruebas de detección a partir de los 45 años de edad. Hable con su proveedor si está preocupado.
Opciones de detección para personas con un riesgo promedio de cáncer de colon:
Colonoscopia cada 10 años comenzando a los 45 o 50 años de edad
SOH o FIT todos los años (si los resultados son positivos, se necesita una colonoscopia)
ADN de heces cada 1 o 3 años (si los resultados son positivos, se necesita una colonoscopia)
Sigmoidoscopia flexible cada 5 a 10 años, por lo regular con un examen de heces SOH cada 1 a 3 años
Colonoscopia virtual cada 5 años
DETECCIÓN PARA PERSONAS EN ALTO RIESGO
Las personas con ciertos factores de riesgo para el cáncer de colon pueden necesitar pruebas más tempranas (antes de los 50 años de edad) o más frecuentes.
Los factores de riesgo más comunes son:
Un antecedente familiar de síndrome de cáncer colorrectal hereditario, como poliposis adenomatosa familiar (PAF) o cáncer colorrectal hereditario no polipósico (CCHNP).
Un fuerte antecedente familiar de cáncer o pólipos colorrectales. Esto por lo regular significa tener parientes cercanos (padre, hermano o hijo) que hayan padecido estas afecciones antes de los 60 años de edad.
Un antecedente personal de cáncer o pólipos colorrectales.
Un antecedente personal de enfermedad intestinal inflamatoria prolongada (crónica) (por ejemplo, colitis ulcerativa o enfermedad de Crohn).
La prueba de detección en estos grupos de personas muy probablemente se hará mediante colonoscopia.
Nombres alternativos
Examen de detección de cáncer de colon; Colonoscopia - detección; Sigmoidoscopia - detección; Colonoscopia virtual - detección; Prueba inmunoquímica fecal; Examen de ADN en heces; ADN de heces; #cáncercolorrectal - detección; Cáncer rectal - detección. Cortesía: https://medlineplus.gov/spanish/
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¿Qué es la prevención?
La prevención del cáncer consiste en las medidas que se toman para reducir la probabilidad de enfermar de cáncer. Con la prevención del cáncer, se reduce el número de casos nuevos en un grupo o población. Se espera que esto reduzca el número de muertes causadas por el cáncer.
Los científicos analizan los factores de riesgo y los factores de protección para prevenir el inicio de cánceres nuevos. Cualquier cosa que aumenta su riesgo de tener cáncer se llama factor de riesgo de cáncer; cualquier cosa que disminuye su riesgo de tener cáncer se llama factor de protección de cáncer.
Algunos factores de riesgo de cáncer se pueden evitar, no es posible evitar muchos otros. Por ejemplo, tanto fumar como heredar ciertos genes son factores de riesgo de algunos tipos de cáncer, pero solo se puede evitar fumar. Hacer ejercicio con regularidad y consumir una alimentación saludable son factores de protección para algunos tipos de cáncer. Es posible que, al evitar los factores de riesgo y aumentar los factores de protección disminuya su riesgo, sin embargo esto no significa que no enfermará de cáncer.
Están en estudio diferentes formas de prevenir el cáncer, entre ellas, las siguientes:
Cambiar de estilo de vida o hábitos alimentarios.
Evitar cosas que se sabe que causan cáncer.
Tomar medicamentos para tratar una afección precancerosa o para evitar que comience el cáncer.
Información general sobre el cáncer colorrectal
Puntos importantes
El cáncer colorrectal es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos del colon o el recto.
En los Estados Unidos, el cáncer colorrectal es la tercera causa principal de muerte por cáncer.
El cáncer colorrectal es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos del colon o el recto.
El colon es parte del aparato digestivo del cuerpo. El aparato digestivo saca y procesa los nutrientes (vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas, proteínas y agua) de los alimentos y ayuda a eliminar los residuos del cuerpo. El aparato digestivo está compuesto por la boca, la garganta, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. El colon es la primera parte del intestino grueso y mide alrededor de 5 pies de largo. Juntos, el recto y el conducto anal forman la última parte del intestino grueso y miden de 6 a 8 pulgadas. El conducto anal termina en el ano (el orificio del intestino grueso que se abre al exterior del cuerpo).
El cáncer que se inicia en el colon se llama cáncer de colon, y el cáncer que se inicia en el recto se llama cáncer de recto. El cáncer que afecta a cualquiera de estos órganos también se llama cáncer colorrectal.
Para obtener más información sobre el cáncer colorrectal, consulte los siguientes sumarios del PDQ:
Exámenes de detección del cáncer colorrectal
Tratamiento del cáncer de colon
Tratamiento del cáncer de recto
Genetics of Colorectal Cancer (Características genéticas del cáncer colorrectal)
En los Estados Unidos, el cáncer colorrectal es la tercera causa principal de muerte por cáncer.
El número de casos nuevos de cáncer colorrectal y el número de muertes por este cáncer disminuyen un poco cada año en adultos de 55 años y más. Sin embargo, en los últimos años, el número de casos nuevos de cáncer colorrectal aumentó de forma gradual en los adultos menores de 55 años. El número de cánceres colorrectales nuevos y muertes por cáncer colorrectal es más alto en los afroamericanos que en las personas de otras razas.
La detección y el tratamiento tempranos del cáncer colorrectal pueden evitar la muerte por este tipo de cáncer. Es posible usar exámenes de detección para ayudar a encontrar el cáncer colorrectal.
Prevención del cáncer colorrectal
Puntos importantes
Evitar los factores de riesgo y aumentar los factores de protección pueden ayudar a prevenir el cáncer.
Los siguientes factores de riesgo aumentan el riesgo de cáncer colorrectal:
Edad
Antecedentes familiares de cáncer colorrectal
Antecedentes personales
Riesgo heredado
Consumo de alcohol
Consumo de cigarrillos
Raza
Obesidad
Los siguientes factores de protección disminuyen el riesgo de cáncer colorrectal:
Actividad física
Aspirina
Terapia de reemplazo hormonal combinada
Extirpación de pólipos
No está claro si los siguientes factores afectan el riesgo de presentar cáncer colorrectal:
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), a excepción de la aspirina
Calcio
Alimentación
Los siguientes factores no afectan el riesgo de cáncer colorrectal:
Terapia de reemplazo hormonal con estrógeno solo
Estatinas
Los ensayos clínicos de prevención sirven para estudiar formas de prevenir el cáncer.
En los ensayos clínicos se estudian nuevas maneras de prevenir el cáncer colorrectal.
Evitar los factores de riesgo y aumentar los factores de protección pueden ayudar a prevenir el cáncer.
Evitar los factores de riesgo del cáncer, como fumar, tener sobrepeso y no hacer suficiente ejercicio quizá ayude a prevenir ciertos tipos de cáncer. Es posible que aumentar los factores de protección, como dejar de fumar y hacer ejercicio, también ayude a prevenir algunos tipos de cáncer. Consulte con su médico u otro profesional de atención de la salud sobre las formas de disminuir el riesgo de cáncer.
Los siguientes factores de riesgo aumentan el riesgo de cáncer colorrectal:
Edad
El riesgo de cáncer colorrectal aumenta después de los 50 años. La mayoría de los casos de cáncer colorrectal se diagnostican después de los 50 años.
Antecedentes familiares de cáncer colorrectal
Si alguno de los padres, hermanos o hijos tienen cáncer colorrectal, esto duplica el riesgo de una persona de tener cáncer colorrectal.
Antecedentes personales
Tener antecedentes personales de las siguientes afecciones aumenta el riesgo de cáncer colorrectal:
Cáncer colorrectal previo.
Adenomas de riesgo alto (pólipos colorrectales que miden un centímetro o más, o que tienen células de aspecto anormal cuando se observan al microscopio).
Cáncer de ovario.
Enfermedad intestinal inflamatoria (como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn).
Riesgo heredado
El riesgo de cáncer colorrectal aumenta cuando se heredan ciertos cambios en los genes relacionados con la poliposis adenomatosa familiar (PAF) o el cáncer de colon sin poliposis hereditario (CCSPH o síndrome de Lynch).
Consumo de alcohol
El consumo de tres o más bebidas alcohólicas al día aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. El consumo de alcohol se relaciona también con el riesgo de formación de adenomas colorrectales grandes (tumores benignos).
Consumo de cigarrillos
El consumo de cigarrillos se relaciona con un mayor riesgo de cáncer colorrectal y muerte por esta causa.
El consumo de cigarrillos también se relaciona con un mayor riesgo de formación de adenomas colorrectales. Los fumadores de cigarrillos que se han sometido a una cirugía para extirpar los adenomas colorrectales tienen más riesgo de que los adenomas recidiven (vuelvan).
Raza
Las personas afroamericanas tienen un aumento de riesgo de enfermar de cáncer colorrectal y de morir por esta causa en comparación con las personas de otras razas.
Obesidad
La obesidad se relaciona con un aumento de riesgo de cáncer colorrectal y muerte por esta causa.
Los siguientes factores de protección disminuyen el riesgo de cáncer colorrectal:
Actividad física
Un estilo de vida que incorpora la actividad física habitual se relaciona con un menor riesgo de cáncer colorrectal.
Aspirina
En estudios se observó que consumir aspirina disminuye el riesgo de cáncer colorrectal y de morir por este tipo de cáncer. La disminución del riesgo comienza 10 a 20 años después de que el paciente comienza a consumir aspirina.
Los posibles daños de consumir aspirina (100 mg o menos) todos los días o cada dos días son, entre otros, aumento en el riesgo de tener un derrame cerebral o sangrado en el estómago y los intestinos. Es posible que estos riesgos sean más altos para las personas de edad avanzada, los hombres y las personas que tienen afecciones relacionadas con mayor riesgo de sangrado.
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Terapia de reemplazo hormonal combinada
En los estudios se observó que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) combinada, que incluye tanto estrógeno como progestina, reduce el riesgo de cáncer de colon invasivo en las mujeres posmenopáusicas.
Sin embargo, en las mujeres que reciben la TRH combinada y tienen cáncer colorrectal, es más probable que el cáncer se diagnostique en un estadio más avanzado y el riesgo de morir por este cáncer no se reduce.
Los daños posibles de la TRH combinada incluyen un mayor riesgo de presentar lo siguiente:
Cáncer de mama.
Enfermedad cardíaca.
Coágulos de sangre.
Extirpación de pólipos
La mayoría de los pólipos colorrectales son adenomas que se pueden convertir en cáncer. La extirpación de los pólipos colorrectales que miden más de 1 cm (tamaño de un guisante) puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal. No se sabe si la extirpación de los pólipos más pequeños reduce el riesgo de cáncer colorrectal.
Los posibles daños de la extirpación de los pólipos durante una colonoscopia o una sigmoidoscopia incluyen un desgarro de la pared del colon y sangrado.
No está claro si los siguientes factores afectan el riesgo de presentar cáncer colorrectal:
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), a excepción de la aspirina.
Se desconoce si el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides o AINE (como sulindaco, celecoxib, naproxeno e ibuprofeno) reduce el riesgo de cáncer colorrectal.
En los estudios se observó que tomar el medicamento antiinflamatorio no esteroide celecoxib reduce el riesgo de que vuelvan los adenomas colorrectales (tumores benignos) después de que se extirparon. No está claro si esto reduce el riesgo de cáncer colorrectal.
También se observó que consumir sulindaco o celecoxib reduce el número y el tamaño de los pólipos que se forman en el colon y el recto de las personas con poliposis adenomatosa familiar (PAF). No está claro si esto reduce el riesgo de cáncer colorrectal.
Entre los daños posibles de los AINE se incluyen los siguientes:
Problemas renales.
Sangrado en el estómago, los intestinos o el encéfalo.
Problemas cardíacos como infarto e insuficiencia cardíaca congestiva.
Calcio
No se sabe si consumir suplementos de calcio disminuye el riesgo de cáncer colorrectal.
Alimentación
Se desconoce si consumir una alimentación con bajo contenido de grasa y carne, y alto contenido de fibra, frutas y verduras reduce el riesgo de cáncer colorrectal.
En algunos estudios se observó que una alimentación con alto contenido de grasa, proteínas, calorías y carne aumenta el riesgo de cáncer colorrectal, pero esto no se observó en otros estudios.
Los siguientes factores no afectan el riesgo de cáncer colorrectal:
Terapia de reemplazo hormonal con estrógeno solo
La terapia de reemplazo hormonal con estrógeno solo no disminuye el riesgo de tener cáncer colorrectal invasivo o el riesgo de morir por este cáncer.
Estatinas
En los estudios se observó que tomar estatinas (medicamentos que disminuyen la concentración de colesterol) no aumenta ni disminuye el riesgo de cáncer colorrectal.
Los ensayos clínicos de prevención sirven para estudiar formas de prevenir el cáncer.
Los ensayos clínicos de prevención del cáncer sirven para estudiar formas de disminuir el riesgo de ciertos tipos de cáncer. En algunos ensayos de prevención del cáncer participan personas sanas que nunca tuvieron cáncer, pero que presentan más riesgo de tenerlo. En otros ensayos de prevención, los participantes tuvieron cáncer y buscan evitar otro cáncer del mismo tipo o disminuir las probabilidades de tener un tipo nuevo de cáncer. También hay ensayos con voluntarios sanos de quienes no se conoce ningún factor de riesgo de cáncer.
El propósito de algunos ensayos clínicos de prevención del cáncer es saber si las personas pueden hacer algo para evitar el cáncer. Por ejemplo, hacer más ejercicio, dejar de fumar o tomar ciertos medicamentos, vitaminas, minerales o suplementos alimentarios.
En los ensayos clínicos se estudian nuevas maneras de prevenir el cáncer colorrectal.
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en la página de Internet clinical trials search. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consulte el portal de Internet ClinicalTrials.gov (https://clinicaltrials.gov/) Cortesía: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/colorrectal/paciente/
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Se celebra: 31 de marzo de 2021
El #DíaMundialcontraelCáncerdeColon se celebra el 31 de marzo y tiene como objetivo sensibilizar a toda la población sobre las necesidades que tienen todos los pacientes que son diagnosticados con esta enfermedad.
Así mismo, buscar salidas para una detección temprana que permita salvar vidas y prevenir el diagnóstico a través de hábitos de vida mucho más saludables.
¿Qué es el #Cáncer de Colon?
El cáncer de colon es una patología que se da por un crecimiento anómalo de las células del colon y la zona rectal. Todo comienza con un crecimiento de pólipos, que pueden transformarse, con el paso de los años en cáncer, sin embargo, hay casos de pacientes donde esto no ocurre.
Este tipo de cáncer, es bastante común en todo el mundo, pero con una evaluación a tiempo, puede ser fácilmente detectado y tratado, con resultados muy favorables para los pacientes, ya que pueden salvar sus vidas.
Factores de riesgo para la enfermedad
Entre los factores de riesgo más comunes para contraer el cáncer de colon están los antecedentes familiares, la edad del paciente y haber sufrido de algunas patologías como la colitis ulcerosa, la llamada enfermedad de Crohn o enfermedades inflamatorias del sistema digestivo.
También están los factores de riesgo externos relacionados con la alimentación y el consumo de sustancias tóxicas como el cigarrillo, el alcohol o las drogas.
Cuando la dieta es baja en fibra y nutrientes y además de ello, se usan sustancias nocivas, es bastante probable que las personas puedan presentar este tipo de enfermedad. De ahí la importancia de cuidar los hábitos alimenticios para vivir una vida sana y más longeva.
Pruebas de cribado para la detección temprana del cáncer de colon
Son unas pruebas especiales, que se realizan para detectar sangre oculta en las heces de las personas que puedan ser propensas a contraer la enfermedad y, de esta forma, realizar un diagnóstico temprano para evitar la aparición del cáncer de colon y asegurar la supervivencia de los pacientes.
Con este programa, se busca que menos personas se vean afectadas por este mal, que, detectado a tiempo, puede tener una cura altamente efectiva, pero que lamentablemente no se recurre a ellas porque el cáncer de colon suele ser asintomático en los primeros estadios de la enfermedad.
Además, la realización de este tipo de estudio, no es accesible a todas las personas por el alto coste que representa y que sólo pueden practicarse los que tienen los medios económicos para pagarlas.
Un cambio en el estilo de vida para evitar la aparición de cáncer de colon
La dieta sana es fundamental para prevenir cualquier tipo de cáncer.
Hoy más que nunca, urge un cambio en el estilo de vida que llevan las personas para poder vivir de manera más sana y el mayor número de años posible.
Lo primero que se necesita cambiar es la dieta alimentaria, donde los individuos ingieran más frutas, vegetales, y alimentos ricos en fibra como los cereales integrales, en lugar de alimentos procesados, grasas saturadas y comida chatarra.
Con todos estos cambios, el cuerpo podrá expulsar de manera fácil las toxinas que quedan atrapadas en el organismo. Así mismo, es vital tomar abundantes líquidos y agua durante el día para una mayor y mejor purificación de los todos los órganos, en especial de los intestinos.
¿Cómo celebrar el Día Mundial contra el #CáncerDeColon?
Para celebrar este día, muchos países ponen en marcha charlas, conferencias y múltiples eventos para dar a conocer los avances que hasta ahora se han realizado en la medicina para buscar una salida satisfactoria a una enfermedad que ya se ha convertido en una pandemia mundial.
El cáncer de colon como otras patologías asociadas a esta enfermedad, si es diagnosticado a tiempo, puede salvar muchas vidas.
Por otro lado, es importante la responsabilidad que asuma cada persona para evitar la aparición de este padecimiento, por esto, te invitamos que, a partir de ahora, cuides tu salud, cambiando tus hábitos y estilo de vida. Comienza hoy mismo a ingerir alimentos más sanos y disminuir aquellos que no aporten beneficios a tu dieta diaria.
Así mismo, te invitamos a compartir tu opinión, ideas o experiencias sobre este interesante tema en las redes sociales. Cortesía: https://www.diainternacionalde.com/
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