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Camagüey- Romper el silencio para preservar la potente cultura ancestral define al Festival Internacional Timbalaye que tiene lugar en esta ciudad durante hoy y mañana.

En la inauguración en la céntrica Plaza de los Trabajadores, el miembro del Comité Internacional de la Danza en la UNESCO, Néstor Olazábal Martínez, expresó que es una excelente oportunidad para la búsqueda de las raíces profundas de las culturas a veces ignoradas, ante lo cual corresponde estudiar los valores, las tradiciones y las necesidades del presente.

Timbalaye, dijo, es promotor internacional de la cultura cubana porque demuestra el orgullo del legado de sus ancestros y su resiliencia ante cualquier colonialismo.

En permanente defensa de los valores de nuestra identidad se hace esta propuesta, con el objetivo de mantener en el pueblo una actitud vigilante contra el racismo y sus expresiones para defender de donde venimos y a dónde queremos ir, añadió el también Director del Centro Provincial de Casas de Cultura.

Resaltó, además, que la rumba y los rumberos así como otros ritmos de descendencia africana y caribeña que han convivido con ella, son parte del patrimonio intangible.

Este lunes, los participantes disfrutaron de la presentación del Grupo Bonito Patuá y dialogaron en el panel África en Camagüey. Historia, cultura y algo más, moderado por Yoelxy Pilliner López, presidente del Comité Provincial del proyecto Rutas de las personas esclavizadas.

En el encuentro se entregaron los premios "Reconocimiento Timbalaye" al maestro Reynaldo Echemendía por sus 50 años de vida artística, a la agrupación vocal Desandan por sus tres décadas de creada, y a Pablo Hernández, presidente de la filial Camagüey de la Asociación Cultural Yoruba por su trayectoria y contribución al conocimiento del legado africano en el territorio.

Wilmer Ferrán, director de la agrupación Rumbatá, y el grupo Bonito Patuá también fueron laureados por su permanente colaboración para preservar los valores y raíces.

En estas jornadas Camagüey celebra un fraterno encuentro lleno de intercambio y aprendizaje marcados por las mezclas de saberes, colores y ritmos.

Por Dayessi García Sosa/ ACN

Imagen: Cortesía del evento