Una de las primeras cosas que hacemos cuando descubrimos que estamos embarazadas es calcular cuándo nacerá nuestro bebé, atendiendo a nuestra última regla. El médico o matrona confirmarán la fecha en nuestra primera visita, aunque realmente solo un diez por ciento de las mujeres da a luz en su fecha probable de parto.
El cálculo que realiza el médico se basa en la Regla de Naegele, y hoy queremos explicarte de manera sencilla en qué consiste y cómo puedes hacerlo tú misma.
¿Cuánto dura un embarazo?
Antes de poder calcular la fecha de parto es importante saber cuánto dura exactamente un embarazo. Todos sabemos que la gestación dura nueve meses completos, ¿pero cuántos días o semanas son exactamente?
El promedio de duración del embarazo es de 280 días o 40 semanas, aunque se considera que el embarazo ha llegado a término a partir de la semana 37 (259 días). Si la mujer llega a la semana 40 y aún no se ha puesto de parto, podría esperarse hasta la semana 42 para inducirlo, dando así más tiempo para que el parto se desencadene de manera natural.
¿En qué consiste la regla de Nagele?
Tú misma puedes averiguar tu fecha probable de parto aplicando la Regla de Nagele, llamada así por el ginecólogo alemán que comenzó a utilizarla, partiendo de los cálculos de duración de embarazo que acabamos de comentar.
Consiste en restar tres meses al primer día de tu último periodo menstrual, y después sumarle siete días. El resultado es tu fecha probable de parto.
Pongamos un ejemplo: si la fecha de tu última regla ha sido el 01 de marzo, al restarle tres meses nos iremos al 01 de diciembre. Luego sumamos siete días y obtenemos el 08 de diciembre, que será tu fecha probable de parto.
Aquí os dejamos un calendario por meses y días para calcular la fecha probable de parto.
Aunque sin duda se trata de una buena estimación para calcular la fecha probable de parto, hay que tener en cuenta que la Regla de Nagele se basa en ciclos regulares de 28 días, en los que la fecundación se ha producido en la mitad de ciclo, es decir, dos semanas después de la fecha de la última regla.
Por eso, en el caso de periodos irregulares o cuando la fecundación tiene lugar antes o después del día 14 del ciclo, la fecha podría variar.
 

Es un momento inolvidable, casi indescriptible. Lo llevas esperando desde hace más o menos tiempo, pero siempre es una sorpresa. El test de embarazo ha dado positivo y te preguntas, "¿que hago ahora?" Aquí te dejamos la hoja de ruta desde que te haces el test de embarazo y sale positivo.
Después de esas emociones al saber la noticia, lo primero a tener en cuenta es que no lo celebraremos con un brindis con alcohol. Fuera los malos hábitos a partir de ahora, si es que no los habías apartado ya. Ahora ya no está en juego solo nuestra salud, también la del bebé. Pero sí podemos disfrutar del momento de una manera sana y relajada.
¿De cuánto estoy? ¿Cuándo lo anuncio?
En estos momentos nos vienen a la mente muchas preguntas: ¿de cuántas semanas estoy? ¿Cuándo nacerá el bebé? ¿Para cuándo está prevista la fecha de parto? Y aunque es probable que hasta que vayamos al ginecólogo no tengamos una respuesta más certera, sí podemos hacer nuestros propios cálculos.
Esto es posible gracias a la "regla de Nagele", una fórmula que consiste en restar tres meses y sumar siete días a la fecha de la última menstruación (el primer día de la regla). Por ejemplo, si mi última regla empezó el 1 de marzo, la fecha probable de parto será el 8 de diciembre.
Ahora bien, este cálculo solo funcionará más o menos bien en las mujeres con una regla regular. Será en la visita al ginecólogo y con las mediciones del embrión y feto cuando se confirme de cuántas semanas estamos y cuándo será la fecha probable de parto, aunque pocas mujeres dan a luz precisamente en esa fecha estimada.
Dado lo delicado del inicio del embarazo y el mayor riesgo de pérdida que suele haber en las primeras semanas, muchas parejas deciden no hacer público el embarazo hasta que pasen unos meses, cuando se confirme que todo está en orden.
Aprende a relajarte, a descansar, a disfrutar del embarazo y comparte con tu pareja y tu gente de confianza las sensaciones que te asalten.
Por un lado, esto permite vivir las primeras semanas con cautela y en la intimidad, sin presiones externas, familiares, laborales... Pero cada mujer o cada pareja lo sentirá de un modo diferente, al fin y al cabo, en esto tampoco hay reglas fijas.
Del mismo modo, los sentimientos de la mujer también serán variables en estos primeros momentos. La emoción, los temores, la ilusión... se mezclan, también a causa de la revolución hormonal que está viviendo nuestro cuerpo, y pueden hacer subir y bajar nuestro estado de ánimo como en una montaña rusa.
Buenos hábitos durante el embarazo
Siguiendo estos consejos se previenen muchas anomalías congénitas y otros riesgos para el embarazo y la salud del bebé. Lo ideal es que la madre (y el padre) ya lleve un estilo de vida saludable antes del embarazo, pero si no ha sido así, ahora es el momento. Entre las normas básicas a seguir cuando me entero de que estoy embarazada tenemos las siguientes:
Lleva una dieta sana, variada y equilibrada.
Realiza habitual y moderadamente ejercicio físico si no existe ninguna contraindicación.
No consumas alcohol ni otras drogas.
No fumes y que no se fume junto a ti ni frecuentes lugares cargados de humo.
No te automediques, usa racionalmente los medicamentos y siempre bajo prescripción facultativa.
Evita la exposición a radiaciones ionizantes y a sustancias químicas tóxicas durante el embarazo.
Por descontado, estos hábitos se han de seguir durante toda la gestación y no solo en el primer momento. Probablemente si desconocías alguno de estos puntos, en la primera visita al ginecólogo él te los recomendará.
 
La primera visita al ginecólogo
Otra de las primeras cuestiones al saber que estamos embarazadas es planificar la visita al ginecólogo. Si no habías hecho una visita preconcepcional, es decir, para comentarle al médico que tenías intención de quedarte embarazada, seguramente esta primera consulta va a ofrecerte muchos consejos a seguir a partir de ahora. Pero ir al ginecólogo sirve para mucho más.
Lleva anotadas todas tus dudas y preguntas y establece un diálogo fluido con el ginecólogo que te acompañará durante el embarazo y probablemente en el parto
El ginecólogo confirma el embarazo a través de una ecografía transvaginal si estás al inicio de la gestación. Es el primer ultrasonido que se realiza hacia la semana seis de embarazo cuando ya se puede ver el saco gestacional y probablemente escuchar el latido del bebé.
Teniendo en cuenta el tamaño del embrión los expertos pueden calcular su edad gestacional y por tanto la fecha aproximada del parto, aunque también suelen hacerlo teniendo en cuenta la fecha de la última regla (es decir, con la fórmula que hemos mencionado al principio).
Se realiza la historia clínica de la mujer (si no se tenía anteriormente), para conocer los antecedentes familiares de la pareja, preguntará si ha habido abortos previos, alguna enfermedad importante o crónica, alergias, intervenciones quirúrgicas anteriores, hábitos de vida, alimentación...
Control del peso y la tensión arterial, algo que se repetirá en las siguientes visitas.
Realización de análisis de sangre para determinar el grupo sanguíneo y el factor Rh de la embarazada, el nivel de hemoglobina, así como anticuerpos frente a algunas infecciones (rubéola, hepatitis, toxoplasmosis), o de enfermedades como el SIDA y otras de transmisión sexual.
Análisis de orina, para detectar posibles infecciones y comprobar los niveles de azúcar y proteínas (si hay niveles anormales podrían significar la presencia de alguna enfermedad).
El médico recetará suplementos vitamínicos. Es importantísima la suplementación de ácido fólico, durante el periodo preconcepcional y a lo largo de los primeros meses del embarazo. Esto es así porque el ácido fólico disminuye anomalías congénitas del tubo neural, cardiacas...
También sugerirá un suplemento de yodo en aquellas mujeres embarazadas que no alcanzan las cantidades recomendadas de yodo con su dieta.. Una deficiencia de yodo durante el embarazo y primera infancia puede producir una hipotiroxinemia que afecte negativamente al cerebro en desarrollo.
Estos son los primeros pasos cuando te enteras de que estás embarazada. Más adelante vendrán las siguientes ecografías, nuevos análisis, la compra de ropa premamá, las clases de preparación al parto, la preparación de la habitación y todo lo necesario para el bebé, la compra de la canastilla, la elaboración del plan de parto...
Apenas ha dado comienzo una de las aventuras más apasionantes de tu vida. Disfruta de ella, sin descuidar tu salud ni la de tu futuro hijo. Cuando sabes que estás embarazada, estos son los pasos a seguir y solo tendrán que transcurrir unos meses para, por fin, poder ver a nuestro bebé. Un momento que aún sentimos lejano pero que no tardará tanto en llegar. Cortesía: https://www.bebesymas.com/embarazo/
 

Hasta ahora los estudios para mujeres se han centrado principalmente en la relación entre la COVID-19 y el embarazo, y aunque se están investigando las alteraciones menstruales de la vacuna a nivel internacional y desde la Agencia Española de Medicamentos, todavía no se han incluido en el listado de efectos secundarios.
Por ello el equipo de Univadis España habló con Laura Baena García, enfermera, profesora ayudante doctora e investigadora del equipo de la Universidad de Granada del Efecto de la vacunación contra el SARS COV-2 en el ciclo menstrual de mujeres en edad fértil (Proyecto Eva), sobre su investigación y la brecha de género en los estudios.
¿Hay estudios sobre alteraciones menstruales en pacientes afectadas por la COVID-19?
Se han descrito algunas alteraciones en la menstruación de mujeres que han pasado la enfermedad, pero nosotras queremos centrarnos en la vacuna porque nos han llegado más notificaciones sobre su efecto. Pero lo cierto es que la bibliografía sigue siendo escasa.
¿Cuál es el objetivo del proyecto EVA?
El objetivo principal es determinar si efectivamente existen esas alteraciones y cuáles son las más frecuentes, establecer durante cuánto tiempo se mantienen y si es posible encontrar algún parámetro en las muestras de sangre que estamos recogiendo que pudiera estar justificando esas posibles alteraciones en la menstruación. Sobre todo, para describirlo como un efecto secundario y quizás evitar que las mujeres se preocupen o se sometan a pruebas innecesarias. Porque, al final, la menstruación da mucha información sobre la salud de la mujer.
¿Nos puede explicar un poco más sobre el estudio?
Vamos a buscar participantes hasta final del verano porque va a ser cuando se acabe de vacunar a las mujeres del rango (de 18 años a 50 años) que estamos estudiando y a partir de ahí analizaremos los datos. Está teniendo muy buena acogida entre las mujeres. Tenemos unas 120 participantes y esperamos llegar a las 150.
En las analíticas de sangre, estamos controlando tanto el hemograma como la coagulación y los niveles de hormonas femeninas (estradiol, progesterona, hormona estimulante del folículo, hormona leutinizante…).
También estamos registrando sus patrones de sangrado y la duración de los ciclos, además de los síntomas premenstruales y los síntomas más frecuentes de los efectos secundarios asociados a las vacunas (cefalea, dolor en el lugar de punción, fiebre, cansancio, prurito, inflamación de los ganglios linfáticos).
Además, estamos recogiendo otros parámetros como la alimentación, si se realiza actividad física o no, o hábitos de vida para ver si hay alguna relación entre las variables.
¿Cuáles son las principales alteraciones menstruales que se han detectado después de la administración de la vacuna contra la COVID-19 en los resultados preliminares?
Los más frecuentes son aumento del sangrado, cambio en la duración de ciclo e incluso sangrado intermenstrual (mujeres que sangran coincidiendo con la ovulación). También es cierto que hay mucha variabilidad: hay mujeres con amenorrea o mujeres con menopausia que han vuelto a sangrar, pero son casos más aislados.
¿Podría explicar el efecto de las vacunas en el sistema reproductivo?
Ahora mismo no lo sabemos y aun así va a ser complicado descubrirlo, porque al final en la investigación trabajamos con financiación muy limitada y esto no nos permite trabajar con una muestra grande ahora mismo. Además, investigar la menstruación es muy difícil porque no es lo mismo hacer una analítica en un momento del ciclo que en otro.
Esto es muy beneficioso, pero hace complejo encontrar una alteración en un momento determinado. La hipótesis se inclina más hacia alteraciones en la coagulación más que en la búsqueda de parámetros hormonales. De todas formas, hasta que no analicemos los resultados no me atrevería a decir las causas.
¿Se sabe ya con qué frecuencia y en qué grado se producen estas alteraciones en la menstruación?
Según los datos recogidos en redes sociales, 55% de las encuestadas aseguraron haber experimentado cambios, pero en la encuesta que hemos lanzado en la universidad vamos ahora mismo por 65%.
¿Se sabe a qué franja de edad afecta más los efectos secundarios de las alteraciones menstruales?
Las alteraciones son mucho más frecuentes en mujeres en edad fértil entre 30 y 45 años que en mujeres con menopausia que vuelvan a menstruar. Pero quedan grupos de mujeres en edad fértil (entre 18 y 25 años) que todavía no hemos podido investigar porque la mayoría no están vacunadas y no las hemos podido registrar.
¿La mujer sigue siendo la gran olvidada en los estudios científicos como denuncia un estudio publicado en Nature?
Por supuesto, la mujer lleva incluida muy poco tiempo en los estudios científicos. No fue hasta los años 90 cuando se puso de manifiesto la necesidad de incluir mujeres y minorías étnicas para que hubiera una paridad, porque hasta ese momento se investigaba solo con hombres, y había una visión muy paternalista. Por otro lado, por la complejidad cíclica de la mujer se decidía no incluirlas en los estudios. Pero las mujeres, ya desde el punto de vista biológico, somos diferentes en muchos aspectos. La perspectiva de género debe de estar presente en la asistencia sanitaria.
¿Qué otras circunstancias deberían estudiarse para reducir la desigualdad en la atención médica, promover acciones preventivas y mejorar el acceso farmacológico en la mujer?
Creo que se necesitan más estudios de investigación sobre hábitos de vida y empoderamiento de la mujer para que autogestione su salud, ya que desde la Medicina se tiende mucho a tratar farmacológicamente cuestiones o etapas de la mujer que son fisiológicas como la menopausia, el embarazo o la menstruación.
En cualquier base de datos se pueden buscar términos relacionados con tratamientos farmacológicos, pero sobre aspectos relacionados con la actividad física, el ejercicio, la dieta o la autogestión de la salud hay poca información. La cantidad de estudios en un sentido u otro no está nada equiparada.
Para nosotras es siempre un control farmacológico de nuestro cuerpo en procesos fisiológicos. Yo creo que es una asignatura pendiente.
¿Cree que estudios como este podrían ayudar a mitigar un poco las desigualdades de género en la salud y la sociedad y mejorar la situación de la mujer en el mundo pospandemia?
Por supuesto, ya que pone de relevancia que algo tan importante como la menstruación, que afecta a la mitad de la población en todos los países, no se ha tenido en cuenta en los ensayos clínicos. No se trata solamente de estudiar los efectos de la vacuna contra la COVID-19 en el embarazo, sino de saber cómo afecta a la menstruación, que la tienen casi todas las mujeres en edad fértil y que ofrece mucha información sobre su salud.
La verdad es llamativo que las alteraciones menstruales no se hayan incluido en los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19. Entiendo que hayan efectos secundarios que se vayan incluyendo poco a poco o que sean muy raros y que tengan una incidencia muy baja, pero que no se hayan investigado las alteraciones menstruales es como mínimo llamativo y creo que con nuestro estudio estamos aportando mucho en este sentido.
Vea el análisis completo en Univadis, Medscape (https://www.univadis.es/.../vacuna-contra-la-covid-19-y...)

¿Sabías qué?
El cambio climático podría afectar de forma negativa al corazón de los bebés en las próximas décadas.
Además de que factores que influyen en el desarrollo del bebé durante el embarazo como la alimentación de la madre, sus hábitos de salud o su estilo de vida, también pueden influir factores ambientales, como la contaminación atmosférica, que recientemente se descubrió puede llegar hasta la placenta.
Sin embargo, éste no es el único factor ambiental que puede afectar el desarrollo del bebé durante el embarazo, pues un nuevo estudio encontró que el cambio climático podría afectar de forma negativa el corazón de los bebés que nazcan en las próximas décadas.
Desde hace mucho tiempo se conoce que las altas temperaturas pueden influir de forma negativa en el embarazo, como lo vimos en un estudio realizado hace algunos años, en el que encontraron que las olas de calor, así como la contaminación, podrían influir en el aumento de partos prematuros.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón encontró que una gran cantidad de bebés que nazcan entre 2025 y 2035 podrían presentar defectos congénitos en el corazón, a causa del cambio climático.
De acuerdo con la investigación, esto afectaría principalmente a las mujeres cuyos embarazos transcurran durante la primavera y el verano, pues serían las altas temperaturas las ocasionantes de estos posibles defectos congénitos en los bebés.
A esta conclusión llegaron los investigadores, tras realizar proyecciones climáticas y analizar la información del estudio nacional de prevención de defectos congénitos, en los que se incluye un registro de los factores de riesgo para este tipo de problemas de salud.
De acuerdo con su análisis, el cambio climático podría hacer que dentro del periodo de años mencionado, se presentaran hasta 7.000 casos adicionales de defectos congénitos en el corazón en Estados Unidos, que fue donde se realizó el estudio.
El Dr. Shao Lin, uno de los autores del estudio comenta que los resultados de su investigación son preliminares, pero que se recomienda que las mujeres eviten exponerse a altas temperaturas durante las primeras semanas del embarazo, de forma similar a las recomendaciones que se le dan a las personas con enfermedades cardiovasculares durante la época de calor.
Recuerda que si estás embarazada durante el verano, deberás mantenerte más hidratada, vestir ropa ligera y en días muy calurosos evitar salir durante las horas de mayor radiación solar, que son regularmente cuando el sol de encuentra más elevado, entre las 11:00 y 17:00 horas. En caso de que debas salir durante esas horas, no olvides tomar algunas precauciones para cubrirte del sol y procurar que tu salida sea breve. Cortesía: https://www.bebesymas.com/embarazo/

¿Eres de las personas preocupadas por la forma en que crías a las niñas o los niños que tienes a tu cuidado? Entonces el reto “Yo aplico la #CrianzaRespetuosa” es para ti.
¿Qué tienes que hacer?
Muestra cómo haces para educar en casa sin maltratos y con respeto.
Publica una foto en tus redes sociales con la frase: Yo aplico la #CrianzaRespetuosa.
Invita a tus amistades a participar en el reto, etiquetando al menos a 3 personas.
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