DMPC
En la actualidad existe un consenso en considerar la parálisis cerebral Infantil como un grupo de trastornos del desarrollo del movimiento y la postura, causantes de limitación de la actividad, que son atribuidos a una agresión no progresiva sobre un cerebro en desarrollo, en la época fetal o primeros años. El trastorno motor de la parálisis Cerebral Infantil, con frecuencia se acompaña de trastornos sensoriales, cognitivos, de la comunicación, perceptivos y/o de conducta, y/o por epilepsia 1,2,3. La prevalencia global de PC se sitúa aproximadamente entre un 2 y 3 por cada 1000 nacidos vivos.
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Etiología Y Factores de Riesgo.
La Parálisis Cerebral Infantil es un síndrome que puede ser debido a diferentes etiologías. El conocimiento de los distintos factores que están relacionados con la PC es importante porque algunos de ellos se pueden prevenir, facilita la detección precoz y el seguimiento de los niños con riesgo de presentar Parálisis Cerebral.
La clasificación en función del trastorno motor predominante y de la extensión de la afectación, es de utilidad para la orientación del tipo de tratamiento, así como para el pronóstico evolutivo (Tabla II). Otra forma de clasificación, según la gravedad de la afectación: leve, moderada, grave o profunda, o según el nivel funcional de la movilidad: nivel I-V según la GMFCS (Gross Motor Function Clasification System).
Parálisis cerebral espástica: Es la forma más frecuente. Los niños con PC espástica forman un grupo heterogéneo:
• Tetraplejía (tetraparesia): Es la forma más grave. Los pacientes presentan afectación de las cuatro extremidades. En la mayoría de estos niños el aspecto de grave daño cerebral es evidente desde los primeros meses de vida.
• Diplejía (diparesia): Es la forma más frecuente. Los pacientes presentan afectación de predominio en las extremidades inferiores.
• Hemiplejía (hemiparesia): Existe paresia de un hemicuerpo, casi siempre con mayor compromiso de la extremidad superior. La etiología se supone prenatal en la mayoría de los casos.
• Triplejía (triparesia): es el patrón de parálisis que consiste en la presencia de parálisis o debilidad motora que afecta a tres de las cuatro extremidades.
• Monoparesia: En pacientes que presenten déficit motor agudo de una extremidad.
Parálisis cerebral discinética: Se caracteriza por una fluctuación y cambio brusco del tono muscular, presencia de movimientos involuntarios y persistencia de los reflejos arcaicos.
• Forma coreoatetósica
• Forma distónica
• Forma mixta
Parálisis cerebral atáxica: el síntoma predominante es la hipotonía; el síndrome cerebeloso completo con hipotonía, ataxia, dismetría, incoordinación puede evidenciarse a partir del año de edad.
• Diplejía atáxica
• Ataxia simple
• Síndrome de desequilibrio
Parálisis cerebral hipotónica: Es poco frecuente. Se caracteriza por una hipotonía muscular con hiperreflexia osteotendinosa.
Parálisis cerebral mixta: Es relativamente frecuente que el trastorno motor no sea “puro”. Asociaciones de ataxia y distonía o distonía con espasticidad son las formas más comunes.
Tratamiento para la Parálisis Cerebral Infantil
Es necesario un equipo multidisciplinario (neuropediatría, fisioterapeuta, ortopeda, psicólogo, logopeda, pediatra de atención primaria y la colaboración de otros especialistas), para la valoración y atención integral del niño con PC. Una atención especializada, temprana e intensiva durante los primeros años y un tratamiento de mantenimiento posterior. El tratamiento debe de ser individualizado, en función de la situación en que se encuentra el niño (edad, afectación motriz, capacidades cognitivas, patología asociada), teniendo en cuenta el entorno familiar, social, escolar. Cortesía: https://antaressyb.com/blog/
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Con la presencia del Dr.C. Danilo Nápoles Méndez, Especialista en Ginecobstétricia profesor titular y experto del #MINSAPCuba con un equipo de trabajo visita la provincia de #Camagüey en sesión de trabajo e intercambio con cuadros de la Dirección Provincial de Salud Pública,Camagüey., Equipo del PAMI y profesionales de la Ginecobstétricia camagüeyana desde el Hospital Universitario "Manuel Ascunce Domenech" se analiza la Atención a la Materna crítica aspecto importante relacionado con el proceso del embarazo, parto y puerperio, el manejo de como valorar los factores de riesgos biológicos y sociales que acompañan al embarazo con un conjunto de acciones e ideas para corregir las desviaciones teniendo como objetivo básico evitar que la paciente llegue a la neumonía, que no se infecte con un diagnóstico y tratamiento previo.
Aspecto importante son las acciones de promoción de salud desde la atención primaria de salud con la participación social y comunitaria así como la utilización de los canales y vías de comunicación por especialistas en la materia que faciliten una oportuna información a toda nuestra población.
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¿Qué es la malformación de #chiari tipo I?
La malformación de Chiari tipo I es una afección donde el cerebelo, la parte del encéfalo que controla la coordinación y el movimiento muscular, desciende a través de un orificio que hay en la base del cráneo. Este orificio se llama “foramen magnum”. Por su interior, solo suele pasar la médula espinal.
Muchos niños con la malformación de Chiari tipo I no presentan ningún síntoma. El tratamiento puede ayudar a los niños que sí presentan síntomas.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la malformación de Chiari tipo I?
Muchos niños afectados por la malformación de Chiari tipo I nunca llegan a tener síntomas. En el caso de que esta malformación cause síntomas, estos no suelen aparecer hasta la infancia tardía o la adolescencia.
Entre los signos y los síntomas, se incluyen los siguientes:
dolores de cabeza (sobre todo después de toser, estornudar o hacer esfuerzos)
problemas de equilibrio
dolor de cuello
mareos
problemas en la visión
coordinación de manos deficiente
adormecimiento y hormigueo en las manos y los pies
cambio en los hábitos de orinar (hacer pis) o defecar (hacer caca)
dificultades para tragar
ronquera
A veces, los niños con una malformación de Chiari tipo I también tienen:
siringomielia: acumulación de líquido cefalorraquídeo dentro de la médula espinal
hidrocefalia: acumulación de líquido cefalorraquídeo en espacios que hay en las profundidades del encéfalo
apnea del sueño: breves períodos que ocurren durante el sueño en que el niño deja de respirar
escoliosis: curvatura excesiva de la columna vertebral
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Causas de la malformación de Chiari tipo I
Hay cuatro tipos distintos de malformación de Chiari (I, II, III y IV). El tipo I es el más frecuente.
Lo médicos no conocen exactamente cuál es la causa de la malformación de Chiari tipo I. Un bebé puede nacer con esta malformación o bien desarrollarla durante los primeros años de vida. Con menor frecuencia, esta malformación puede ocurrir más adelante a raíz de un traumatismo, una infección u otros problemas médicos.
La malformación de Chiari tipo I se puede dar por familias. Por lo tanto, puede ser de base genética.
La malformación de Chiari tipo I ocurre cuando el espacio que ocupa el cerebelo es más reducido de lo normal o tiene una forma extraña. Esto hace que parte del cerebelo se comprima hacia abajo al pasar por el foramen magnum. Si esta compresión ejerce presión sobre el cerebelo y la médula espinal, puede llevar a la aparición de síntomas.
¿Cómo se diagnostica la malformación de Chiari tipo I?
La malformación de Chiari tipo I no suele causar síntomas. Por eso, muchos casos no se detectan hasta que se practica una técnica de diagnóstico por la imagen del cerebro o de la médula espinal por otro motivo.
¿Cómo se trata la malformación de Chiari tipo I?
En los niños que no presentan síntomas, los médicos suelen recomendar hacer un seguimiento a través de resonancias magnéticas o RM para ir revisando cualquier posible cambio que pueda ocurrir. La cirugía no suele ser necesaria.
Cuando el niño presenta síntomas graves, los médicos suelen recomendar un procedimiento quirúrgico llamado descompresión de la fosa posterior. Este procedimiento amplía el espacio que puede ocupar el cerebelo y reduce la presión ejercida sobre la médula espinal.
Los niños con problemas asociados (como siringomielia, hidrocefalia, apnea del sueño o escoliosis) pueden requerir tratamiento médico de estas afecciones.
Algunos médicos recomiendan que los niños con una malformación de Chiari tipo I eviten ciertas actividades, como la gimnasia, la lucha libre y los deportes de contacto.
¿Qué pueden hacer los padres?
Muchos niños con una malformación de Chiari tipo I nunca llegan a presentar síntomas ni necesitan ningún tipo de tratamiento. Pero llame al médico de su hijo cuanto antes si su hijo presenta cualquier síntoma, como dolor de cabeza, problemas de equilibrio o de coordinación, cambios en los hábitos de evacuación o cambios en la voz.
Para ayudar a su hijo a mantenerse sano, siga las instrucciones de su médico en lo que respecta a:
programar visitas de seguimiento y asistir a ellas con su hijo
hacerle a su hijo todas las pruebas que le recomiende el médico, como radiografías o resonancias magnéticas (RM)
hacer que su hijo evite las actividades que se indican. Cortesía: https://kidshealth.org/es/
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Clínica y criterios de diagnóstico.
Introducción
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es la causa más común de anovulación hiperandrogénica crónica y la causa más común de infertilidad en mujeres jóvenes. También es un factor de riesgo para comorbilidades relacionadas con el síndrome metabólico y para el deterioro del bienestar y la mortalidad.
Evidencia considerable sugiere que el SOP tiene diversas causas, surgiendo como un rasgo complejo con contribuciones tanto de factores heredables como ambientales que afectan a la esteroidogénesis ovárica.
El hiperinsulinismo resistente a insulina, en parte relacionado con obesidad coexistente, es el factor no esteroidogénico más común. Sus interacciones complejas generalmente imitan un rasgo autosómico dominante con penetrancia variable: el trastorno se correlaciona en gemelos idénticos; cerca de la mitad de las hermanas son hiperandrogénicas, y la mitad de estas también tienen oligo-amenorrea y por lo tanto SOP; los ovarios poliquísticos parecen heredarse de forma autosómica dominante. Del 3% al 35% de las madres tienen SOP, y la prevalencia de síndrome metabólico es alta en padres y hermanos.
El hiperandrogenismo ovárico funcional primario (HOF) representa la gran mayoría del SOP. Pruebas de la función androgénica ovárica muestran que la mayoría tienen una hiperreactividad de la 17-hidroxiprogesterona a las gonadotrofinas en ausencia de un bloque esteroidogénico (HOF típico) y una supresión subnormal de la dexametasona por la testosterona; sólo una minoría tiene esta última anormalidad (HOF atípico).
Una hiper-respuesta androgénica suprarrenal relacionada a la adrenocorticotrofina (hiperandrogenismo adrenal funcional primario) se asocia a menudo con HOF: ésta es la única fuente de andrógenos en un pequeño subconjunto de SOP.
El síndrome fue descrito por primera vez por Stein y Leventhal. Durante los últimos 25 años, se han desarrollado criterios diagnósticos internacionalmente aceptados para adultos en base a diversas combinaciones de hiperandrogenismo inexplicable, anovulación, y ovario poliquístico, que son todos abarcados por los criterios de consenso Rotterdam. Estos criterios generan 4 fenotipos, que están incluidos en un espectro de especificidad y severidad decreciente.
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