Camagüey,15 feb.- El Guiñol de Camagüey arriba a sus 60 años, y llega a este aniversario como un navío que se resiste a ser devorado por el tsunami del tiempo.
No pocos avatares ha tenido que sortear este colectivo para mantenerse a flote, pero una fuerza insiste -quizás movida por el legado histórico- en que la vela y muchos de sus marinos más fuertes permanezcan ilesos tras cada huracán.
Lo cierto, es que una vez más el Guiñol se rehace, reinventa su cuerpo, y cual ser vivo que muta para subsistir va encontrando nuevas formas de adaptación dentro del contexto actual.
Una premisa se enarbola como fundamento esencial "el teatro para niños en Camagüey no puede desaparecer" pues sería traicionar un patrimonio que fue construido con tesón, sacrificio y que desde 1962 ha regalado no pocas alegrías al público infantil.
Para ello se trazan continuas estrategias, encaminadas a oxigenar el trabajo creativo de dicha agrupación. Ahora, bajo el liderazgo del actor Grabiel Castillo, se propone apostar a nuevas formas de gestión del teatro para niños, convirtiendo su sede en un espacio polivalente para la recreación y la apreciación de arte.
Una nueva generación insiste en preservar el espíritu y amor de aquellos que situaron al Guiñol de Camagüey en los lugares más privilegiados del teatro de figuras en Cuba. Cabe recordar nombres como Joaquín Cobo, Mario Guerrero, Nancy Obrador, Zunilda Fabelo, Argentina Erran, Miguel Escalona... entre tantos otros que favorecieron sobremanera el desarrollo del arte titiritero y que aún hoy, son recordados con cariño y admiración.
El Guiñol de Camagüey respira, existe, palpita en el corazón de la ciudad, en el corazón de niños, de familias agramontinas. (Kenny Ortigas Guerrero/ Consejo Provincial de Artes Escénicas Camagüey) (Fotos: Nelson Urbano Acevedo Barrera)
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