Camagüey, 18 feb.- Hace hoy exactamente 141 años el científico camagüeyano Carlos J. Finlay presentó ante la V Conferencia Sanitaria Internacional su teoría del contagio de la fiebre amarilla a través de la presencia de un agente biológico intermediario que podía transmitir la enfermedad de una persona enferma a otra sana.
Dichos resultados constituyeron un salto en cuanto a las concepciones epidemiológicas de esa época que se concretaron seis meses más tarde, en una sesión de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, celebrada el 14 de agosto de 1881.
En esa cita el camagüeyano explicó su hipótesis de que el agente transmisor debía ser un mosquito, probablemente la hembra de la especie hoy denominada Aedes aegypti.
Con su teoría y postulados hoy la Epidemiología mucho le agradece por su ardua investigación al servicio de la ciencia.
El legado de Carlos J. Finlay tiene plena vigencia y nadie pone en duda la eficacia de las campañas antivectoriales propugnadas por él para la eliminación de numerosas enfermedades.
Al nombre de Finlay y a los de sus más cercanos colaboradores está asociado el primer intento de crear en Cuba un sistema de salud pública basado en la higiene y la prevención de enfermedades.
Desde entonces, se abrió el camino para el estudio de otros padecimientos trasmitidos por vectores.
Cuando en estos momentos vivimos otra época de pandemias, sobre todo las relacionadas con la Covid-19, aún está permanente la batalla para eliminar el mosquito del género Aedes, trasmisor de varias enfermedades, hoy conocidas como dengue, chikungunya y Zika.
Se trata de ser rigurosos en la aplicación de aquellas recomendaciones que tempranamente señalara Finlay.
Porque se mantiene el vector tanto desde las casas, como instituciones y centros de trabajo, como enemigo silencioso de la salud y no vale de nada acciones aisladas, sino que constituye una tarea de todos, la campaña activectorial.
Cortar las vías para la trasmisión de virus y otras enfermedades, es la tarea clave; aunque se mantienen ciclos de fumigación y de control focal, de manera intensiva, para eliminar los mosquitos, tanto en su etapa adulta, como en estado larvario.
Que entonces sea esta efeméride del 18 de febrero, cuando se cumplen 141 años de la exposición de Carlos J. Finlay sobre su teoría del agente transmisor de la fiebre amarilla, un incentivo más para cuidar la salud de todos desde la participación ciudadana.
Sus significativos aportes se inscriben entre las grandes conquistas científicas de todos los tiempos, pues en ningún caso anterior a Finlay la historia de la Medicina registra el hecho de un investigador que formulara una concepción teórico-práctica, cuya aplicación ofrecería resultados sumamente exitosos.
En su honor, a propósito de la fecha de su natalicio, cada 3 de diciembre se celebra el Día de la Medicina Latinoamericana, como una forma más de agradecer y homenajear al médico camagüeyano, cubano y de trascendencia internacional Carlos J. Finlay.
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