faro colon Camagüey, 5 jul.- Importantes beneficios ambientales, económicos y sociales genera frente al cambio climático la resiliencia de los ecosistemas marino- costeros y de sus comunidades como la norteña localidad de Santa Lucía, en la cual radica el mayor polo turístico de la provincia.

Para ese enclave se propone un plan de gestión a partir de los criterios de grupos de trabajo integrados por actores provinciales, municipales y locales, los cuales potencian las fortalezas de este sitio de intervención, incluido en el proyecto Estudios de vulnerabilidad y factibilidad del programa de fortalecimiento de la resiliencia ecosistémica y social de las zonas costeras y marinas en Cuba.

Entre las acciones destacan la implementación de soluciones basadas en naturaleza para la restauración y conservación de manglares, la rehabilitación de dunas y su vegetación de costa arenosa, la lucha contra las especies exóticas invasoras, la restauración y protección de arrecifes con la siembra de corales y el manejo de pastos marinos, reseña la web del gobierno en la provincia.

Otra opción contempla la reformulación del producto turístico en el balneario camagüeyano y el desarrollo de una campaña de sensibilización a los visitantes nacionales y foráneos que base su contenido en los enfoques del turismo azul, el cual promueve la armonía con la naturaleza, aprovechando las bondades que ofrecen los invaluables ecosistemas marino-costeros presentes en la zona.

El área dispone de recursos naturales como los fangos de la salina y la Thalassia -género de plantas acuáticas perteneciente a la familia Hydrocharitaceae, originaria de las regiones costeras tropicales y subtropicales-, ambos de un uso potencial para la talasoterapia (método curativo de algunas enfermedades que se fundamenta en el clima y los baños marinos).

De igual modo se proyecta la creación de un área como Paisaje Natural Protegido Arrecifes de Santa Lucía para contribuir paulatinamente a la recuperación de este valioso ecosistema.

La iniciativa, con su génesis en el año 2019, consiste en una operación de asistencia técnica financiada por la Agencia Francesa de Desarrollo que apoya a los países de África, naciones menos adelantadas y los pequeños estados insulares en desarrollo para apoyar la puesta en práctica del Acuerdo de París.

Con la participación de expertos cubanos y de la consultora canadiense Baastel en consorcio con BRL Ingénierie y actores de la provincia de Camagüey se evaluaron los riesgos climáticos y formularon opciones de adaptación para elaborar una propuesta de proyecto Azul Resiliente.

La propuesta recibirá financiamiento del Fondo Francés de Medio Ambiente para poner en práctica las medidas diseñadas e integrarlas en los planes de desarrollo y gestión de Santa Lucía.