Camagüey, 1ro octubre. - La paciencia que viene con los años, las arrugas como testigos del tiempo, la experiencia que sólo se logra con los tropiezos y que se muestran como tesoros en la tercera edad, tienen en Cuba un realce, porque junto a lo vivido se unen un sin número cuidados que están y necesitas de mayor eficiencia para resguardar la salud de quienes peinan canas, sobre todo en tiempos de pandemia.
Con una esperanza de vida cercana a los 80 años, gracias a la prioridad que concede el Estado en la mayor de las Antillas a ese grupo etario, en la actualidad el alto índice de envejecimiento se extiende paulatinamente entre los más de once millones de habitantes.
Por ello, cada vez resulta mayor el número de abuelos y hasta de centenarios que conviven en la Isla respaldados por una atención comunitaria, institucional y hospitalaria, que en medio de la Covid-19 se ha estremecido con limitaciones de recursos y escasez de personal, pero que, aun así, no los deja desprotegidos.
Ahora que empieza el mes de octubre y se celebra en esta jornada el Día Internacional de las Personas de Edad, salta la preocupación de que cada vez son más los longevos que necesitan de las generaciones jóvenes el esfuerzo de cuidar y desvelarse en retribución por quienes en su momento ya lo hicieron.
En aras de facilitar el buen desenvolvimiento de ese segmento poblacional y protegerlo del nuevo coronavirus, es ahora una alerta intergeneracional, porque, además de cuidar a padres y abuelos, estaremos enseñando a los hijos a cambiar sus roles y sostener las manos que una vez le protegieron. (Liset Fernández Torres/ Gobierno Provincial Camagüey)
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