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Se constituyen seis nuevas brigadas de mensajeros estatales para llevar sus productos a embarazadas, encamados y todo el que lo requiera.

Medio centenar de jóvenes que se desempeñan como dependientes y en otras funciones en instalaciones comerciales, redireccionan ahora su labor para acercar productos a los hogares camagüeyanos en distintas modalidades, y evitar así la salida de personas de sus hogares en tiempos en que continúan las afectaciones de la COVID-19 en la provincia.

En primera instancia y de manera gratuita, se prioriza la llegada a embarazadas, postrados y encamados, de canastillas y otros artículos que se expenden en la tienda La Gran Antilla, para que ese personal vulnerable no tenga que salir de sus viviendas.

Además, se ofrecen servicios de mensajerías en las bodegas con mayor número de núcleos familiares, los que se extenderán a medida que se incorporen más mensajeros, con precios de entre 50 y 75 pesos aproximadamente, de acuerdo con lo que cada familia solicite, para llevarles desde la canasta básica hasta la leche de los niños o el pan normado.

Esta nueva iniciativa llega en medio de un panorama epidemiológico que sigue siendo complejo y demanda quedarse más en casa y proteger especialmente a los ancianos, a menudo responsables de las labores de mensajería, y a otros grupos que necesitan cuidados especiales como el de las futuras madres.

Los presentes se reunieron en la plaza Antonio Maceo de la urbe agramontina, identificados con pulóveres y gorras blancos y carteles con expresiones de ¡Viva! por el 68 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, así como la imagen de Fernando Chenard Piña, quien da nombre a las brigadas que luego se ampliarán.