El bienestar emocional es una de las bases para lograr una vida sana, feliz y plena.
Cuando hablamos de bienestar emocional nos referimos al estado de ánimo en el cual nos sentimos bien, tranquilos, percibimos que dominamos nuestras emociones y somos capaces de hacer frente a las presiones del día a día.
Para lograr el bienestar emocional necesitamos encontrar un balance en todos los aspectos de nuestra vida: física, mental, emocional y espiritual. Es la habilidad de poder disfrutar la vida y a la vez de afrontar los problemas diarios que nos van surgiendo, ya sea tomando decisiones, lidiando y adaptándose a situaciones difíciles o dialogando acerca de nuestras necesidades y deseos.
La vida y las circunstancias cambian continuamente, por tanto, nuestro carácter, pensamientos y sentimientos también fluctúan. A veces es normal sentir malestar: tristeza, preocupación, temor o inquietud. Pero estos tipos de sentimientos se convierten en problema cuando empiezan a obstaculizar la vida diaria por un periodo prolongado de tiempo.
Las claves para gozar de bienestar emocional
- Alimentar la mente de manera positiva y sana.
- Alimentación sana y equilibrada.
- Organizar el tiempo.
- Vivir el presente.
- Relajarse.
- Dormir bien
- Realizar actividad física.
- Disfrutar de la compañía de los seres queridos y conocer gente nueva.
Las emociones
¿Qué son?
La emoción es una compleja combinación entre lo que percibes, cómo reacciona tu cuerpo y lo que te motiva a actuar. Todo ello produce en las personas un estado psicológico global que puede ser positivo o negativo, de poca o mucha intensidad y de corta o larga duración y que produce una expresión gestual que puede ser identificada por las demás personas.
¿Para qué sirven?
Las emociones cumplen la función de adaptarnos a nuestro entorno, no son buenas ni malas, son señales e información acerca de lo que nos rodea y de nosotros mismos. Sirven para informarnos sobre lo que necesitamos, nuestras metas y valores prioritarios, preparándonos e impulsándonos para actuar. Además, nos invitan a evitar el dolor y a acercarnos a lo positivo. También nos informan sobre el estado emocional de otra persona ayudándonos a relacionarnos con los demás, informando a su vez a las otras personas de cómo nos encontramos y de nuestras intenciones.
1. Alegria
Nos ayuda a aproximarnos y relacionarnos con los demás, creando vínculos con nuestro entorno a la vez que mejora nuestro autoconcepto. Despierta nuestra empatía y altruismo hacia los demás y aumenta nuestra sensación de bienestar.
2. Tristeza
Su expresión sirve para pedir ayuda a las demás personas, aproximándose estas a nosotros para arroparnos y darnos su apoyo en un momento crítico, incrementando la unión entre los miembros de un grupo. Asimismo, nos permite reflexionar sobre la situación actual y que focalicemos la atención en lo más importante para nosotros en este momento centrándonos en la búsqueda de soluciones.
3. Ira
Principalmente tiene la utilidad de protegernos a nosotros mismos y a lo que es importante para nosotros preparando al organismo para iniciar y mantener un nivel de activación dirigida a conseguir nuestros objetivos. Se relaciona con conductas agresivas cuyo propósito es eliminar aquello que nos impide alcanzarlos, por lo que es importante canalizarla adecuadamente para que no se convierta en algo perjudicial para nuestra salud, siendo así importante su control, pero no el reprimir su expresión.
4. Miedo
Es la alarma que nos avisa de aquello que constituye un riesgo para nuestra vida o bienestar, provocando una activación en la persona que le ayude a evitar dicha amenaza. Es importante que esta activación no sea excesiva, pues entonces se producirá una situación de bloqueo que hará que esta emoción deje de ser beneficiosa para nosotros.
5. Asco
Principalmente cumple con la función de protegernos para no ingerir sustancias u objetos peligrosos para nuestro organismo y evitar el contagio de enfermedades.
6. Sorpresa
Es la emoción cuya duración es más breve y que antecede a otras. Nos ayuda a prestar toda nuestra atención a un acontecimiento novedoso, repentino e inesperado para afrontarlo adecuadamente.
El estrés
El estrés es un proceso que se origina cuando las demandas de nuestro entorno superan nuestra capacidad para hacerles frente. Esto da lugar a cambios en nuestro organismo a nivel biológico y psicológico que a su vez podrían causar ciertas enfermedades. Las causas que provocan el estrés no son necesariamente derivadas de situaciones de peligro, dolorosas o perjudiciales, sino que pueden provenir también de situaciones más rutinarias que sufrimos a diario como pueden ser los atascos, ruidos de los vecinos o el tener que ir corriendo para llevar a nuestros hijos a tiempo a sus actividades.
¿Que consecuencias tiene?
Cuando padecemos estrés nuestro organismo genera niveles elevados de una hormona llamada cortisol. Esto puede provocar efectos beneficiosos, tales como el manejo del dolor agudo, la disminución de la inflamación, un mejor aprovechamiento de la energía, etc. En situaciones de emergencia, los cambios que nos provoca el estrés son apropiados para actuar adecuadamente y poner nuestra vida a salvo. Sin embargo, un estado de estrés mantenido en el tiempo, puede ser perjudicial para el cerebro ya que puede causar daños en el hipocampo, que juega un papel importante en la memoria, afectando al recuerdo de actividades recientes.
Niveles elevados de esta hormona pueden provocar también problemas digestivos (absorbiendo menos cantidad de minerales y nutrientes), de sueño (afecta al descanso nocturno favoreciendo el despertar), aumento de peso (aumenta el apetito y la preferencia por el dulce, se tiende a acumular grasa), deshidratación de la piel (aparición de arrugas) y cambios en el estado de ánimo y en el humor.
¿Cómo combatirlo?
El estrés podemos abordarlo desde diferentes aspectos.
Corporal: podemos contrarrestar las reacciones fisiológicas del estrés con técnicas de relajación mediante la contracción y relajación muscular y el control de la respiración en un ambiente tranquilo. Otras técnicas que puedes utilizar son la meditación o el yoga.
Pensamiento: si somos capaces de controlar nuestros pensamientos ello contribuirá directamente a modificar nuestras acciones.
Comportamiento: es muy importante que organices tu tiempo dejando a diario un espacio para el descanso físico y para realizar alguna actividad que te resulte agradable fuera del trabajo. Ten en cuenta tus prioridades a la hora de realizar tus actividades, no te sobrecargues ni exijas demasiado, programando descansos entre tareas.
¿Cuándo pedir ayuda profesional?
A veces podemos llegar a sentir que el malestar nos desborda, que nuestra salud se deteriora apareciendo síntomas físicos (mareos, dolor de cabeza, dolor en el pecho, problemas estomacales), que nos sentimos más irritables de lo normal o melancólicos, o se empieza a consumir excesivamente alcohol u otras drogas interfiriendo esto en el ritmo normal de nuestra vida. Todo ello podría ser señal de una sobrecarga de estrés, por lo que sería conveniente que un profesional nos guiase y ayudase hacia la recuperación y el control de nuestro bienestar.
Cómo afrontar mejor los retos de la vida
“Estrés” significa: tensión, tensión emocional y tensión física. El exceso de estrés puede ser perjudicial para nuestra salud. En estas situaciones, debemos ser capaces de reconocer las señales que nos envía el cuerpo, identificar las causas del estrés y aprender a manejarlo.
El sueño
Cuando hablamos de higiene del sueño nos referimos a un estilo de vida que propicia un estado saludable para dormir. La mayoría de las personas se quedan dormidas y mantienen el sueño sin dificultad, sin embargo, hay otras que no lo consiguen y esto suele deberse a unos hábitos poco adecuados para dormir. A continuación, encontrarás algunas recomendaciones que te ayudarán a mejorar tu calidad de sueño:
- Alimentación
Las comidas pesadas y muy próximas en el tiempo a la hora de irse a la cama pueden causar malas digestiones e interferir con el inicio y mantenimiento del sueño a lo largo de la noche. Una comida más ligera y con dos horas de antelación antes de irse a la cama puede ayudarte a que duermas mejor. Además, el beber leche o comer otros alimentos que contienen triptófano (pollo, atún, huevos, pistachos, etc.), una sustancia natural involucrada en la regulación del sueño, es aconsejable antes de irse a dormir.
- Ambiente
Es importante mantener unas condiciones ambientales adecuadas en tu dormitorio para lograr dormir bien. La temperatura debe estar regulada de manera que no haga demasiado calor que pueda despertarte. Muchas personas se adaptan bien a los cambios de luz o los ruidos, si no es tu caso, puedes utilizar cortinas oscuras o antifaz si te molesta la luz u orejeras o aislar bien las ventanas en caso de ruido. Una cama confortable en una habitación tranquila y oscura es el mejor escenario para dormir plácidamente.
- Actividad física
Una vida sedentaria, una actividad física poco regular o limitada puede llevarnos a padecer insomnio. Por el contrario, realizar actividad física regularmente ayuda a dormir mejor, sin embargo, puede dejar de tener estos beneficios según el momento del día en el que se practique. La actividad realizada en un tiempo lejano a la hora de irse a la cama, como por ejemplo por la mañana o a primera hora de la tarde, no afecta negativamente a la hora de dormir.
- Alcohol y sustancias estimulantes
Aunque aparentemente nos parezca que el consumo de alcohol nos ayuda a inducir el sueño al principio de la noche, lo cierto es que va a provocar interrupciones en sus etapas posteriores e incluso puede ocasionar pesadillas y dolor de cabeza al despertar. Por ello si decides tomar alguna bebida alcohólica y no quieres ver afectada tu calidad del sueño, deberás evitar hacerlo en horas cercanas antes de iniciar el sueño. Así mismo, las bebidas con cafeína consumidas de forma moderada no impiden el dormir bien, pero un consumo alto y regular puede perturbar el sueño y aparecer el insomnio. La nicotina en las personas fumadoras también actúa como estimulante y puede dificultar el sueño.
Otros consejos para dormir bien:
Intenta tener un mismo hábito todos los días de la despertador con chica desperezándose en la camasemana y respetar el horario de irte a la cama y despertarte por la mañana. Evita dormir durante el día.
Ve a la cama sólo si tienes sueño, en el caso de que te desveles no te quedes dando vueltas en la cama. Realizar una actividad monótona fuera del dormitorio te ayudará a que vuelvan las ganas de dormir.
Una ducha con el agua a temperatura del cuerpo te ayudará a relajarte antes de dormir.
Evita las actividades excitantes y el uso de pantallas antes de irte a la cama, éstas activarán tu mente y te costará conciliar el sueño.
Las relaciones con los demás
Además de cuidarte a ti mismo, es importante cuidar las relaciones con los que nos rodean para gozar de bienestar emocional. El compartir las cosas del día a día, tus problemas y tus preocupaciones con personas de confianza o que hayan pasado por una situación parecida a la tuya, ayuda a encontrar soluciones y a sentirnos menos solos para afrontarlo. Por ello es recomendable dedicarle tiempo de calidad a familiares y amigos, a la vez que procuramos hacer nuevas amistades. Esto supondrá la posibilidad recíproca de dar y recibir apoyo.
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