Atención a las bacterias
Hay algunas bacterias que son más propensas a provocar una intoxicación, según advierte Rodríguez de Cossio. La salmonelosis es una de las principales. “Para evitar los riesgos de salmonelosis a través de los huevos es recomendable no lavarlos ya que la cáscara es muy porosa y la humedad facilita la penetración de bacterias en el interior”, advierte y añade que no hay que usar huevos rotos, debemos intentar conservarlos en la nevera, así como lavar el plato donde se ha batido o manipulado el huevo crudo. Respecto a la carne, recomienda cocinarla bien para que no quede cruda.
Las otras bacterias a las que hay que prestar atención, según la especialista son:
Escherichia coli (E. coli)
Está presente sobre todo en carne cruda o poco cocinada, leche o productos frescos crudos. Su prevención pasa por someter los alimentos a un proceso de cocción cuidadoso en el que se cocine bien toda la pieza, de forma especial el centro; evitar el consumo de leche cruda, es decir, no pasteurizada, o agua no potable; y desinfectar los vegetales que vayan a consumirse crudos.
Campylobacter
Afecta de manera especial a alimentos como el pescado crudo o poco cocinado, el pollo poco cocinado y, como en el caso anterior, la leche sin pasteurizar y el agua no potabilizada.
Para prevenirla es recomendable cocinar bien la carne y evitar las contaminaciones cruzadas, consideradas uno de los mayores riesgos para este microorganismo.
Listeria monocytogenes
Esta bacteria se multiplica de forma rápida en alimentos refrigerados, alimentos listos para consumir, leche cruda, verduras o productos en conserva.
Los mejores métodos de prevención pasan por evitar el almacenamiento prolongado de vegetales (aunque sea a temperaturas de refrigeración); limpiar bien las superficies y utensilios con los que se manipulan los alimentos crudos; cocinar de manera homogénea y mantener una rigurosa higiene de la nevera.
Estafilococo
La contaminación de estafilococo puede ocurrir durante el enfriamiento lento después de la cocción o cuando el alimento se conserva a temperatura ambiente. El recalentamiento puede destruir el microorganismo, pero no la toxina termorresistente y ésta es la que causa la enfermedad.
Vibrio parahaemolyticus
Se asocia a la ingestión de mariscos crudos o mal refrigerados.
Bacillus cerus
Se asocia con la contaminación de arroz frito. Sobreviven a la ebullición. Se puede prevenir a través de la refrigeración rápida del arroz hervido.
Clostridio Perfringens
“Llamado el germen de las cafeterías porque muchos brotes o focos de infección ocurren debido a las comidas que se mantienen durante un tiempo prolongado en recipientes colocados a baño maría para conservar la comida caliente”, expone Rodríguez de Cossio
La bacteria desaparece con el calor, pero algunas esporas que producen toxinas pueden sobrevivir.
“Tenemos el deber y la responsabilidad de informarnos, conocer y poner en práctica unos correctos hábitos de manipulación de los alimentos con el fin de preservar la salubridad de los productos que consumimos, por nuestra salud y la de las personas a las que se los ofrecemos. Un consumidor informado es un consumidor más protegido frente a las toxiinfecciones alimentarias”, recomienda la especialista. Cortesía: https://cuidateplus.marca.com/
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