¿Qué es el crecimiento intrauterino retardado?

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Se produce cuando el bebé crece menos de lo normal
El crecimiento intrauterino retardado o restringido (CIR) es un término que se utiliza para definir a un feto que es más pequeño de lo normal durante el embarazo debido a un problema con el funcionamiento de su placenta. No son fetos pequeños sin más, sino que disminuye la velocidad a la que deberían crecer dentro del útero materno y por eso tienen bajo peso al nacer.
¿Cuáles son las causas del crecimiento intrauterino retardado?
La causa más frecuente es un problema en la placenta, que es el tejido que transporta el oxígeno y los nutrientes de la madre al bebé.
Otras causas que también pueden causar CIR son las alteraciones genéticas, las malformaciones fetales, infecciones de la madre durante el embarazo y la tensión arterial alta. También el tabaco, el alcohol y las drogas.
Estas causas pueden evitarse y son las madres las culpables directas de que sus bebés no crezcan correctamente. Por tanto, en la mayoría de los casos, la madre no se tiene que sentir culpable de haber causado el problema en su bebé, ya que el mal funcionamiento de la placenta, que es la causa más común de CIR, está fuera de su control.
¿Todos los bebes que son pequeños tienen CIR?
NO. Solamente una tercera parte de los bebés que son pequeños al nacer y tienen bajo peso tienen CIR. Los dos tercios restantes son bebés más pequeños de la media normal. Del mismo modo que hay niños y adultos de distintos tamaños, también hay bebés de pesos y tallas diferentes. Y no hay que olvidarse que hay un componente genético: los padres pequeños de baja estatura y bajo peso suelen tener bebés pequeños en todos sus embarazos. Y por el contrario, los bebés grandes suelen ser hijos de padres también de gran envergadura.
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¿Cómo se diagnóstica un feto pequeño solamente de un CIR?
Durante el embarazo, se realizan ecografías para ver si el feto está creciendo correctamente.
En las ecografías se hacen mediciones de la cabeza (a través del diámetro biparietal), del abdomen (a través del diámetro o circunferencia abdominal) y de la pierna (midiendo la longitud del fémur). Por tanto, la ecografía es la prueba principal para valorar el crecimiento del bebé y poder estimar su peso.
Además de las medidas del bebé, la ecografía también permite estudiar el funcionamiento de la placenta mediante una técnica llamada Doppler.
A través del Doppler podemos valorar cómo le está llegando la sangre el feto, que es un reflejo de cómo le llega el oxígeno y el alimento.
Tanto la ecografía como el Doppler son pruebas inocuas y no presentan ningún riesgo ni para la madre ni para el bebé. Al mismo tiempo, con la ecografía también se puede estudiar la cantidad de líquido amniótico, ya que la mayoría de los bebés con CIR, tienen el líquido amniótico disminuido.
Los movimientos que realiza el bebé dentro del útero (flexión y extensión de los miembros, etc.) también se estudian con la ecografía, ya que algunos bebés con CIR se mueven poco.
De cualquier forma, si se diagnostica un feto pequeño en la ecografía, éstas se realizarán con más frecuencia y habrá que hacer un Doppler como prueba complementaria.
Otra prueba diagnóstica de gran valor es la monitorización fetal antes del parto. Es la monitorización externa (a través de unas correas sobre el abdomen) y con ella se valoran los latidos del corazón del bebé. También controla la presencia de contracciones y la respuesta del bebé a ellas.
¿Qué actitud se toma ante un CIR? ¿Se debe adelantar el parto?
Lo más frecuente es que no se tenga que adelantar el parto, ya que hay veces que, aunque el bebé sea pequeño sigue creciendo dentro del útero materno. Pero en los casos en los que el feto no está creciendo adecuadamente, se estanca su crecimiento o tiene problemas con el funcionamiento de la placenta, deberá finalizarse el parto antes de la fecha prevista.
La vía de elección del parto dependerá de la semanas de gestación y del estado del bebé. Si es un feto muy prematuro o si tiene muy mal funcionamiento de la placenta, se hará una cesárea directamente. Si el feto no es muy prematuro y la placenta funciona bien, puede intentarse un parto vaginal, sabiendo que los fetos pequeños pueden tener peor tolerancia al parto y al final acabar en cesárea. En la mayoría de los casos, los bebés pequeños no prematuros, pueden tener un parto vaginal sin problemas.
¿Cuál es el pronóstico de un bebé con CIR una vez que ha nacido?
Si el bebé ha nacido antes de tiempo y es prematuro, tendrá que quedarse ingresado en el hospital. Generalmente estará en el hospital hasta que sea capaz de comer y respirar con normalidad.
El pediatra irá controlando el peso del recién nacido y cuando haya alcanzado un peso adecuado, le dará el alta hospitalaria.
Con el tiempo, el bebé crecerá adecuadamente y alcanzará el peso y la estatura normal sobre los dos años de edad, ya que, la causa que le impedía crecer correctamente era el mal funcionamiento de la placenta y ésta ya no existe fuera del útero.
En conclusión, la gran mayoría de los bebés que hicieron un CIR intraútero, con el tiempo serán niños de peso y talla normales.
¿Qué ocurrirá en próximos embarazos tras haber tenido uno previo con CIR?
Lo más frecuente es que no se vuelva a repetir el CIR, ya que el embarazo es distinto y también la placenta.
Las mujeres que tienen un enfermedad de base como hipertensión arterial, tienen más riesgo de volver a tener otro hijo con CIR. Por eso, será importante un buen control de su enfermedad antes de quedarse embarazada y durante el embarazo. Cortesía: https://www.natalben.com/embarazo-riesgo/

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