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La #SemanaMundialDeLaInmunización -que se celebra la última semana de abril (del 24 al 30)- tiene por objeto promover la vacunación para proteger contra las enfermedades a personas de todas las edades. Cada año, la inmunización salva millones de vidas, por lo que está ampliamente reconocida como una de las intervenciones de salud más costoeficaces y de mejores resultados.
El lema de este año es #VaccinesWork to bring us closer y refleja la necesidad de enfocar esfuerzos en cerrar la brecha de vacunación creada por la pandemia de la #COVID19.
En este contexto, Organización Panamericana de la Salud (#OPS) celebrará la 19ª Semana de Vacunación en las Américas bajo el lema "Las vacunas nos acercan. #Vacúnate". La campaña de este año contará las historias de cómo las vacunas nos acercan a los momentos, las personas y a los objetivos que más nos importan.
En 2020, en la Región de las Américas, un total de 18,2 % niños menos (474.395 en total) que en 2019 recibieron las tres dosis de la vacuna DPT3 contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. Asimismo, en 2020, 13,9 % niños menos (379.208 en total) recibieron la dosis de la vacuna triple viral contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, en comparación con el año anterior.
Las restricciones a la circulación por la #COVID_19 contribuyeron a que hubiera menos vacunaciones. Además, muchas personas se mostraron reacias a acudir a los centros de salud para solicitar las vacunas por miedo a infectarse del nuevo coronavirus.
¿Por qué es importante la inmunización?
Ampliar el acceso a la #inmunización es crucial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la reducción de la pobreza y la cobertura sanitaria universal. La inmunización sistemática permite establecer contacto con el sistema de atención de salud al principio de la vida y ofrece a todos los niños la oportunidad de una vida saludable desde el inicio y hasta una edad avanzada.
Además, la inmunización es una estrategia fundamental para lograr otras prioridades sanitarias, como controlar las hepatitis víricas, frenar la resistencia a los antimicrobianos, proporcionar una plataforma para la salud del adolescente y mejorar la atención prenatal y neonatal. Cortesía: http://www.sld.cu/anuncio/
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En la UBPC ¨La Victoria II¨ perteneciente a la Empresa Agropecuaria #Camaguey se realiza acto en saludo al 1ro de Mayo al concluir el trabajo voluntario realizado en la limpia de maíz en el mismo son reconocidos trabajadores de la Salud por su labor destacada en el enfrentamiento a la #COVID19 con la medalla ¨Hazaña laboral¨ y el sello al humanismo ¨Sensibilidad y Solidaridad¨ por autoridades del ##PCC #CTC y Gobierno de este territorio agramontino . #VamosPorMás #SomosCuba #CubaViva

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¿Qué es?
La meningitis es una enfermedad habitualmente infecciosa provocada por virus o bacterias que provoca la infección e inflamación de las meninges -unas membranas que rodean el cerebro y la médula espinal-. Cuando se infectan solo las meninges se habla de meningitis. En algunas ocasiones, la bacteria se introduce en la sangre y se disemina, denominándose sepsis meningocócica. También puede ocurrir que se den ambos problemas a la vez.
Causas
Las causas más frecuentes de la meningitis son las infecciones, que pueden estar provocadas por virus o por bacterias. La más común, y menos grave, es la infección vírica, que generalmente mejora sin que se la administre ningún medicamento al paciente. Sin embargo, las bacterianas son muy graves y pueden llegar a provocar daños cerebrales e incluso la muerte.
En concreto, casi el 90% de los casos de meningitis se producen por infecciones causadas por agentes víricos o bacterianos, dicen desde la SEN.
Además de por las infecciones, la meningitis puede aparecer debido a hongos, tumores, y otros virus como el de las paperas, el VIH, el herpes labial y el genital.
¿Cómo se contagia la meningitis?
El contagio de esta patología se produce a través de la saliva y las gotitas que se expulsan al hablar, estornudar o toser. El contagio a través de objetos no es habitual y ocurre en pocas ocasiones.
La meningitis suele aparecer en otoño y en primavera. En entornos como las guarderías, las escuelas o las residencias puede propagarse con rapidez.
Todas las meningitis son contagiosas. "Cuando se detecta un caso de meningitis bacteriana, los contactos estrechos del enfermo (padres, hermanos, cuidadores...) deben acudir a su médico para que les recete una pauta específica de antibióticos con el fin de evitar el contagio. En España, cuando se produce un caso en una escuela, Salud Pública se encarga de informar del protocolo que debe seguirse", recuerda la pediatra Lucía Galán en su obra El gran libro de Lucía, mi pediatra.
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Síntomas
Una vez contagiada, una persona puede tener los primeros síntomas entre los dos y los diez días posteriores al contagio. En ocasiones tiene un comienzo brusco con síntomas similares a los de un catarro o una gripe. Los más frecuentes y que anuncian la gravedad son:
- Fiebre alta.
- Dolor de cabeza intenso.
- Rigidez de la nuca. Esta rigidez consiste en la resistencia de la musculatura cervical a la flexión activa o pasiva de la cabeza, asociada a dolor local.
- Vómitos bruscos. “La mejor forma de explicarlo a las familias es que el paciente vomitaría como lo haría la niña de El Exorcista”.
- Somnolencia.
- Pérdida de consciencia.
- Agitación, delirio y/o convulsiones.
- Manchas de color rojo-púrpura en la piel (petequias que han evolucionado). Estas implican una mayor gravedad.
Marta Fernández Matarrubia, especialista en Neurología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), especifica que en los lactantes (niños menores de dos años) las manifestaciones clínicas pueden ser fiebre alta, somnolencia o irritabilidad excesivas, inactividad, llanto constante y rechazo de la alimentación. Los ancianos pueden presentar solamente alteración del nivel de consciencia, sin fiebre ni rigidez de nuca.
¿Cómo saber si un niño tiene rigidez de nuca? "Si le pides al niño que se mire el ombligo, sería incapaz de flexionar el cuello; las meninges que recubren la médula espinal están tan inflamadas que esa flexión hacia delante le resulta imposible. Si está tumbado en la cama, al poner la mano debajo de su cabeza e intentar doblarla, no podrás, ofrecerá resistencia", explica Galán.
No obstante, Galán advierte de que "cuando tienen fiebre, los niños pueden mostrar una 'falsa' rigidez de nuca. Lo ideal es hacer esta maniobra cuando el niño está sin fiebre y relajado. Si está tenso, también hará una rigidez voluntaria".
La mejor prevención es la vacunación. Hasta hace poco solo existían vacunas contra el Haemophilus influenzae tipo b (Hib), el meningococo tipo A y C y el neumococo, que habían hecho prácticamente desaparecer estos tipos de meningitis en nuestro entorno.
En España, la vacunación para el meningococo C es obligatoria. Esta vacuna estimula la formación de defensas contra el germen. La protección se produce a las dos semanas de la vacunación. Para niños mayores de un año basta con una dosis, pero para los niños de entre 7 y 12 meses son necesarias dos dosis y para los de entre 0 y 6 meses, tres dosis.
La vacunación está indicada en los menores de 6 años y puede provocar efectos secundarios leves, como inflamación y molestias en el lugar de la inyección, fiebre baja e irritabilidad. Está contraindicada cuando existen estados febriles en el momento de la vacunación; si el niño es hipersensible a alguno de los componentes de la vacuna, o en personas inmunodeprimidas.
En 2013 la Unión Europea autorizó la primera vacuna contra el meningococo B y en España fue categorizada como vacuna de uso hospitalario por sus características farmacológicas y su novedad. Desde el 1 de octubre de 2015 la vacuna puede adquirirse en farmacias.
La Asociación Española de Pediatría recomienda la vacuna en lactantes a partir de los 2 meses de vida, además de los casos de algunas personas inmunodeprimidas, para quienes hayan padecido una enfermedad meningocócica anteriormente y en caso de brotes.
Las dosis varían en función de la edad. Si se inicia la vacunación entre los 2 y los 5 meses, se administrarán cuatro dosis; de 6 a 23 meses, tres dosis; de 2 a 10 años, dos dosis; adolescentes y adultos, dos dosis.
Hoy en día existen vacunas contra casi todos los tipos de meningitis bacteriana. La mayoría están incluidas en calendario de vacunación oficial de España, como las vacunas contra el Haemophilus influenzae B, meningococo C y neumococo.
Gracias a ellas la incidencia de las meningitis por estas bacterias ha caído mucho. Recientemente, debido a los movimientos migratorios, han aumentado las meningitis por meningococo W e Y por lo que se ha añadido al calendario oficial la vacuna tetravalente contra meningococo A, C, W e Y.
"Solo se ha sustituido la dosis frente a meningococo C de los 12 años, que consideramos insuficiente porque no protege a los niños menores de esta edad. Finalmente, la mayoría de las meningitis bacterianas son producidas por el meningococo B del que tenemos vacuna, pero solo algunas comunidades como Castilla y León, Canarias y Ceuta y Melilla la tienen incluida creando inequidad y desigualdad entre comunidades", dice Cristina Regojo, presidenta de la Asociación Española contra la Meningitis.
Tipos
Las meningitis se dividen en:
Meningitis víricas
Este tipo tiene un pronóstico leve y en la mayoría de los casos no requiere tratamiento, el paciente se cura por sí solo. No suelen dejar secuelas y no requiere vacuna ni profilaxis.
Meningitis bacterianas
La meningitis bacteriana es grave y requiere la hospitalización del paciente. Puede dejar secuelas cerebrales y llegar a provocar la muerte del paciente, incluso cuando recibe el tratamiento.
Las meningitis bacterianas más frecuentes son:
Meningococo B.
Meningococo C.
Haemophilus influenzae tipo b (Hib).
Neumococo.
Diagnóstico
“En general, podemos decir que la meningitis es una enfermedad muy difícil de diagnosticar en sus fases iniciales, donde el tratamiento sería mucho más efectivo, y fácil de diagnosticar una vez que se ha desarrollado, momento en el que el tratamiento ya es menos eficaz”, explica Roi Piñeiro Pérez, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General de Villalba (Madrid) y miembro del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
El diagnóstico de la meningitis bacteriana se realiza analizando una muestra de líquido cefalorraquídeo (de la médula espinal). Dicha muestra se obtiene mediante una punción en la la columna vertebral (punción lumbar).
Además, el especialista puede pedir otras pruebas para confirmarlo, como una ecografía o una tomografía axial computarizada (TC) que permitan determinar si existe un absceso responsable de la #meningitis.
Tratamientos
La mayor parte de las personas que sufre una meningitis viral se cura sin problemas.
En la meningitis bacteriana, el tratamiento consiste en cuidados específicos en el hospital y terapia intensa con antibióticos.
Otros cuidados que se le pueden prescribir al paciente son la administración de líquidos por vía intravenosa y medicamentos para tratar lesiones asociadas que pueden aparecer, como el edema cerebral, el shock o las crisis epilépticas.
Es imprescindible el diagnóstico precoz y la rápida asistencia del especialista. En algunos casos la enfermedad evoluciona con gran fuerza o afecta a personas con el sistema inmunitario débil y pueden provocar desenlaces fatales.
Otros datos
Complicaciones y secuelas
Si el diagnóstico de la meningitis se hace tarde o el paciente no recibe el tratamiento adecuado, esta enfermedad puede provocar lesiones y secuelas en el paciente. Las más destacadas son:
Hipoacusia (sordera).
Hidrocefalia.
Convulsiones.
Hemorragia subdural.
Daño cerebral.
Edema cerebral.
Trombosis de senos venosos.
Parálisis de nervios craneales.
Crisis epilépticas.
Choque séptico.
Insuficiencia renal.
Meningitis en época de pandemia por coronavirus
“Las precauciones que se están tomando para evitar contagios de #Covid_19, limitando el contacto social, obligando al uso de mascarilla, y fomentando la higiene y el lavado de manos, probablemente permitirán reducir los casos de meningitis que se producirían en un contexto normal. Además, no es esperable un aumento relevante de meningitis ni encefalitis por el propio coronavirus, ya que aunque podría ser un patógeno oportunista del sistema nervioso, este no es la diana de la infección para el SARS-CoV-2”, señala Santiago Trillo, coordinador del Grupo de Estudio de Neurología Crítica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología.
Según este experto, también es importante destacar durante este periodo de pandemia que "algunos de los síntomas de meningitis son comunes a la enfermedad Covid-19, especialmente la fiebre, por lo que tanto el personal sanitario como la población deben estar alerta para evitar un retraso diagnóstico de casos de meningitis. El tratamiento antibiótico precoz, incluso antes de que se confirme que es meningitis, es fundamental para evitar un desenlace fatal en las meningitis bacterianas”.
Día Mundial de la Meningitis
El #DíaMundialDeLaMeningitis (24 de abril) es la fecha escogida por la Confederación de Pacientes de Meningitis (CoMO) dentro de la semana de la inmunización de la Organización Mundial de la Salud (#OMS) para hacer una llamada de atención e informar cada año sobre esta enfermedad. Cortesía: https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/
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corazon covid
La emergencia global causada por el SARS-CoV-2 ha hecho que se redoblen esfuerzos tanto en la investigación de las vacunas como en la parte asistencial. Este último aspecto ha impactado negativamente en la atención que se presta a otras enfermedades, sobre todo crónicas, como las patologías cardiovasculares.
Aparte de estos daños indirectos, el estrés mantenido y los problemas sociales derivados de la pandemia han generado un repunte de problemas de salud mental, como la depresión mayor o los trastornos de ansiedad. Estas enfermedades son causa y precipitante de patología cardiovascular. Como también lo son el sedentarismo y los cambios de dieta que origina el confinamiento prolongado.
En tercer lugar, enfermar de #Covid_19 puede generar daños directos en nuestro sistema cardiovascular, en forma de daño directo cardíaco, como son las miocarditis, pero también precipitando arritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca y problemas de trombosis en distintos territorios vasculares.
Aunque estas tres vías pueden dañar nuestro corazón, me voy a centrar fundamentalmente en el daño directo cardíaco producido por el coronavirus.
¿Por qué el #coronavirus daña nuestro aparato cardiovascular?
Como todos los virus, para multiplicarse necesita utilizar la maquinaria de una célula. En este caso, en las células que conforman los pulmones humanos. Para entrar utiliza una llave, presente en su membrana, que es la proteína S. Y la cerradura es un receptor de membrana celular llamado ECA-2.
Esta ECA-2 tiende a la baja en las infecciones por coronavirus. Entre sus funciones está el equilibrio de la presión arterial y la fluidez de la circulación. De ahí que se produzcan efectos colaterales sobre el sistema vascular.
El problema añadido es que este candado no solamente está presente en las células pulmonares, sino que está también en el músculo cardíaco, en el endotelio que recubre los vasos sanguíneos, como nuestras arterias coronarias y en la mucosa intestinal, entre otros.
Por eso, aunque el virus tenga preferencia por las células pulmonares, penetra también en nuestro corazón y nuestros vasos sanguíneos, provocando daño al multiplicarse. Parte de este daño lo genera la propia respuesta inmune. Aunque también, como sistema inmune y sistema de la coagulación están relacionados, el equilibrio de la coagulación sanguínea puede romperse, generándose trombosis.
Así que el virus puede ocasionar estragos a nivel cardiovascular de varias formas distintas: reduciendo el aporte de oxígeno, por el daño pulmonar, infectando directamente el corazón y los vasos, o indirectamente a través de la respuesta inmune de nuestro cuerpo, que genera trombosis e inflamación.
Miocarditis por Covid
El virus puede dañar el músculo cardíaco, haciendo que sus fibras musculares se inflamen, lo que se conoce como miocarditis. Esto se produce por una mezcla de mecanismos, pero fundamentalmente por la respuesta inmune de nuestro organismo para defendernos del virus.
Algo así como cuando un bombardeo genera daños en edificios e infraestructuras de una ciudad tomada por el enemigo. Este daño se ha detectado incluso en casos leves; no obstante, el manejo dependerá, lógicamente, del grado de afectación.
Este daño suele ser reversible pero, si deja cicatrices, a medio-largo plazo podría provocar arritmias. Para medir esta afectación puede utilizarse la cardiorresonancia magnética. Estudios con esta técnica han comprobado lesiones residuales en forma de cicatrices hasta en el 80% de pacientes.
Arritmias cardiacas
La disminución de oxígeno en la sangre, causada por la neumonía vírica, puede ser el desencadenante de arritmias, generalmente supraventriculares, que entre comillas podemos considerar benignas.
A medida que el cuadro es más grave, como sucede en pacientes ingresados en unidades de intensivos, pueden generarse arritmias más graves, potencialmente letales. Esto sucede cuando hay daño cardíaco importante, no siendo infrecuentes en pacientes críticos por otro motivo.
Hay que destacar aquí las arritmias producidas por algunos tratamientos utilizados para frenar la replicación del virus. Dichos fármacos alteran la transmisión de los impulsos eléctricos en el corazón, provocando arritmias malignas.
Trombosis
Como se ha comentado, la reacción inmune mediada por el coronavirus y otros virus desequilibra la balanza de la coagulación sanguínea. A veces hacia cuadros hemorrágicos, como ocurre con las fiebres hemorrágicas. Pero también al contrario, como sucede con la infección por Covid, hacia la formación de coágulos sanguíneos: trombosis.
Estos coágulos pueden afectar a las venas de las piernas en el paciente crítico que está ingresado, pero también en el convaleciente que está ya de alta en su domicilio. Y si viajan a la circulación pulmonar provocan cuadros de tromboembolismo pulmonar que pueden ser muy graves porque pueden desestabilizar el sistema circulatorio, sobre todo si son masivos. De ahí la importancia de vigilar al paciente convaleciente.
A nivel de la circulación arterial también se producen obstrucciones por estos coágulos. Este tipo de trombosis son las que aumentan los ictus, los infartos de miocardio y otros infartos menos comunes, a nivel de los riñones o en los miembros. Estas trombosis arteriales son más frecuentes en personas con factores de riesgo previos como tabaquismo, hipertensión arterial o exceso de colesterol.
Insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca implica que un corazón no puede bombear eficientemente la sangre. Esto puede deberse a que le llegue poco oxígeno, por la afectación pulmonar. También porque se dañe el músculo por miocarditis o por un infarto.
Y, como hemos comentado, por las arritmias que, aunque no sean letales, pueden descompensar un corazón. Sobre todo si el paciente ya estaba afectado por patologías previas, como la hipertensión arterial, la diabetes o una válvula enferma.
La presencia de una infección respiratoria en un paciente que ya tenía previamente un corazón que trabajaba con dificultad provoca descompensaciones graves. Este es el fundamento de las campañas de vacunación contra la gripe en estos enfermos. Y la explicación de que las epidemias de gripe sean especialmente peligrosas en este grupo de pacientes.
En conclusión
La #Covid19 genera daño cardíaco por múltiples vías. Lógicamente, pacientes con enfermedades de corazón previas tienen más riesgo de sufrir descompensaciones.
En pacientes con corazones previamente sanos, pero con hipertensión arterial, diabetes u otros factores de riesgo, el virus puede ser el desencadenante de una cardiopatía.
Los mecanismos implicados son múltiples: la falta de oxígeno, el daño directo por inflamación, por trombosis, las arritmias y la insuficiencia cardíaca mediada por todo lo anterior.
Y, además de este daño directo, no hay que olvidar el indirecto provocado por las demoras en la asistencia sanitaria, problemas derivados del estrés mantenido, la inactividad física, los cambios en la dieta y los patrones de consumo de ciertos tóxicos, como el alcohol. Cortesía: https://cuidateplus.marca.com/bienestar/
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Se celebra: 24 de abril de 2021
Proclama: America´s Health Foundation
El Día Mundial de la Meningitis, se celebra el 24 de abril de cada año.
La #meningitis es una enfermedad de suma gravedad, que afecta la medula espinal y las membranas del cerebro causando graves lesiones, discapacidad y en algunos casos, hasta la muerte.
¿Qué es la meningitis?
La meningitis es una patología que daña el tejido de la membrana que rodea el cerebro y la médula espinal. Es una enfermedad infecciosa que ocurre por la aparición de un virus o bacteria en el organismo que causa una inflamación severa en las meninges.
Este padecimiento puede ser causado por otros agentes como los hongos o la aparición de lesiones tumorales o el cáncer. Si no se controla a tiempo, puede producir daño cerebral e incluso la muerte.
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¿Cómo se puede contagiar la meningitis?
Lo más común, es que la meningitis aparezca en las primeras etapas del desarrollo infantil, sobre todo cuando los niños no son vacunados en el período estipulado de los primeros seis años de vida, sin embargo, la enfermedad puede ser trasmitida a cualquier edad, por algunos agentes contagiosos como son:
En los niños, puede ocurrir por trasmisión de algún contagio a través de la mucosa de la boca o la respiración.
En la población joven o adulta, puede ocurrir por medio de la tos, el beso o ingerir alimentos o bebidas que hayan sido tocadas por una persona infectada.
Las vacunas, una manera de prevenir la meningitis
La manera más adecuada de prevenir la meningitis es a través de las vacunas. Esto ayuda a combatir la bacteria llamada meningococo tipo A y C y el neumococo y que neutraliza su aparición en el organismo y en caso de aparecer, mata la bacteria.
Por lo general esta vacuna es aplicada en niños a partir de los primeros meses de vida. Es suministrada en varias dosis. Causa algunos síntomas leves y no puede ponerse si el menor presenta fiebre.
El peligro de no conocer bien la enfermedad
El problema real de la aparición de la meningitis, es que muchas personas no saben detectar a tiempo los síntomas que la producen y cuando ya la enfermedad está presente, a veces es demasiado tarde para el paciente.
En este sentido, saber reconocer estos síntomas es de vital importancia, sobre todo, en la población infantil, que es la más vulnerable en la mayoría de los casos. Como se propaga de manera rápida, las primeras horas de atención y tratamientos, son cruciales.
Cortometraje "Cerrando el Círculo", todo lo referente a la Meningitis
Es una serie bastante completa, que fue pensada con la finalidad de informar y crear conciencia acerca de esta enfermedad. Está dirigida a todo tipo de público. A través de una serie de capítulos, se le va explicando a la población de que trata el padecimiento, así como la prevención oportuna.
Para celebrar este día, te invitamos a verla para que conozcas un poco más sobre este interesante tema o simplemente darla a conocer a otras personas de tu núcleo familiar, amigos o conocidos, también puedes compartir tu opinión en las distintas redes sociales. Cortesía: https://www.diainternacionalde.com/
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