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Tanto el ejercicio físico como el intelectual reducen la posibilidad de sufrir una crisis epiléptica, por ello es bueno estimular a estos pacientes para que hagan deporte. Te contamos cuáles son los más indicados.
Deportes de riesgo para la epilepsia
Los niños con epilepsia que tengan controlada su enfermedad pueden hacer casi todo tipo de deportes siempre tomando las precauciones adecuadas, procurando hacer deportes en equipo, con más gente alrededor.
Igualmente, es fundamental elegir un deporte que no implique riesgo de lesión, pérdida de conocimiento o ahogo.
Deportes no arriesgados para epilépticos:
Danza.
Footing.
Tenis.
Pádel.
Juegos de equipo: balonmano, baloncesto, fútbol...
Ping-pong.
jugar tenis
 
Deportes arriesgados para epilépticos
Los siguientes deportes están desaconsejados para los epilépticos, sobre todo para aquellos pacientes que no tienen controladas sus crisis epilépticas, porque tienen un mayor riesgo de traumatismo severo o muerte si la crisis se produce durante su práctica:
Paracaidismo.
Tiro con arco.
Caza.
Escalada.
Esquí acuático.
Vela.
Surf.
Automovilismo.
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Aclaraciones sobre algunos deportes
No existen estudios que demuestren que los deportes de contacto como el rugby, hockey, etcétera, induzcan crisis, por lo que las personas que padezcan epilepsia no tienen por qué excluirse de su práctica.
Los deportes acuáticos como la natación son considerados seguros, siempre y cuando las crisis estén controladas y el paciente esté acompañado en todo momento por alguien que le supervise de forma directa.
En el caso de la equitación o el ciclismo, deben tomar ciertas precauciones; haciendo uso de protectores de cabeza, piernas, rodillas, para prevenir posibles fracturas tras una caída durante una crisis epiléptica. Cortesía: https://www.webconsultas.com/ejercicio-y-deporte/
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La epilepsia es una enfermedad neurológica que se caracteriza porque las personas que la sufren padecen de forma recurrente crisis que pueden ocasionar, entre otros, convulsiones y pérdidas de conocimiento.
Esta enfermedad es uno de los trastornos neurológicos crónicos más prevalentes que pueden afectar a cualquier grupo de edad, aunque, según la SEN, tiene dos picos de incidencia: la primera y la séptima década de la vida.
Los epilépticos tienen que convivir con esta enfermedad y especialmente en la infancia y en la adolescencia la actividad física y el deporte juegan un papel muy importante en el día a día. ¿Significa entonces que, cuando una persona tiene epilepsia, no puede realizar deporte? “No”, responde tajantemente Francisco Javier López, coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN. “En principio cualquier persona con epilepsia puede realizar todos los deportes, salvo algunos casos concretos”.
El especialista señala que además no es necesario que los pacientes tomen ninguna precaución especial antes de dedicar tiempo a la práctica deportiva. “Eso sí, es necesario descansar y dormir las horas adecuadas”, recomienda López, quien advierte que también es importante no hacer esfuerzos excesivos ni llegar al agotamiento.
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Ejercicios para ser más precavido
Aunque en general los epilépticos no tienen restringidos ningunos deportes, López señala que hay que prestar especial cuidado en deportes como la natación o aquellos denominados de riesgo. Además, recuerda que históricamente se ha venido desaconsejando la práctica de deportes de contacto como el boxeo, que pueden implicar golpes en la cabeza. “No parece muy aconsejable en pacientes que tienen crisis epilépticas. Es de sentido común no hacerlos”, apostilla el coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN.
Respecto a los motivos por los que cualquier persona con epilepsia debe ser más cuidadoso ante deportes como la natación, el experto especifica que si, por ejemplo, la natación no está supervisada y el paciente tiene una crisis o ésta se produce en momentos como escalando, el riesgo de accidente se multiplica.
“Es importante practicar deporte. Cuanto más, mejor. En el caso de los niños es importante que no se contraindiquen los deportes colectivos y no favorecer deportes en solitario, como el atletismo”, añade López. La razón es que los deportes colectivos ayudan a que los niños epilépticos no se aíslen los niños. “Que hagan deporte favorece que estén en contacto con otros niños, que cultiven las relaciones sociales y, en definitiva, que están mejor, ya que si uno tiene crisis y se queda en casa va a provocar aislamiento y retracción”, concluye el especialista, quien indica que en estos casos los padres deben explicarles bien a los profesores y los monitores que el niño tiene epilepsia para que sepan cómo actuar ante una crisis. Cortesía: https://cuidateplus.marca.com/ejercicio-fisico/
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11 de febrero 2
La #epilepsia es un trastorno neurológico provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. A esto se le llama “ataque epiléptico”.
Para considerar epiléptico a alguien, los ataques deben repetirse con cierta frecuencia (ataques recurrentes). La epilepsia tiene su origen en unos cambios breves y repentinos del funcionamiento del cerebro; por esta razón, se trata de una afección neurológica.
Las características de las #crisisepilépticas son variables y dependen de la zona del cerebro en la que comienzan estas descargas, así como de su propagación. Pueden producirse síntomas transitorios, tales como: ausencias o pérdidas de conocimiento, movimientos involuntarios de los parpados, la cabeza u otra parte del cuerpo, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de la función mental.
¿Cuáles son las causas de epilepsia?
Genética (hereditaria)
Lesión cerebral (tumores)
Malformaciones de la corteza cerebral
Malformaciones de los vasos sanguíneos
Infartos o hemorragias cerebrales
Lesiones postraumáticas
Trastornos metabólicos presentes al nacer
Infecciones del sistema nervioso, como por ejemplo el absceso cerebral, la meningitis, encefalitis y VIH/SIDA.
Las convulsiones, contracciones musculares excesivas o anormales, no son sinónimo de epilepsia, pueden ocurrir por otras causas como la abstinencia al alcohol y a ciertos medicamentos (fenobarbital, clonazepam, diazepam, entre otros), además del uso desmedido de las drogas (cocaína, anfetaminas, entre otras).
Esta enfermedad puede ser descubierta a cualquier edad, aunque existen dos picos de edades donde aparece con mayor frecuencia, un primer pico entre los 5-20 años y otro en los mayores de 60 años. Se diagnostica a través de una entrevista médica, donde se realizan exámenes físicos y en caso de ser necesario, se le practica al paciente un electroencefalograma o estudios de imágenes cerebrales.
Todo paciente que presente esta condición médica debe conocer las características de su enfermedad, así como tener en cuenta las medidas generales que debe asumir para prevenir un estado de crisis, las cuales son:
Acudir periódicamente a consulta con su médico.
Tomarse sus medicamentos.
Reconozca los desencadenantes de sus crisis (como las luces intermitentes o brillantes, la falta de sueño, el estrés).
Lleve un registro de sus convulsiones.
Duerma diariamente entre 7-8 horas nocturnas.
Disminuya el estrés.
No ingiera bebidas alcohólicas o drogas ilegales.
Si es mujer y, está en edad reproductiva, consulte a su médico cómo usar el acido fólico, los métodos anticonceptivos más efectivos para usted y planifique junto a él los embarazos que desea tener.
¿Qué debemos hacer si observamos a una persona convulsionando?
1- No sujetar al paciente, sólo retirar los objetos con los que se pueda golpear y provocar daño.
2- Colocarlo de lado, siempre que sea posible. Usar un objeto suave debajo de su cabeza para evitar que se golpee.
3- No introducirle nada en la boca, ni intentar administrarle medicamento.
4- No dejarle solo hasta que recobre el conocimiento y se recupere.
5- Controlar el tiempo de duración de la crisis. Si es más de 5 minutos llamar a urgencias o llevar al paciente al sitio de salud más cercano. Cortesía: https://salud.msp.gob.cu/
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Aquí te dejamos la Actuación frente a las crisis de Epilepsia, como se debe proceder, como no y cómo enfrentarse a la enfermedad.
¿Qué se debe hacer?:
Lo ideal es tratar de poner a la persona en el suelo, porque si no terminará cayendo por sí misma con el consiguiente riesgo de lesión.
Si el enfermo ya se está medicando, lleva siempre consigo unas pastillas, tabletas o similar y ha informado de ello a los que se encuentran con él en el momento del ataque, habrá que introducirle el fármaco en la boca antes o después de que se produzca la crisis (durante la crisis no tiene sentido porque el proceso digestivo se detiene).
Hay que tener mucho cuidado al acercarse al enfermo, porque incluso estirado en el suelo despliega una fuerza inconsciente fuera de lo normal y puede dar golpes con cualquiera de las extremidades.
Se deben apartar de inmediato todos los objetos que puedan estar a su alrededor, porque podría alcanzarlos y golpear o golpearse con ellos.
Para que no se golpee la cabeza contra el suelo durante las convulsiones, se le puede colocar debajo de la nuca un almohadón, o bien una prenda de ropa doblada.
No hay que tratar de trasladar a la persona mientras sufre el ataque. Lo mejor es esperar a que pase. Si las convulsiones se prolongan más de cinco minutos, o se sabe con certeza que se trata de una persona diabética o embarazada, lo que se debe hacer es avisar a una ambulancia. Una vez superado el ataque epiléptico, el enfermo no recordará qué le ha pasado y se sentirá muy confuso; no hay que dejarle solo, porque es posible que no recuerde dónde está o dónde vive.
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¿Qué no se debe hacer?:
No es necesario realizar respiración artificial.
Los cambios de coloración de la piel se producen a causa de la reactividad de los vasos cutáneos.
No hay riesgo de que el niño se ahogue con su lengua. Los ruidos se deben a la falta de coordinación de la respiración y al aumento de secreciones.
No se debe sacudir o golpear al epiléptico.
La crisis comienza y se interrumpe de forma espontánea.
No hay razón para frotarle la frente con alcohol. Esta medida no tiene ninguna utilidad para controlar las crisis convulsivas, y en cambio se corre el riesgo de que se produzcan lesiones químicas si el alcohol entra en contacto con los ojos.
No es útil administrarle medicamentos por la boca. El epiléptico está inconsciente, el mecanismo para tragar está falto de coordinación en ese momento. Además, los medicamentos anticonvulsivos no hacen efecto inmediatamente; los cambios en el control de las crisis se aprecian cuando los fármacos ya han llegado a la sangre en cantidades suficientes y tras 7 días como mínimo.
Pasada la crisis no se necesita ningún sedante. Una vez que el epiléptico deja de convulsionarse y está dormido, ya no es necesario. Los medicamentos que se usan para interrumpir las crisis son sedantes de acción corta (su efecto dura entre 20 y 40 minutos), por lo que una vez pasada la crisis no tienen utilidad.
¿Cómo enfrentarse a la enfermedad?
Aspectos psicológicos:
El primer ataque epiléptico suele ser un duro golpe para la persona y para sus familiares desde el punto de vista psíquico. Sin embargo, este primer efecto puede reducirse si el enfermo cuenta con el apoyo necesario. La intervención del especialista en Nneurología, con una atención personalizada y un diagnóstico adecuado que tengan como finalidad educar sanitariamente al paciente sobre el trastorno son de vital importancia.
La información bien transmitida sobre lo que le pasa le ayudará a comprender, asimilar y, finalmente, ser capaz de controlar la repetición de los ataques. El paciente tiene que exigir esta información y dejar bien clara su intención de colaborar. La finalidad última de todo esto es conseguir una calidad de vida lo más alta posible y, con ella, la autosuficiencia que al principio parece que se ha perdido. La persona afectada no tiene que avergonzarse ni dudar en pedir ayuda a un psicólogo o a un psiquiatra. Este otro tipo de asistencia médica puede ser tan imprescindible como la del médico especialista.
El domicilio de un epiléptico, así como otros lugares que frecuente, deberían estar mínimamente adaptados:
Una medida de precaución sería proteger las esquinas de los muebles con espuma para que no pueda golpearse con ellos durante un ataque.
La cocina y el cuarto de baño son lugares donde casi siempre hay objetos cortantes y superficies muy duras, como el mármol. Por eso es importante eliminar o tener guardados objetos con los que pueda dañarse, utilizar cubiertos de plástico siempre que sea posible y evitar que el suelo esté mojado o resbaladizo (manchas de aceite, jabón derramado, etc.).
Es recomendable que las puertas del baño se abran hacia fuera, en lugar de hacia dentro, para que, en caso de que la persona caiga contra la puerta, los demás puedan abrirla.
También es recomendable no cerrar la puerta del baño; como alternativa, se puede colocar un cartel en el que ponga "ocupado".
Las alfombras pequeñas y los objetos tirados por el suelo pueden hacerle resbalar durante un ataque, o bien provocarle una caída que desemboque en un ataque.
Cuando se realicen actividades deportivas, se debe evitar hacerlas en los momentos más calurosos del día y protegerse siempre la cabeza con casco para evitar daños. Algunas actividades, como la natación, deben practicarse con otras personas alrededor.
Para evitar acalorarse, es necesario utilizar escales mecánicas o ascensores en el metro o edificios. Si hace demasiado calor, se recomienda no salir a la calle sin compañía.
En el lugar de trabajo también hay que mantener unas normas de seguridad adicionales. El personal de la empresa debe estar informado del problema de su compañero o compañera.
Expectativas para el afectado:
El desarrollo de los trastornos epilépticos depende de muchos elementos, desde la edad en que empiezan, hasta la rapidez con que se detectan y el tratamiento que se recomienda. Algunas formas de presentación de los ataques son realmente leves y llegan a desaparecer. Otras, que pueden considerarse algo más serias, no desaparecen, pero sí permiten llevar una vida prácticamente normal con un control regular mínimo.
Asimismo, también es importante el tipo de lesión cerebral que provocan las convulsiones y demás síntomas. El hecho de presentar ataques más o menos frecuentes no quiere decir necesariamente que la lesión que se tenga vaya a empeorar a causa de los mismos. La mayoría de las veces la gravedad de la epilepsia está en la propia lesión cerebral. Aun así, la historia de la enfermedad de la que los médicos disponen reúne los conocimientos necesarios para saber con certeza qué clase de epilepsia sufre un paciente y cuál es el mejor método de tratamiento. Cortesía: https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/
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Epilepsia
Se celebra: Segundo lunes de febrero
8 de febrero de 2021
Proclama: Buró Internacional para la Epilepsia (IBE) y la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE)
Desde cuando se celebra: 2015
Desde el año 2015 cada segundo lunes del mes de febrero se conmemora el #DíaInternacionaldelaEpilepsia, un evento que busca educar a las personas de todo el mundo sobre esta patología neuronal que sufren aproximadamente 65 millones de personas en todo el planeta.
La intención de las organizaciones que año tras año se suman a esta iniciativa, es la de propiciar una mejor calidad de vida a las personas que padecen epilepsia, por medio de mejores políticas públicas, mejores servicios de salud y sobre todo, una mejor inversión en materia de investigación para lograr desarrollar nuevos tratamientos que sean mucho más efectivos y menos invasivos, como lo son los fármacos que actualmente representan el tratamiento fundamental en el 70% de los casos y que a la larga generan dependencia y nunca frenan de un todo el problema.
Datos importantes sobre la #epilepsia
La epilepsia como tal, es un trastorno crónico del cerebro que propicia una respuesta convulsiva en el individuo, sin importar edad o sexo del paciente.
Aproximadamente 65 millones de personas en todo el mundo sufren de epilepsia, lo que la ha convertido en la enfermedad neurológica más común.
El 80% de las personas que presentan este trastorno suelen vivir en países de ingresos bajos o medios.
No todos los epilépticos logran responder al tratamiento basado en fármacos, es más, un 30% jamás lo hace.
El 75% de los pacientes que viven en países de ingresos bajos o medios, no reciben el tratamiento adecuado para su padecimiento.
La falta de conocimiento con respecto a este padecimiento ha generado discriminación y estigmatización, para aquellos que lo sufren y sus familias. Una creencia que proviene de la edad media, donde se creía que los epilépticos eran personas que habían sido poseídas por el demonio.
 
La epilepsia en la literatura
Un dato que muy pocas personas saben es que casi todas las obras de Fiódor Dostoyevski, tienen algún personaje epiléptico, debido a que el famoso escritor sufría de esta condición. Es más, su primera obra donde trata el tema es en La patrona del año 1847, pero su personaje más famoso y el cual ha sido objeto de análisis científico es el del príncipe Myshkin, en su novela El idiota.
¿Qué hacer para celebrar el Día Internacional de la Epilepsia?
El mejor consejo es asistir a cualquier congreso, simposio o charla que se dé sobre la enfermedad en tu localidad. Otra buena manera de pasar este día es leyendo una novela sobre el tema y como siempre te incentivamos a compartir todo lo que aprendas por medio de las redes sociales o desde tu experiencia personal o familiar para que otros concienticen sobre esta enfermedad. #CubaEduca #CubaPorLaSalud
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