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En nuestra sección sobre Educación Sexual trataremos sobre los
Mitos sobre Enfermedades de Transmisión Sexual o más conocidas como ETS. Comencemos:
 
Tal como define la Organización Mundial de la Salud (#OMS), la salud sexual es “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad que requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales”. Contando con la información suficiente podemos evitar contagiarnos de las enfermedades que se transmiten por esta vía.
Según esta entidad internacional, un millón de personas contraen, cada día, una infección de transmisión sexual, enfermedades asintomáticas –en la mayoría de los casos– y que, a su vez, pueden multiplicar por tres o más las probabilidades de contraer otras patologías como el #VIH.
 
Mitos sobre las enfermedades de transmisión sexual (ETS):
Las ETS no se curan. De todos los virus, bacterias y parásitos que se transmiten por contacto sexual, ocho están vinculados a infecciones consideradas de máxima incidencia. De estas enfermedades, la mitad son curables: sífilis, gonorrea, clamidias y tricomoniasis; y la otra mitad: hepatitis B, virus del herpes simple, virus del papiloma humano (#VPH) y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), no lo son.
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El sexo oral evita el contagio de las ETS. La principal vía de contagio de estas infecciones a través de relaciones sexuales vaginales o anales, sin embargo, con el sexo oral aunque se minimiza el riesgo también existen probabilidades de contagio. De hecho, ciertas infecciones de transmisión sexual como pueden ser: el herpes genital, la sífilis o la gonorrea, se contraen con mayor facilidad a través de la vía oral. Un estudio ha puesto de manifiesto que, incluso, el VIH también puede ser transmitido por vía oral.
Es lo mismo el VIH que el sida. El VIH es el virus de la inmunodeficiencia humana que se contagia mediante el contacto con los fluidos corporales de la persona infectada, principalmente mediante relaciones sexuales o uso compartido de inyecciones. Este virus puede habitar durante años en una persona sin síntomas y sin llegar a desarrollar la enfermedad: el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida). El sida es la fase más avanzada de la infección que, a día de hoy, no tiene cura.
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La píldora anticonceptiva protege de las ETS. Las infecciones de transmisión sexual se contraen por contacto directo con la sangre infectada, por contacto con los fluidos corporales, por el uso compartido de equipo de inyección, de la madre al hijo, incluso, mediante el contacto piel con piel. Por tanto, la píldora anticonceptiva, un compuesto de hormonas que son eficaces para evitar un embarazo, no protegen contra las infecciones de transmisión sexual.
 
Dos preservativos significa doble seguridad. La precaución es el principal freno para evitar contraer las ETS, sin embargo usar varios preservativos no suponen un extra de seguridad. Por el contrario, la utilización de dos profilácticos al mismo tiempo puede incrementar el riesgo de contagio ya que la fricción durante las relaciones sexuales puede causar la rotura de ambos preservativos y dejar a la persona sin ningún tipo de protección.
Lo más importante es prevenir los contagios y mantener unas relaciones sexuales saludables. En el caso de infección o de duda es importante acudir al médico, seguir los tratamientos y comunicárselo a la persona con la que mantengas habitualmente este tipo de relaciones. Cortesía: https://www.apoyatusalud.com/
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) juzga “probable” que un animal sirviera de intermediario en la transmisión del SARS-CoV-2, lo que confirma el papel de estos como reservorios de virus capaces de infectar al hombre. ¿Qué especies transmiten los virus? ¿De dónde podrían venir las próximas pandemias?
 
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas son zoonóticas, es decir, se encuentran en primer lugar en otro animal.
Este porcentaje sube incluso a 75 % para las enfermedades infecciosas nuevas, según un estudio británico publicado en 2001, considerado una referencia en el tema.
 
Entre los agentes patógenos responsables de estas enfermedades, uno de cada seis sería un virus, un tercio una bacteria y otro tercio parásitos. El 10 % son hongos microscópicos, indica este estudio.
Los murciélagos desempeñan un papel de reservorio para un gran número de virus que afectan a los seres humanos. Los albergan sin enfermarse ellos mismos.
 
Algunos son conocidos desde hace mucho tiempo, como el virus de la rabia, pero muchos surgieron en estos últimos años, como el Ébola, el coronavirus del SRAS, el SARS-CoV-2 y el virus Nipah, que apareció en Asia en 1998.
 
Los murciélagos “han sido siempre buenos reservorios para muchos virus, pero antes teníamos muy poco contacto” con estas especies, explica a la AFP Eric Favre, profesor de enfermedades infecciosas veterinarias en la Universidad de Liverpool (Reino Unido) y en el International Livestock Research Institute (Kenia).
 
La reducción de selvas tropicales por el avance de las ciudades y las superficies cultivadas, combinada con los efectos del cambio climático, acercan estos animales a zonas habitadas y los empujan a “interactuar cada vez más con las poblaciones humanas”, afirma.
Otra familia de mamíferos, los mustélidos (tejones, hurones, visones, comadrejas...), es a menudo señalada como responsable de zoonosis virales, y en particular de aquellas provocadas por coronavirus.
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La civeta o gato de algalia ha sido señalada como el hospedador intermediario del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), que dejó 774 muertos en el mundo en 2002-2003. Si bien el coronavirus del SRAS fue hallado en algunas civetas, no está confirmado que este pequeño carnívoro cercano a la mangosta fuera quien transmitió el virus a los humanos.
La contaminación con SARS-CoV-2 de criaderos de visones ha mostrado que esta especie podía ser infectada por seres humanos portadores. Pero el caso inverso no ha sido probado.
Al principio de la epidemia de la COVID-19, este animal amenazado de extinción fue señalado por investigadores chinos como el “posible hospedador intermediario”, vista la cercanía de las secuencias genéticas del SARS-CoV-2 y un coronavirus que infecta al pangolín.
Si bien este mamífero es el hospedador natural de muchos virus, su papel en la transmisión del SARS-CoV-2 no ha sido establecido.
El estudio publicado recientemente por expertos de la OMS y de China no permitió tampoco aclarar este punto.
“Entre los virus que proceden de estos dos mamíferos (murciélago y pangolín) identificados hasta ahora, ninguno se parece suficientemente al SARS-CoV-2 para ser considerado su ancestro directo”, según los expertos.
“Después de un año, seguimos con las mismas preguntas”, lamenta Serge Morand, ecólogo de salud del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, subrayando que una proximidad genética tampoco bastaría como demostración.
“Son necesarias también hipótesis ecológicas, que nos expliquen cómo un pangolín pudo entrar en contacto con un murciélago: no fue desde luego en un mercado”, dice.
“Desde un punto de vista histórico, nuestra carga viral procede esencialmente de animales de granja”, subraya Serge Morand.
El virus del sarampión, hoy totalmente humano, surgió de la adaptación de un virus en la Edad Media que afectaba a los bovinos.
El cerdo también desempeña a menudo el papel de hospedador intermediario para los virus gripales y el Nipah, por ejemplo.
Este animal, sensible a los virus humanos, también es propicio a las recombinaciones. Es probablemente lo que pasó durante la pandemia de H1N1 en 2009-2010, inicialmente calificada de “gripe porcina”, con un balance estimado de entre 152 000 y 57 5000 muertos. La cepa del virus habría surgido de un cerdo portador a la vez de la gripe aviar y la gripe humana.
El virus de la rabia transmitido por los perros y los zorros infectados, diferente al de los murciélagos, es por su lado responsable de la gran mayoría de las 59 000 muertes anuales provocadas por esta enfermedad.
Entre los mamíferos salvajes, los grandes monos han servido de hospedador intermediario para el (Virus de Inmunodeficiencia Humana) VIH (a partir del Virus de Inmunodeficiencia en Simios, o VIS) y para el Ébola, mientras que el dromedario parece ser “un gran hospedador reservorio del MERS-CoV y una fuente animal de infección en el hombre”, incluso si “el papel preciso que desempeñan esos animales en la transmisión del virus y el modo exacto de transmisión no se conocen”, señala la OMS.
Los roedores también son conocidos por ser los reservorios de muchos virus, entre ellos algunos responsables de epidemias en los seres humanos, como la fiebre hemorrágica de Lassa, endémica en varios países del oeste de África.
La gripe española de 1918-1919, la gripe “asiática” en 1957, la gripe “de Hong Kong” once años más tarde, la gripe H1N1 en 2009: todos los virus responsables de las grandes pandemias gripales tuvieron directa o indirectamente un origen aviar.
Otras dos cepas de gripe aviar, H5N1 entre 2003 y 2011, y luego H7N9 desde 2013, dieron lugar en Asia a contagios directos con las aves infectadas, o en casos muy raros de transmisión inter humana.
Las aves salvajes pueden constituir el punto de partida de esas epidemias, y las aves de criadero desempeñan muy a menudo un papel de “poblaciones amplificadoras”, observa Eric Favre, porque la densidad de los criaderos de aves “genéticamente muy similares”, los vuelve muy “receptivos” al virus.
Luego las mutaciones pueden favorecer su paso al ser humano, como en el caso del virus H5N8, presente en muchas granjas europeas desde hace algunos meses, y que fue detectado en Rusia en siete trabajadores de una planta de procesamiento de aves.
Aunque la palabra “#Zoonosis” se refiere a los animales vertebrados, los insectos como los mosquitos y los artrópodos como las garrapatas son vectores de numerosas enfermedades virales que afectan a los seres humanos.
La garrapata transmite sobre todo la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, mientras que los mosquitos transportan los virus responsables de la fiebre amarilla, chikungunya, dengue, zika e incluso el virus del Nilo occidental y la fiebre del valle del Rift.
En octubre de 2020, el grupo de expertos de la #ONU sobre biodiversidad (IPBES) advirtió de que las pandemias “surgirían más a menudo, se expandirían más rápidamente y matarían a más gente”.
Primeramente, porque el reservorio es inmenso: según estimaciones publicadas en la revista Science en 2018, existirían 1,7 millones de virus desconocidos para los #mamíferos y los pájaros, y entre 540 000 y 850 000 tendrían la “capacidad de infectar a seres humanos”.
Pero sobre todo porque la expansión de las actividades humanas y las interacciones cada vez mayores con la fauna salvaje aumentan el riesgo de que los virus capaces de infectar a personas hallen un hospedador.
“No sabemos cuándo, cómo ni dónde” surgirá la próxima pandemia, resume Serge Morand, para quien antes que nada habría que repensar urgentemente “nuestro vínculo con los animales salvajes y domésticos”.
marzo 30/2021 (AFP) - Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. Cortesía: http://infomed.sld.cu/
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Las enfermedades diarreicas agudas (#EDA) constituyen un problema importante de salud pública en el mundo. Estas enfermedades son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años y una de las principales causas de malnutrición. Sin embargo, en nuestro país no están dentro de las diez primeras causas de muerte, y los índices de mortalidad y letalidad que se registran, demuestran una baja incidencia en la población cubana.
 
El Ministerio de Salud Pública de Cuba cuenta con un sistema de vigilancia integrado para las Enfermedades Diarreicas Aguda, para la observación sistemática del comportamiento de las atenciones médicas por diarreas, brotes de enfermedad transmitida por alimentos y los fallecidos, así como referencia de incidencias sanitarias. Este sistema de vigilancia permite realizar acciones oportunas para el control y prevención de las enfermedades diarreicas.
 
¿Qué son las diarreas?
Se define como diarrea la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas. La deposición frecuente de heces formes (de consistencia sólida) no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y “pastosa” por bebés amamantados.
 
Las enfermedades diarreicas son infecciones del tracto digestivo ocasionadas por virus, bacterias o parásitos, cuyo principal síntoma es la diarrea. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminado, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.
 
La diarrea suele durar varios días y de acuerdo a su frecuencia puede privar al organismo del agua y las sales necesarias para la supervivencia. La mayoría de las personas que fallecen por enfermedades diarreicas, en realidad mueren por una grave deshidratación y pérdida de líquidos.
 
Estas enfermedades son más frecuentes en verano debido al clima que favorece la diseminación de las bacterias que las provocan. Con las altas temperaturas, aumenta el riesgo de deshidratación.
 
¿Cómo se transmiten?
Los variados agentes infecciosos causantes de la diarrea se transmiten habitualmente por la vía fecal-oral, es decir, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal, o mediante la contaminación directa de las manos u objetos utilizados diariamente.
 
Existen diversos aspectos que pueden predisponer o facilitar la transmisión de las enfermedades que la provocan:
La manipulación inadecuada y contaminación de los alimentos.
 
Condiciones higiénico-sanitarias deficientes.
Cambios estacionales.
Uso de medicamentos.
Intoxicación alimentaria.
Agentes infecciosos.
 
Las enfermedades diarreicas pueden también transmitirse de persona a persona, en particular en condiciones de higiene personal deficiente. Los alimentos elaborados o almacenados en condiciones antihigiénicas son otra causa principal de diarrea.
 
¿Cuál es el tratamiento?
En nuestro país el paciente con alguna enfermedad diarreica pude acudir para recibir atención médica, a cuales quiera de los servicios médicos establecidos en el sistema nacional de salud más cercano de donde vive, consultorio médico de la familia, policlínico u hospital, estos últimos durante las 24 horas del día.
 
Algunas medidas clave para tratar las enfermedades diarreicas son:
Solución de sales de rehidratación oral (SRO): en caso de no existir deshidratación o de que ésta sea moderada, o fluidos intravenosos en caso de deshidratación severa o estado de shock. Las SRO son una mezcla de agua segura, sal y azúcar, que se absorben en el intestino delgado y reponen rápidamente el agua y los electrolitos perdidos en las heces.
Complementos de zinc: los complementos de zinc reducen un 25% la duración de los episodios de diarrea y se asocian con una reducción del 30% del volumen de las heces.
 
Alimentos ricos en nutrientes: el círculo vicioso de la malnutrición y las enfermedades diarreicas puede romperse continuando la administración de alimentos nutritivos —incluida la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida — durante los episodios de diarrea, y una vez que los niños están sanos.
Por eso, ante la presencia de diarrea es muy importante acudir al centro de salud, en especial si se trata de bebés o niños pequeños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
 
¿Cómo prevenirlas?
Consumir sólo agua segura. Si no se cuenta con agua de red, colocar 3 a 4 gotas de hipoclorito de sodio al 1% por litro de agua o hervirla durante 3 minutos, tanto sea agua para beber, lavarse las manos o los dientes, cocinar o lavar las verduras y frutas.
Lavarse cuidadosamente las manos con agua y jabón, después de ir al baño, de cambiarle los pañales al bebé, y antes de comer o manejar los alimentos.
 
Lavar frutas y verduras con agua segura. Si se van a consumir crudas, dejarlas en un recipiente en agua con un chorrito de lavandina durante 10 minutos y luego enjuagarlas muy bien con agua segura.
 
Consumir únicamente alimentos bien cocidos o fritos, preparados higiénicamente. No consumir pescados o mariscos crudos, ni alimentos elaborados en la vía pública.
Mantener los alimentos bien tapados y refrigerados, ya que los microorganismos pueden ser transportados por insectos o por el polvo, y se multiplican con rapidez, especialmente en épocas de calor.
 
Alimentar al niño con leche materna durante los primeros 6 meses de vida. Entre las múltiples ventajas de la lecha materna está proporcionar defensas contra las infecciones gastrointestinales.
 
Las principales medidas para prevenir la diarrea en bebés y niños, son:
Prolongar la lactancia materna.
Mantener las manos limpias (tanto de los niños como de los adultos que los cuidan).
Lavar las mamaderas.
Utilizar baños o letrinas.

Desechar los pañales descartables en bolsas bien cerradas.
Desechar la materia fecal de los pañales de tela en baños o letrinas, y lavar bien los pañales con agua y jabón.
Ante la presencia de diarrea sugerimos consultar al Médico de la Familia lo antes posible, así como ingerir abundantes líquidos para prevenir la deshidratación. Cortesía: https://salud.msp.gob.cu/
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Los organismos de la ONU y sus socios aseguran que, de ponerse en marcha una serie de medidas eficaces, la cantidad de plásticos desechados cada año puede reducirse considerablemente, o incluso eliminarse.
 
Una de las más recientes llamadas de atención sobre este problema se produjo cuando aparecieron en los medios de comunicación vídeos y fotos de buzos recogiendo máscaras y guantes ensuciando las aguas de la Riviera francesa. Foto: Tomada de Internet
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La pandemia del nuevo coronavirus ha provocado un gran aumento del uso de mascarillas, guantes y otros equipos de protección desechable, un riesgo seguro para el medio ambiente, en especial si se tiene en cuenta que alrededor del 75 % de las mascarillas usadas, así como otros residuos relacionados con la pandemia, acabarán en vertederos o flotando en los mares, según publicó recientemente la Organización de Naciones Unidas (#ONU) en su sitio web.
 
Además del daño al entorno, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente calcula que el coste financiero, en ámbitos como el turismo y la pesca, será de unos 40 000 millones de dólares, destaca la información.
 
«De no gestionarse adecuadamente el gran aumento de los residuos médicos, muchos de ellos fabricados con plásticos de un solo uso, podría producirse un vertido incontrolado. Entre las posibles consecuencias están los riesgos para la salud pública derivados de las mascarillas usadas infectadas y la quema al aire libre de las mascarillas, que provocaría la liberación de toxinas en el medio ambiente y la transmisión secundaria de enfermedades a los seres humanos», alerta el texto.
 
De acuerdo con un informe sobre residuos plásticos publicado por The Pew Charitable Trusts, y el laboratorio de ideas Systemiq —citado en la nota de la ONU— si no se toman las medidas adecuadas, la cantidad de plásticos en el océano se triplicará en 2 040, pasando de 11 a 29 millones de toneladas al año.
 
«Sin embargo, cerca del 80 % de la contaminación producida por plásticos podría eliminarse en ese mismo periodo si se cambia el modelo de negocio y se introducen incentivos que conduzcan a la reducción de la producción de plásticos».
 
En los últimos años, muchos países han implementado normativas contra la contaminación producida por plásticos, las políticas comerciales mundiales también pueden desempeñar un importante papel en la reducción de la contaminación.
 
«Tal y como indica el informe de la organización: podemos invertir en un futuro con menos residuos, mejores resultados en materia de salud, mayor creación de empleo y un entorno más limpio y resistente tanto para las personas como para la naturaleza», concluye la nota. Cortesía: http://www.granma.cu/mundo/
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Sabias qué las enfermedades diarreicas son una causa principal de mortalidad y morbilidad en la niñez en el mundo, y por lo general son consecuencia de la exposición a alimentos o agua contaminados?
 
Es necesario cuidar a nuestros niños, brindarles todo el cuidado posible y cuidar de lo que comen y beben.
Sobre el tema compartió la Lic. Noelia Olivera Rodriguez, especialista de #ProSaludCamagüey con los trabajadores que laboran alimentos en el Hospital Pediátrico Provincial Eduardo Agramonte Piña. en #Camagüey

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El dengue es una enfermedad viral que se transmite por la picadura de un mosquito, reconocible por las marcas blancas de sus patas. Una vez que te pica, te has infectado; pero la enfermedad puede tardar entre 3 días y 2 semanas en manifestarse con síntomas fuertes, que a veces se confunden con los de un vulgar resfriado.
 
Dengue y plaquetas
El virus del dengue afecta directamente al número de plaquetas, haciéndolas bajar de forma importante. Las plaquetas juegan un papel importante en el organismo: intervienen en el proceso de coagulación de la sangre. Un número normal de plaquetas está entre las 150.000 y las 450.000 mm3. En cuanto el número de plaquetas disminuye hasta menos de 10.000, existe un riesgo de hemorragia interna: por eso se habla de que el dengue es hemorrágico.
 
El dengue es una enfermedad contra la cual no existe de momento ninguna vacuna y tratamiento antiviral: el virus desaparece simplemente del cuerpo entre una y dos semanas después de su aparición y de los primeros síntomas. El tratamiento médico que se prescribe se compone principalmente de medicamentos destinados a reducir las molestias ocasionadas por la enfermedad y a controlar la bajada de la cantidad de plaquetas.
Los síntomas del dengue
Uno de los primeros síntomasdel dengue es una sensación de debilidad generalizada, acompañada de fuertes colores de cabeza, así como de dolores oculares. Además, una fiebre intensa persistente durante varios días. Otro síntoma del dengue es la presencia de dolores intensos en todo el cuerpo, a nivel de los músculos y de las articulaciones. Estos síntomas son muy claros y permiten, por ejemplo, distinguir el dengue de una gripe clásica.
 
Tres o cuatro días después de la aparición de los primeros síntomas, muchos pacientes afectados por el dengue sufren una erupción cutánea a nivel de las piernas, de los brazos o de la espalda, resultado de la bajada del nivel de plaquetas. Cansancio intenso y falta de apetito son también algunos síntomas de esta enfermedad.
 
Los síntomas del dengue duran varios días, causando molestias y debilidad en el paciente, evitando que se pueda cumplir con las actividades cotidianas. Una vez que la enfermedad ha sido diagnosticada, es muy importante mantener reposo, hidratarse abundantemente y seguir las indicaciones del médico. Un simple análisis de sangre sirve para evaluar el número de plaquetas, y confirmar la enfermedad.
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¿Conocías los síntomas del dengue? Por eso es especialmente importante cuidarse de este mosquito, especialmente en zonas donde llueve mucho: no dejes que el agua se acumule, ya que esa es la mejor forma de que este insecto prolifere. Cortesía: https://www.vix.com/es/imj/salud/
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